Capítulo 107

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"No voy a hacerlo"
Le abrí la puerta, ella me miró y sin acercarse a mí se fue. Suspiré contra la puerta, sentía el aire viciado y pesado. Necesitaba salir un rato, apenas podía respirar ahí adentro. Saqué una cerveza de la heladera, tomé las llaves de mi auto y bajé al estacionamiento.
LAUREN POV
Salí de su departamento sin bajar la mirada, sin reprocharme nada porque había sido totalmente honesta. No me arrepentía de lo que había hecho, si hay algo de lo que me arrepentía era de no haberlo hecho mucho tiempo antes en vez de soportar toda esa mierda. Pero finalmente las cuentas estaba saldadas y yo intentaba seguir. Necesitaba que Camila no me juzgara por esto, la necesitaba en mi vida.
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Hacía dos horas que estaba tirada en su cama, boca abajo y sin camiseta, ni brassiere dejando ventilar su tatuaje que seguía molestando. Por algún motivo sospechaba que Camila no lo apreciaría mucho pero eso es si es que decidía seguir con ella.
A pesar de su esfuerzo y avance, seguía siendo antisocial y no tenía amigos. Por supuesto que había mejorado mucho en el trato con la gente e incluso disfrutaba de la compañía de ciertas personas. Para ella el mundo seguía estando lleno de gente de mierda y justamente eso eran los que tenían más poder pero también había personas que valían la pena. Jack y los demás chicos eran cercanos a ella, después de todo pasaba todas sus horas de trabajo viéndolos y después de su castaña eran los que más sabían sobre ella, pero su conocimiento era limitado aun así. Les tenía cariño y sentía la necesidad de ayudarlos y protegerlos pero nunca se abriría totalmente a una amistad, era algo desigual ya que ellos si confiaban demasiado en ella.
Incluso había ido a sus casas un par de veces y siempre se aseguraba de que todo estuviera bien. Si alguno de sus padres les hubiera vuelto a poner una mano encima no habría dudado en partirle la cara. Podría decirse que estaba igual de cercana con Susan, le gustaba pasar algún tiempo con ella y amaba a sus hijos. Pero casi no hablaba de su vida a excepción de su relación con Camila y lo que podría haber sido una amistad estaba contaminado por el hecho de que se basaba en mentiras. En el fondo siempre sería su acto para tratar de enmendar el daño que había hecho. Los surfers eran unos conocidos divertidos para pasar un rato de vez en cuando, nada más. El resto de las personas que conocía -sin contar a los Sanchez y otros mafiosos- era a través de Camila. Gabby le parecía alguien interesante ahora que había dejado de mirarla con recelo por ser la ex de su castaña. De hecho de las amigas de Camila era quien mejor la trataba. Por lo que había visto Jenny era molesta, arrogante y la sacaba de quicio aunque lo disimulaba, o tal vez era la bronca por tenerla que ver besando a su chica. Drew era un idiota, al que no le dedicaba mayores pensamientos, excepto hace un tiempo cuando se había imaginado dándole una buena golpiza. Por último Dinah, ya no era tan irritante y podría haberle caído aun mejor si no fuera porque constantemente se empecinaba por estar lanzándole advertencias. De todas formas, asintiendo y con una buena mirada fría lograba que la chica se removiera internamente con miedo.
La única persona en la que confiaba plenamente era Camila, excepto algunos detalles, sabía todo sobre su vida. Se había expuesto a ella totalmente a pesar de todos los mecanismos de defensa que le advertían los riesgos. Y ahí estaba, con su felicidad y posiblemente su libertad dependiendo de la dueña de esos ojos marrones. Pero no había podido evitarlo, el corazón se le aceleraba cuando la tenía cerca.
Camila regresaba luego de haber dado vueltas con el auto y haber hecho las compras. Descargó las bolsas y entró con la ayuda de Dinah. Juntas acomodaron todo en los muebles de la cocina y la heladera.
D - La próxima compra la hago yo.
C – Perfecto!
D - ¿Hablaste con Lauren?
C - Vino hoy.
D - ¿Qué hizo esta vez?
C – Nada...
D - ¿Cómo que nada? Si me dijiste que te había mentido.
C - Fue un malentendido. Cuando fui a buscarla y su empleado me dijo que no había problemas con los proveedores era porque ella no les había informado. Estuvo esos días arreglando el tema -dijo lo más despreocupada que pudo-
D – Ah, entonces no hay nada raro...
C - No hay nada raro, está todo bien. Voy a darme un baño.
Apenas dejó la cocina borró su cara de despreocupada. Más allá de lo que decidiera consideraba que Dinah no tenía que saber lo que había pasado. Lauren había o razón, este era un tema muy personal aunque se tratara de un asesinato.
Se metió en la bañera llena de agua apenas tibia. Luego de unos minutos cerró los ojos e intentó imaginarse la situación que le había descrito Lauren. En su mente estaba atada, tirada boca abajo en un piso rugoso, con gusto a sangre en su boca y una figura borrosa que una y otra vez parecía querer romperle la espalda de un golpe, para hacerlo aun peor el palo con el que golpeaba estaba hirviendo y la quemaba por algunos segundos. La figura borrosa tomó un poco más de forma hasta que el dolor fue insoportable. Abrió los ojos, temblando y se dio cuenta que había empezado a llorar. Ya no estaba tan segura de que la venganza fuera algo injustificable.
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No quería levantarse pero el teléfono sonaba sin cesar. A regañadientes dejó la cama y atendió.
Lau – ¿Hola?
X - ¿La señorita Lauren Jauregui?
Lau - Ella habla...
