Los dos dudan antes de dar una respuesta y mi abuela se ríe.

—Era una forma de decir, Cam -dice ella, pero no le creo.

Ambos suspiran.

—Ven aquí, linda -dice Jamie, y voy a abrazarlo.

— ¿Cómo estás? -pregunto agarrando la mano de mi novio.

—Pues me duele, pero ya estoy mejor -dice con una sonrisa —Además, hay una enfermera que me llamó mucho la atención...

— ¿Qué? -pregunto incrédula — ¿Te gusta la enfermera?

Él niega con la cabeza.

—No -dice sonriendo —Pero está muy guapa.

Me río, no hay de otra.

Pasamos unas horas allí y luego nos despedimos, Adam y yo vamos a la plaza a encontrarnos con Tyler y su hermano, mientras mi abue, va a salir a comprar cosas para la casa. Al llegar a la plaza veo a un Tyler serio, y a su hermano igual. Los saludamos y Tyler comienza a hablar.

—Camila, tenemos algunas preguntas para ti -dice Tyler.

Yo asiento.

— ¿Tu padre te trató mal en algún momento?

—No lo llamaría padre, pero no, no me trato mal -dije, jamás lo llamaría padre.

—Si te muestro una foto suya... ¿sabrías identificarlo?

—Si -dije rápidamente.

Me mostraron varias fotos pero ninguna era la suya.

Hasta que hubo una que Carl apartó.

—Déjame ver esa -pedí y él me miro extrañado.

—Espero que no sea él -susurró muy despacio.

Mire la foto y definitivamente era él.

—Pues lamento informarte que si es él -dije mirándolo.

Maldijo y comenzó a pasearse por el lugar. Tyler al ver la foto lo reconoció en segundos.

—Cami... -dijo Tyler- Él es un narcotraficante muy buscado en Estados Unidos.

Miré a Adam y vi preocupación en su rostro.

—Él tiene ayuda de la policía -dijo Carl —Les paga muy bien... no puedo ayudarte.

Tyler y Adam comenzaron a hablar con Carl para hacerlo cambiar de opinión pero él se negaba. ¿Por qué tengo tanta mala suerte?

—Intentaré hacer lo que pueda ¿vale? -dijo Carl.

Los tres asentimos.

Hablamos un poco más con Tyler y dijo que intentara hacer que su hermano nos ayude. Ahora tengo mucho más miedo que antes.

—Bueno, chicos, yo me voy -dijo Tyler.

Nos despedimos, Adam y yo nos sentamos en un banco.

— ¿Vas a ir o no? -preguntó Adam.

—No, no iré -dije acariciando su mano.

La electricidad que sentía en ese simple roce era increíble.

—Pero...

—Adam... no puedo ir a bailar si es que tengo tantos problemas -dije levantándome del banco.

Adam se levantó también.

—Tranquila, entiendo que estés así pero prométeme que iras la próxima semana -dice acariciando mi mejilla.

—Sabes que yo no hago promesas.

Suspiro.

—Lo sé, pero quiero que vuelvas a hacer lo que te apasiona.

—Tú me apasionas.

Sonrió y me besó.

—Te amo, Cam -dijo contra mis labios.

Me alejé sorprendida al escucharlo decir eso por primera vez. Mis ojos se cristalizaron y solté una risita.

—Yo te amo mucho más, Adam -dije mirándolo a los ojos.

Acarició mi mejilla con ternura y levantó mi barbilla para besarme los labios con dulzura. Yo ya estaba en el mismísimo cielo.

— ¿Princesa?

Esa voz...

Me separé lo más lento que pude, y vi que Adam estaba confundido. Di la vuelta lentamente y lo vi.

— ¿Aaron? -Mi voz salió como un pequeño susurro.

Adam se tensó.

Yno supe más ya que perdí la conciencia.     

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