Cosplay | Halloween 2015

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Gerard puso los ojos en blanco.

Llevaba por lo menos un cuarto de hora esperando a que su pareja estuviese lista, o quizás era su pareja quién le estaba esperando a él. Lo cierto es que tras estar encerrado media hora en el baño de su habitación había logrado concretar su maquillaje. Y ahí estaba, con ese bonito traje que había conseguido en internet complementado a la perfección con su -momentáneo- rubio cabello y una badana en la frente. Bueno, quizás era un disfraz un poco estúpido, pero su mejor amiga Lindsey iba a ir vestida como Tsunade y... no quería dejarla sola en el frikismo así que ahí estaba él, con 22 años recién cumplidos y un fenomenal cosplay de Naruto ceñido a su cuerpo un poco pasado de kilos. Pero eso daba igual, el asunto es que se veía fenomenal. Lo sabía, lo sentía. Y eso elevaba su ego en un dos mil por ciento.

Y si bien por su parte estaba todo bien... Frank no lo estaba manejando también. Ambos tenían varios trajes que habían usado años anteriores y que el mismo Frank había estrenado en convenciones de anime, pero en ese preciso instante no hallaba ni uno solo que satisficiese sus necesidades de adolescente veinteañero nacido en Halloween. Y era una fiesta importante para ambos, no se trataba sólo de la fiesta de cumpleaños número 20 de Frank y la celebración anual de Halloween... era también la noche en que se presentarían ante sus amigos como una pareja oficial.

Y todo tenía que ser perfecto.

- ¿Qué te parece?

La sonrisa de Frank no era visible, pero Gerard podía verlo sonreír detrás de esa asquerosa sábana blanca con agujeros para los ojos. Sus cejas se enarcaron casi hasta el nacimiento de su cabello. Parecía una broma. Debía ser una broma. Había tenido por lo menos una hora para escoger algo decente y en ese momento tenían sólo diez minutos para atravesar la ciudad rumbo a casa de James. No podía plantarse ahí con una sábana. Una estúpida y fea sábana y decir que ese era su disfraz de Halloween.

- ¿De qué se trata esto? -intentó sonar casual, pero sentía la vena en su frente palpitar, y su tono de voz tampoco ayudaba mucho.

- ¡Es mi disfraz de Halloween, Gee! -Exclamó Frank con evidente emoción- A que no adivinas quién soy.

- ¿Frank?

- ¿Uh?

- ¿Una sábana?

- ¡No es sólo una sábana, Gee! -Su emoción se hizo notable de nuevo- ¿Es que no lo ves? ¡Soy tu personaje favorito de Games of Thrones! ¡Puedo ser cualquier Stark o cualquier Baratheon o cualquier Targaryen! ¡El cielo es el límite! ¡Puedo ser Tywin Lannister o el comandante Mormont! ¡Puedo ser Mance o Ygritte! ¡Soy un genio, Gee!

Gerard volvió a poner los ojos en blanco y aunque una sonrisa quería asomarse por la comisura de sus labios porque la verdad es que la emoción de su novio se le hacía algo adorable, hizo lo posible para mantener la compostura. Dejó ir un largo suspiro y luego de mirar la pantalla de su celular negó una vez.

- Yo me voy, Frankie. Te espero en casa de James. Ve con un buen disfraz, ¿escuchaste? Tienes quince minutos. Corre.

Y sin decir más se marchó. Traía las llaves del auto en los bolsillos junto con su celular, la billetera y el regalo para Frankie. Era genial que Naruto tuviese unos bolsillos tan grandes porque de otro modo hubiese tenido problemas. Diez puntos extra para Naruto. Sus pasos acelerados le llevaron rápidamente a la puerta principal de la casa de su novio y luego de despedirse con un gesto de la mano de su suegra que veía atentamente una película de la época en la televisión, salió a la calle. La verdad es que se sentía un poco tonto ahí mismo, con un montón de niños disfrazados corriendo de un lado a otro... todos de unos quince años hacia abajo, pidiendo dulces. Y ahí estaba él, vestido de Naruto.

warm and fluffy; frerardWhere stories live. Discover now