008

885 73 0
                                    

—No le contaste —le dije a Louis con tono molesto, después de estar callados unos minutos.

—¿Qué? —preguntó, volviéndose para mirarme.

—No le dijiste a Harry que...

—¿Que qué? —me apuró luego de que no terminara la frase.

—Que soy gorda.

Louis dio un golpe al sillón.

—Si le hablaste de mí para contarle que soy tu vecina, ¿por qué no le mencionaste que soy gorda?

Me miró con los ojos entrecerrados.

—¿Estás hablando en serio?

Me quedé callada, mirando su expresión.

—Ah, pues sí, la verdad es que le conté muchas cosas de ti.

Abrí la boca, pero él no me dejó hablar.

—Pero le hablé sobre quién eres. Tú eliminas tus increíbles características para decir "soy gorda" y no más. Pero yo le dije quién eres en verdad. Le conté que eres una chica increíble, risueña, con unos ojos brillosos, que eres hermosa, altruista y un poco infantil, a veces.

Se rió y negó con la cabeza.

—Llevo conociéndote dos meses y medio, y lo único que no soporto de ti es eso. Eres insegura por cómo te trató la gente en tu antigua ciudad, pero no te das cuenta de que la que peor te juzga, eres tú misma.

Querido diario;

Louis tiene razón.

Diario de una chica imperfecta Where stories live. Discover now