Capítulo 13: Cielo Estrellado.

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Viernes. La oscuridad de la noche se ha asentado sobre nuestras cabezas y los nervios se han anudado en mi estómago. Skyler y yo estamos caminando a paso lento por las calles, en dirección a nuestros hogares. Tuvimos que quedarnos más tiempo por un problema con el grupo del sexto piso.

Jace quedó de pasar por mí a las ocho y media. Su reunión me tenía hecha un manojo de nervios y angustia.

Miré a Skyler, la tristeza en su semblante me preocupaba. Desde que le hablé sobre la invitación de Jace, estuvo esperando que Dylan la invitara, pero no sucedió.

Temo que los sentimientos de ella sean demasiados profundos en comparación con Dylan, para él es solo diversión. Me molesta que se comporte así, pero debe ser normal, es la personificación de una palabra que odio... Playboy.

No puedo culparlo, debe estar acostumbrado a que chasquea los dedos y las bragas de las chicas caen para él. Sin mencionar sus hermosos ojos azules y su sonrisa coqueta.

Sopese mi “relación” con Jace. Un par de mensajes no signifacaban nada ¿O sí?. Intentó besarme pero no lo hizo, y se ha insinuado varias veces. Yo soy la que le he impedido avanzar, estoy sobre protegiendo mi corazón porque tengo un mal presentimiento.

Aunque, ahora lo tengo perfectamente claro. Dejaría que —lo que sea que seamos Jace y yo— avance aunque mi corazón saliera en trozos después. Valía la pena.

Además, conocí a Jace mucho antes de que se hiciera famoso, un chico común, quien perseguía sus sueños. Le fue mejor que a mí con eso, mi sueño de estudiar escritura y composición estaba todavía en las nubes. Muy lejos de ser alcanzado, pero no me rendiría.

Además, mi hermana y yo teníamos un pequeña cuenta de ahorros para que fuera a la universidad, parte de ese dinero se fue cuando ella murió para pagar su tratamiento — que no sirvió para nada — en la clínica. Afortunadamente, quedó una parte y con cada uno de los empleos que había tenido a lo largo del último año, el dinero ahorrado iba aumentando.

Sonreí y cuando Skyler y yo nos íbamos a separar para tomar las respectivas calles a nuestras casas, le dije:— No es el único hombre del mundo, no te desanimes.

Ella sonrió y me abrazó, por un segundo, pensé que iba a llorar pero se apartó con una sonrisa.

— Tienes razón.

Con eso dicho, nos alejamos... Esperé un momento antes de empezar a correr, sentía que no me iba a alcanzar el tiempo para arreglarme.

Subí rápidamente las escaleras del porche y entré en la casa como un tornado, subiendo a mi habitación sin detenerme a saludar a Andrew. Por el rabillo del ojo lo había visto comiendo en el mesón de la cocina.

En la seguridad de mi cuarto, me despojé de la ropa de trabajo del hotel y entré en el baño.

Tras ducharme, lavarme el cabello y depilarme. Me hallaba frente al armario sacando un vestido violeta, sencillo con revestimiento de encaje. Lo había comprado para asistir a una gala de la empresa en la que trabajaba Andrew hace un par de meses.

Tenía cierto toque elegante pero no perdía lo casual. No quería parecer que me preocupe mucho por lo que me pondría, además, Jace dijo que era como una reunión familiar.

Saqué el vestido y lo dejé sobre la cama. Empecé a organizar mi cabello, lo sequé y luego tomé el enrizador y le di unas cuantas ondas. Cuando estaba feliz con el resultado, tomé mi estuche de maquillaje y comencé a aplicar corrector sobre una pequeña mancha que tenía desde pequeña sobre mi ceja derecha por el sol. Decidí que no utilizaría mucho maquillaje, en mis ojos utilicé sombras marrones para dar un efecto ahumado y brillo en los labios. Jamás usaba rubor, para mí, por alguna razón carecía de sentido utilizarlo.

