Capítulo 1: Falda color vino

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-por lo que veo, soy muy malo mintiendo- río, ¿Cómo? Entonces para que ha venido a mi habitación... - ¿Mentir, entonces por qué has mentido? -pregunté, realmente me interesaba saber.

-por que te quiero ver...El otro día dejamos algo pendiente ¿recuerdas? - dicho esto se acercó a mi estando a poca distancia de mi rostro. Y es cierto... Un día que fui a su casa, jugamos a un juego de la "play station", hicimos un pequeño reto, si yo perdía tenía que darle un beso en la mejilla, justamente cúando el juego terminó yo me tenía que ir a mi hogar.

-creo que es mejor que te lo de en otro momento, tengo que saludar a tu família y todos nos están esperando abajo- intenté esquivar el beso, realmente cuándo estoy con él me pongo nerviosa.

-vamos...Sólo es un segundo- no sé de que manera lo hizo para convencerme, pero terminé dándole un beso en la mejilla. -ya está...¿Contento?-reí. -me siento incompleto...Dame otro-puso una cara tierna e eso logró convencerme de nuevo. Me acerqué a él lo suficiente e deposité un beso en su mejilla.

-también quiero saber a que sabe tu boca...- rozó sus dedos por mi labio rosado. Mis ojos se abrieron de par en par al sentir su boca comiendo la mia, su lengua estaba entrelazada con la mia, de la impresión me quedé cómo una estatua, no ejercía ningún movimiento con mi lengua,me acercó a él pudiendo notar su bulto duro, eso me hizo excitar tanto que me hizo reaccionar saliendo de mi shock, entrelazé mis brazos en su cadera, moví mis labios lentamente ya que el beso ahora era un poco más tranquilo, me puse de puntillas e seguí besando sus labios. Ahora nada me importaba, estoy muy sumergida en este beso. Sus manos acariciaron e apretaron mis glúteos por encima de la corta falda color vino que tenía puesta.

-tu falda me trae loco...-habló en voz baja. No sé en que momento ni en que segundo me encontraba sentada en mi escritorio con él delante besando mi cuello e acariciando mi muslo, mi cuerpo palpitaba e la adrenalina bajaba y subía sin control, y más al sentir cómo quitaba mi jersey blanco.

-al parecer estabas esudiando el tema de la sexualidad- habló entrecortadamente. -sí- limité a responder. -¿no te gustaría sentir qué es la sexualidad ahora? Sentir que es ser penetrada..- bajó mi falda, practicamente estaba semi desnuda delante de él, yo asentí sin pensarlo dos veces. Él mismo extrajo su camiseta, dejando ver el cuerpo más masculino que he visto en mi vida, yo le ayudé a bajar su pantalón junto con su bóxer.

¿Pero que es eso?

Miré su gran masculinidad , realmente nunca he tenido una en vivo, sólo en libros o exposiciones, tragué en seco nerviosa, él mismo quitó mi sostén dejando al aire libre mi busto, gemí alto al sentir su lengua lamer suavemente mi seno, el lubricante natural salía de mi feminidad humedeciendo mi ropa interior. Hizo el mismo procedimiento con el seno derecho y a continación bajó mi ropa interior.

-¿estás lista linda?-susurró en mi oreja mientras su dedo acariciaba el extremo de mi pecho erecto(pezón), yo asentí. Se colocó el preservativo en su miembro e enseguida sentí un molesto dolor que me hizo gemir fuerte, tapé mi boca e dejé escapar una lagrimas de dolor. Francisco me miró desconcertado, observó mi rostro e limpió mis lagrimas, no podía soltar mi mano de mi boca ya que se escucharía mucho el sonido de mis sollozos.

-¿Eres virgen? ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! - dijo preocupado. -no lo sé- dije llorando.

-pequeña...Lo siento, realmente no lo sabía, me siento cómo una basura...Soy un estúpido- se insultó el mismo.

-lo siento...- besó mi frente e me abrazó, me abrazó tan fuerte que podía sentir cómo me quedaba sin respiración.

***

Sus dedos me penetraron suavemente mientras besaba mi cuello con delirio, yo misma tapaba mi boca para no hacer muy sonoros mis gemidos. Ambos estábamos tumbados en mi cama bajo las sávanas. Sus dedos dejaron de penetrarme, ahora sólo se dedicó a lamer los fluidos de mi feminidad.

-¿Estás lista, preciosa?-preguntó ahora mientras acariciaba mi húmeda feminidad. Ahora sí estaba más que lista... -sí-afirmé en un gemido. Introdujo poco a poco su miembro hasta estar lo mas profundo de mi, se quedó quieto esperando a mi reacción.

-porfavor sigue-insistí. -sólo bésame para que tus gemidos no se hagan muy sonoros- dicho esto comenzó a mover poco a poco su cadera danzando junto con la mía para hacer una profunda penetración.

-te quiero Aurora- susurró entre besos.

Intenté besarlo todo el tiempo posible, para no hacer el mayor ruido. Este és el dolor más placentero que he sentido en mi vida.

-¡Aurora! ¿Has visto a Francisco?- preguntó una voz femenina desde el otro lado de la puerta, mi hermana Ariana estaba detrás de la puerta preguntando por Francisco, mientras yo y él estamos aquí teniendo sex*.

-no...No lo e visto-chillé casi en gemido, estaba a punto de llegar al límite del placer o más bien orgasmo.

-¿Aurora estás bien?-questionó mi hermana. -si-limité a responder.

-vale, pues entonces deberías de bajar los vecinos están aquí -dijo ella. -está bien, y-a ya casi bajo- gemí apretando los labios.

-Aurora ¿realmente te encuentras bien?- volvió a preguntar mi hermana. Tardé un poco en responder ya estaba llegando al límite e no podía contestar sinó saldría un gran gemido de mis labios, ella podía descubrirme.

-¡Aurora abreme la puerta!-ordenó mi hermana. -¡ahora bajo, sólo vete!-dije extasiada. Después de eso no volví a sentir la voz de mi hermana. Francisco me miró e besó mi frente, salió de mi lentamente e cayó encima mío acabando ambos extasiados.

-preciosa, lo siento... Realmente me arrepiento de no saber que eras virgen- me abrazó e besó mi mejilla.

-no pasa nada, es mejor que te cambies y bajes- respondí en voz baja, mi voz sonaba tan débil.

***

-¿Estás mejor?- secó mi cuerpo con la toalla. -sí, estoy mejor, Francisco...Yo me puedo secar sola-sonreí, él está tan preocupado, incluso se a ofrecido a secarme después de la ducha.

-debes de bajar con todos, yo bajo después-dije en una sonrisa.

-¿Estás segura?-habló alarmado. -sí-dije por milésima vez.

{Prohibido ella es mía}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora