Capítulo 7: Chicle de frambuesa.

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Jace se abalanzó sobre mi, si no hubiera retrocedido un poco, hubiera terminado en el suelo con él encima.

Skyler soltó una carcajada y yo la fulmine con la mirada, estaba atrapada en el fuerte abrazo de Jace, esto me parecía un poco incómodo, sobre todo, porque no me gustan las muestras de afecto.
Jace ignoro el hecho de que mi cuerpo estaba completamente tenso, y que además, no le regresaba su abrazo.

Un par de segundos pasaron hasta que se separo de mi, con una sonrisa burlona en sus labios, furiosa y enrojecida de repente, me giré sobre mis talones, tomé una escoba y entre en la habitación más cercana, ignorando las risas que se escuchaban en el pasillo.

Saqué mi celular de mi bolsillo trasero de los pantalones, junto con mis audífonos, me los puse en los oídos y apreté reproducción aleatoria.

En un segundo, American Dream de MKTO retumbó en mis oídos y no pude hacer nada más que moverme por la habitación limpiando, mientras tarareaba en voz baja.

This ain’t the same summer song that you used to know
So baby, let's live and die before we're getting old
You know that nothing is the way it used to be
So tell me whatever happened to the American Dream.

De un momento a otro, comencé a cantar, dejando que la música fluyera a través de mi, generando un sensación de calma en mi interior.

Amaba cantar, pero jamás tuve el valor para enfrentarme a un público, temo demasiado de los comentarios que puedan decir sobre mi, odiaría que alguien me dijera algo malo, soy muy insegura.

Terminé de acomodar los tendidos limpios en la habitación y giré. Skyler estaba recostada contra el marco de la puerta, observandome con una sonrisa en sus labios y emoción contenida.

Sorprendida como nunca en mi vida, me quede petrificada, deseando poder esconderme tras algo.

Tenía miedo de lo que pudiera decir, pero no parecía que fuera a decir algo malo, de hecho, por su expresión, sorprendida pero sonriente, deducía que sería bueno, aun así, no quiero oírlo.

El grito de Skyler resonó por todo el piso, ella se lanzó en mi dirección, mi celular y audífonos, cayeron al suelo, olvidados.

—¡Tu voz es hermosa!— exclamó mientras brincaba por toda la habitación.

Escuché como alguien se acercaba por el pasillo, así que me lancé en persecución de Skyler, quien aún hacia estruendos por toda la habitación. 

La atrapé y la silencie lo más rápido posible, para cuando Caden estaba en la puerta observándonos, sólo fingimos estar limpiando. Espero no note que la habitación ya esta limpia.

—¿Qué era todo ese escándalo? —pregunto mirando minuciosamente el lugar.

—Haley sabe... — comenzó Skyler pero la interrumpí rápidamente.

—... Como matar una araña, había una enorme bajo la cama —suelto un suspiro de alivio cuando Caden mira horrorizado la habitación.

—¿Una araña?

—Enorme con patas peludas — asiento para darle veracidad a mis palabras, luego, lo miro directo a los ojos.

Parece asqueado y de repente, me preocupo, porque puede demandar al hotel.

—Pero, no te preocupes, es la primera vez que esto sucede — suelto rápidamente para enmendar lo que he dicho.

Asiente pero no parece seguro, lo observo retroceder diciendo: —Bueno, chicas, dejo que continúen con su trabajo.

Luego, desaparece.

—¿Por qué no dejaste que le dijera? — espeta Skyler mientras posa una mano en su cadera y arquea una ceja en mi dirección.

—Primero, porque es mi... Voz, y si no quiero decirle a nadie sobre ella, no lo hago. — digo y ella bufa mientras salimos de esa habitación para entrar a otra. Veo un envoltorio de chicle de frambuesa en en suelo del pasillo y ruedo los ojos.

Tendré que hablar con Jason y su obsesión con ese chicle. Los recojo, y los echo en una bolsa de basura.

—Segundo, —continúo cuando sacamos los utensilios de limpieza y entramos a la otra habitación. —Porque ellos se están hospendado aquí y nosotras somos empleadas de este hotel, no sus amigas, así que no les incumbe nada sobre nuestra vida.

Parece renuente a aceptar mis palabras, pero con un suspiro pesado y un sobreactuado puchero, sale de la habitación y se dirije a otra para limpiarla.

Mientras limpiamos de una habitación a otra, no intercambiamos palabras, Nathan decidió que ellos limpiarían el lado izquierdo del piso y nosotras el derecho.

Para cuando termine con mis habitaciones asignadas, el piso estaba tranquilo y los chicos se habían ido a alistarse, ya que, esa noche, tendrían una entrevista en vivo.

Arrastré el carrito de limpieza para guardarlo en el armario del personal de ese piso y cuando pase por la habitación de Jason, el piso estaba de nuevo a rebosar de envoltorios rosas.

—¡Jason! — grité y me arrepentí al instante. Mis mejillas se tornaron rojas cuando Jason salió de la habitación con una postura relajada mientras mascaba.

Y mascaba. Mascaba. Mascaba.

—Quiero pedirte encarecidamente que seas considerado y deseches los envoltorios de tu chicle en la basura del baño de tu habitación y no los dejes por ahí — dije tan suave y amablemente como me fue posible.

El pareció sorprendido por un instante y luego miro el piso de su habitación.

—Lo siento, Haley — dijo serio y me dejo anonadada cuando se agacho y comenzo a recoger los papeles.

—Gracias...— dije con un hilo de voz y continúe mi camino hacia el armario.

Me lleve una gran decepción cuando alguien se cruzo en mi a camino.

Mis ojos siguieron una ruta rápida desde sus pies hasta su cabeza. Desde la cintura estrecha a amplios hombros y una apenada mirada ambarina.

—¿Desea algo, señor Carter? —pregunte. Haciendo al pie de la letra mi trabajo.

El no respondió. Se dedicó a observarme con aire tranquilo y una expresión adorable. Suspire para mis adentros.

—Señor Carter, si no le molesta, tengo otras cosas por hacer — dije tratando de mover el carrito en otra dirección pero me lo impidió.

—No me digas señor, sólo tengo veintidós años. Además, para ti soy sólo Jace. — pide, le doy una mirada cargada de irritación. — Tengo algo que decirte, Haley.




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