Tomé mi celular y revisé la hora, ocho y treinta dos minutos, mis ojos se abrieron de par en par. Me lancé fuera del baño y tomé el vestido. Mis manos habían comenzado a temblar así que casi no consigo ponermelo bien.

Escuché el timbre de la puerta y maldije.

Demonios, Jace, no podías ser menos puntual.

—¡Ya voy! — grité desde el segundo piso rogando porque Andrew estuviera en el baño y pudiera ser yo quien abriera la puerta.

Tomé los accesorios y ni siquiera me fije mientras me los puse. Me coloqué los tacones, son color plata con acabado mate, no me gustaba que fueran tan llamativos pero eran los únicos que tenía. Solían ser de mi hermana, pero solo se los puso dos veces.

Estaban prácticamente nuevos.

Dejando mis pensamientos atrás, me lancé escaleras abajo corriendo el riesgo de romperme el cuello pero mis plegarias no habían sido escuchadas. Andrew había abierto la puerta, estaba mirando a Jace de los pies a la cabeza y por primera vez vi a Jace intimidado.

Fui a su rescate.

— ¡Vas a salir con él, Haley! Es un jodido mujeriego. ¿Ves siquiera la televisión? — era la primera vez en mi vida que escuchaba a Andrew hablar así. Estaba metida en un embrollo.

— Estaré bien, puedo tomar mis propias decisiones. Vamos, Jace — lo empujé para poder salir y Jace lucía sorprendido.

— Buenas noches, señor Jones, un placer, soy Jace Carter.

Quería golpearme en la cara. Error. Los ojos de Andrew se abrieron sorprendidos y vi saltar un músculo en su mandíbula.

— Sé quien eres, Jace Carter, lo que no sé es por qué Haley esta saliendo contigo. Por cierto, no soy el padre de Haley — soltó él y luego me dedicó una mirada. Hablaríamos cuando volviéramos, tendría que prepararme para la tercera guerra mundial. Andrew cerró la puerta en nuestras narices.

— Haley, ¿Qué... — la mirada que le lancé lo calló.

—Luego, hablaremos de eso, vamos, quiero disfrutar esta noche contigo.

Con todo lo que pasó, no me percaté del atuendo de Jace. Pantalones elegantes y una camisa, aún así tenía las mangas dobladas sobre los codos. Podría haber babeado.

— Te ves hermosa — soltó sacándome de mi ensimismamiento. Se acercó y sentí que iba a besarme pero no lo hizo.

— Tú no éstas nada mal.

Se rió y sacó una llave su bolsillo. Mientras bajamos el porche noté el costoso auto aparcado frente a la entrada. Range Rover. No sé cuál, pero podría costar un riñón

Tenía miedo hasta de subirme. Por primera vez, aprecié la magnitud de la situación. Estaba saliendo con Jace Carter.

En un auto que jamás pensé que vería tan cerca, para acompañarlo a una reunión familiar.

Iba a tener una combustión espontánea.

Jace abrió la puerta del copiloto para mí y subí con cuidado. Jace subió y condujo.

— Andrew era un amigo de mi hermana, nunca conocí a mi padre — dije de repente, pero no me arrepentí. Giré para observar su reacción.

Esperaba ver lastima, pero parecía... Enojado.

— ¿Era?

Fue lo único que preguntó. Bien, porque no quería rememorar el pasado.

— Ella murió el año pasado.

— Lo lamento, Haley.

— No lo hagas, así estaba escrito el destino... Además, de no ser así, no te habría conocido.

Conmocionado por mis palabras se concentró en conducir, noté un leve sonrojo en su rostro y Sonreí para mí misma.

Jace, has tomado otro trozo de mi corazón.

— Habría sido una pena no conocerte — dijo y fue mi turno para sonrojarme.

Miré por la ventana hacia el cielo estrellado, no sé si era mi percepción, pero lucía más brillante que nunca.

Letras de JaceWhere stories live. Discover now