Capítulo 3: Hiro, el cerebrito repelente

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Habían pasado varios días desde que Jane se encontró con Lilo y agradeció no volver a encontrarse con ella... ni con su perro.

Sonó el despertador, pero Jane ya estaba despierta. No había podido dormir por los nervios del primer día de clase, pero de todos modos se había quedado acurrucada en la cama. Apagó el despertador y encendió la luz. Su habitación había tomado algo más de personalidad: La estantería estaba llena de libros, tenía un escritorio, un armario y una cómoda que le hacía a la vez de mesilla de noche. Justo frente a la cama, sobre el escritorio, había un viejo poster de Eric Clapton que le había regalado su padre. Jane se puso en pie y se dirigió a la cocina, donde el resto de su familia ya desayunaba.

- Buenos días cielo - saludó amablemente su madre.

Jane respondió al saludo con un simple gesto de cabeza y se sentó a desayunar.

- ¿Nerviosa por tu primer día? - preguntó su padre.

- Un poco ¿Y tú?

- Como un flan.

Jane estaba en realidad más nerviosa de lo que dejaba ver, no solo por acostumbrarse al nuevo instituto, nuevos compañeros y profesorado: Le incomodaba profundamente que su padre fuera su profesor de inglés. Cuando habló con el director del centro para saber si podía convalidar la asignatura la respuesta que obtuvo fue negativa, pues por lo visto eso era algo que tan solo era posible en bachillerato.

- ¡Yo tengo muchas ganas de empezar! - exclamó Daniel - ¡Seguro que me lo paso genial!

- Espero que seas igual de optimista cuando empieces el instituto - comentó Jane.

Tras el desayuno se preparó para ir a clase. Se puso algo sencillo: Unos vaqueros con una camiseta morada, su color favorito. Se desenredó el pelo, cogió su mochila y se reunió con la familia en el portal.

Al haber devuelto ya el coche de alquiler, el padre de Jane cedió su coche a su mujer e hijo, ya que la escuela de Daniel quedaba más lejos y tanto Jane como su padre tenían tiempo de sobra para llegar a pie a su centro.

De camino al instituto no hubo una gran conversación, ya que el señor Stone nunca tenía muy claro de qué hablar con su hija: El último libro qué había leído o la última película que había visto, qué le parecía la ciudad... Son algunos de los temas con los que William Stone trató de mantener una conversación. Pero estas no duraban mucho, ya que Jane no era una chica demasiado comunicativa, por lo que durante la mayor parte del camino los acompañó el silencio.

Cuando llegaron al instituto Jane se sorprendió de la inmensa cantidad de gente que había. No solo en los alrededores, si no en el propio hall, que parecía mucho más pequeño ahora que la primera vez que estuvo en él.

Se despidió de su padre y buscó un rincón donde descansar hasta que comenzaran a pasar lista y guiar a los alumnos a sus aulas.

De ahí a unos minutos una mujer de pelo canoso y gafas de ojo de gato comenzó a llamar a los alumnos de primer curso.

<<Ese tipo de gafas debe estar de moda>> pensó Jane mientras fruncía la nariz en señal de desagrado.

No pasó mucho tiempo hasta que un hombre joven de media melena negra, gafas y bata blanca de laboratorio, se plantara en el hall y comenzara a nombrar a los alumnos de 3º C, clase a la que Jane descubrió pertenecer. Cogió sus cosas y siguió el rumbo del profesor y sus nuevos compañeros de clase, mientras pensaba en qué demonios pensaban sus padres cuando decidieron llamarla "Jane Moira Ángela". Odiaba que dijeran su nombre completo.

2nd Generation (Español) -PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora