Capítulo XXVI

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Una perdida.

Meses Después...

-Sofía-

Mi vida había sido consumida por la rutina de los exámenes y mi vestidor nocturno, nada había cambiado para mejor en ella pero eventos increíbles han sucedido desde aquel día; mi adorada amiga Lucia se inició en el arte de las relaciones sexuales con su querido Luca con el cual lleva una relación amor-odio desde aquella noche ya que en un par de ocasiones lo ha pillado llenándole el tanque a Lena, quien resultó ser una especie de prima segunda o tercera de la fallecida esposa del ruso quien lamentablemente murió de manera trágica cuando el avión en que viajaba se desplomó. Por otro lado, están Fer y Julio quienes siguen siendo tan o más felices que antes; los envidio ya que a pesar de ser gay en esta sociedad tan mente cerrada viven su amor como nadie sin importar el que dirán.

En cambio, de Rodrigo y de mí no hay mucho que contar, después de aquella encantadora velada en la que nos entregamos en cuerpo y alma mucho cambio para peor ya que a la mañana siguiente en lugar de encontrarme con el hombre del que encontraba contra todo pronóstico irremediablemente enamorada solo encontré una nota que me trajo a mi dolorosa realidad.

<<Gracias por el excelente sexo, toma un taxi y llámame si me necesitas>>

Acompañada de aquellas tan poco empáticas palabras se encontraba un fajo de dinero el cual era suficiente para pagar taxis durante un año entero. ¿Cómo me sentí? la puta menos apreciada de todo el mundo. Llore hasta que mis ojos quedaron totalmente secos, me duche y vestí, luego salí de aquel sitio que con una sensación agridulce dejando allí una buena sorpresa para quien llegara la limpiar la habitación.

Hoy como ya se había vuelto una costumbre él llegaba a mi apartamento, yo lo recibía con una hermosa sonrisa, me tomaba de la mano para llevarme a mi habitación luego nos despojaba de nuestras ropas para finalmente tomar lo que quería de mí y por último se duchaba. Sin decir más de lo necesario se marchaba dejándome en la oscuridad, acurrucada en un rincón a la espera de que mis sabanas se enfriaran y mis ojos dejaran de derramar lágrimas a su consta.

Me encontraba todavía desnuda envuelta en una manta ya que frio en la ciudad empezaba a hacer estragos. Cuando salió del baño todavía secando su perfecto cabello, le sonreí y me levanté llegando en segundos a su lado y sin más lo besé, por unos segundos me devolvió el beso, pero antes de que empezará a disfrutarlo se separó de mí.

-Deja de ser tan melosa Sofía. Me tengo que ir; mi mujer me está esperando y últimas semanas han sido difíciles para ella y aún falta dos semanas para su fecha de parto - Dijo mientras se apartaba de mí. Cada que mencionaba a su hijo las lágrimas amenazaban con salir sin ningún control de mí. El recuerdo de lo sucedido y todo lo que hice para que él ni sospechaba me destrozaba. Un <<me voy, me llamas luego>> me sacó de mis pensamientos, pero cuando quise contestarle ya se había marchado.

-Flash back-

Habían transcurrido tres horas de que Rodrigo abandonó mi departamento dejando frio el lado derecho de mi cama y una vez más me pregunte cuánto tiempo más podría soportar esta situación, se ha vuelto frio e irreconocible. Dos meses en que solo viene a buscar para desahogo sexual desde que a su esposa le prohibieron tener sexo, no era que antes habría sido diferente, pero al menos en aquellos días luego del orgasmo podíamos pasar horas hablando mientras yo me recostaba cómodamente en su pecho o estaba, ahora bien, se corría saltaba de la cama como si este de un momento a otro de desagradara bajo la piel. Esta también sería un de esas noches en la que después de horas de llanto el cansancio de apoderaba de mí y me enviaba a los brazos de Morfeo y así fue como una noche más al fin pude conciliar el sueño.

Buenos Días ProfesorWhere stories live. Discover now