X – Soy el policía Gean de San Diego, lamento informarle que su padrastro fue encontrado muerto ayer en su casa.
No estaba nerviosa, estaba segura de que Fausto había limpiado cualquier pista que ella pudiera haber dejado. Lo único riesgoso era que a algún vecino le hubiera parecido raro el auto que entró y salió dos horas más tarde de la casa. Pero para eso tenía que haber estado mirando justo en esos momentos.
Lau - ¿Ayer?
X - Si ayer. No pudimos avisarle antes, nos costó enterarnos de que tenía una hija. Nadie de sus vecinos pensaba que tuviera familia, no había fotos suyas en la casa. Recién cuando revisamos bien todos sus datos en los sistemas nos enteramos que había estado casado y adoptado una hija.
Lau - No se preocupe. ¿Cómo fue que murió? -fingiendo preocupación-
X - Un incendio, al parecer por accidente. Estaba fumando y tomando whisky, se le debe haber volcado la botella y caído el cigarrillo. Eso lo prendió fuego. Nos costó entender como no se prendió fuego toda la casa pero creemos que los detectores de humo y extintores del techo lograron apagarlo una vez que se consumió el alcohol, lamentablemente fue demasiado tarde.
La ojiverde se quedó pensando en lo de los extintores del techo, seguramente los habían puesto los hombres de Fausto para dar una explicación a que se apagara el fuego. Chicos listos.
Lau - Que desgracia, es terrible.
X - Así es. Creemos que lo del accidente es lo más probable pero no descartamos un suicidio, no sé si lo sabía pero su padrastro tenía una enfermedad que iba a matarlo.
Lau - Oh no lo sabía. Hacía años que no nos vemos, desde que tengo 18 años y me fui a vivir sola. Nuestra relación nunca fue la mejor pero lamento tanto no haber ido a verlo, ahora es demasiado tarde.
X - Lo sentimos...Sé que tal vez no es el mejor momento pero tengo que tocar el tema. Su padre no dejo testamento pero naturalmente usted es la heredera. Le correspondería la casa y sus dos autos.
Lau – Eh...en estos momentos no puedo pensar en eso.
X - También a partir de mañana puede retirar el cuerpo de la morgue para el entierro.
Lau - Dentro de unos días cuando...esté mejor iré a ocuparme de todo. Gracias.
X - De nada, cuídese.
Ni siquiera una leve sospecha en su contra. No le hacía ninguna gracia volver a San Diego a ocuparse de todo pero había que hacerlo. La casa enorme y los autos le importaban una mierda, los vendería y regalaría el dinero. No quería nada de ese mal nacido. El cuerpo carbonizado si fuera por ella que la morgue hiciese lo que quisiera pero quedaba mal y hasta extraño que no fuera a retirarlo. Sintió lastima por el aparente honrado policía, no tenía idea de que había estado hurgando en el nido de una de las ratas del negocio de los asesinos, aunque ya estuviera retirado, y que acababa de hablar con la asesina a sueldo más importante e infalible de los últimos años. Pobre idiota.
La pasó casi todo el sábado y domingo en Jane que es cuando más trabajo había. Camila no la llamó ni se dio una vuelta por el restaurante y ella iba a darle su tiempo para que decidiera. Sabía que no podía ser fácil escuchar que había torturado hasta la muerte a su padrastro.
El lunes bien temprano se fue a San Diego. Retiró el cuerpo y lo mandó a cremar. Dos horas más tarde tenía las cenizas. Despreocupadamente manejo unas cuadras y vacío la vasija en un contenedor de basura."Justo donde perteneces Paul" Dijo en voz alta mientras tiraba también la vasija vacía. Ya había contactado con un abogado para que la casa pasara a su nombre y así poder venderla. Llevaría unos días pero mientras podía ponerla en venta si quería. Fue a la casa, reviso sin mucha atención las pertenencias inútiles de su padrastro y encontró lo que buscaba, la caja fuerte. Acertó con la combinación -el cumpleaños de su madre- y se encontró con 1 millón de dólares en efectivo. Tanto ella como Paul nunca guardaban la plata de los trabajos en el banco, era dinero por afuera del sistema y así se quedaba. La diferencia es que ahora Lauren tenía su negocio, plata que declarar e impuestos que pagar. Poseía cuentas dólares, solo para el dinero de Jane y las pagas, lo que le había quedado de su antiguo trabajo seguía guardado en su casa. Cargó el dinero al auto, dejo la casa y su venta en manos de una inmobiliaria y volvió a LA. Recién volvería cuando hubiera un comprador y tuviera que firmar la venta.
Cuando entraba en LA debajo de uno de los puentes de la autopista notó a un mendigo tirado durmiendo. Tomó la mitad del dinero y se la dejó en una bolsa a su lado. Sería una linda sorpresa cuando despertara. El resto lo metió en un sobre grande y lo entregó en mano sin decir una palabra a la encargada de un hogar de niños que se encargaba especialmente de ayudar a chicos maltratados. Cuando la mujer lo abrió no podía creerlo.
X - Gracias, esto es muy generoso. ¿Cuál es su nombre?
Lau - No es necesario saberlo... -dijo deteniéndose antes de subir al auto-
X - No voy a olvidarme de su rostro. Vuelva cuando quiera para ver como se aprovechó el dinero, por fin vamos a poder ampliarnos para ayudar a más niños y dar más atención. Cuando los chicos lo sepan van a querer agradecerle.
Lau - No. Tan solo ayúdelos...
Se subió al auto y no miró atrás. Había sido un buen uso al dinero del malnacido de Paul. Si lo supiera se moriría otra vez.

Deja que se vaya - Camren FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora