Capítulo 23 -Cuándo parar

1.7K 106 8
                                    

-Erik, odio las flores. -Exclamé al llegar a él-

Ignoré al rubio y entré al coche. Agarré mi móvil y lo desbloqueé. Cualquier distracción sería buena para evitar mirarle. Era lo que menos me apetecía en ese momento, después de aquello.

Escuché la puerta del piloto abrirse, pero sólo fueron unos segundos. Erik había abierto la puerta para dejar en el asiento el ramo de flores, acto seguido cerró de un portazo y caminó hacia delante. Le seguí con la mirada. El rubio llegó hasta una chica rubia y, tras saludarla con dos besos, comenzó hablar con ella.

Salir o no del coche. Demasiado tarde para pensarlo, ya me encontraba caminando en su dirección. Me situé a la derecha del rubio sin decir nada y ambos callaron para mirarme.

-Erik, cariño, ¿nos vamos? -Pregunté con una sonrisa y una simpatía totalmente falsa-

-¡Alexandra! -Exclamó la chica-

La miré y arqueé una ceja.

-Bienvenida al club. -Continuó sonriente y me extendió su mano-

Estreché su mano y fingí de nuevo una sonrisa. Podía escuchar las risas de Erik por lo bajo.

-Gracias. -Respondí tras unos segundos-

"¿Quién coño eres, por qué sabes mi nombre y por qué estás hablando con mi Erik?"

-Es la capitana del equipo. -Dijo Erik sonriente como si hubiera leído mi pensamiento-

-Encantada. -Dije sin saber qué responder-

Un silencio incómodo se creó entre nosotros durante unos segundos, hasta que una cara conocida se apareció de detrás de Erik. No, él no.

-¿Haciendo amigas? -Preguntó Reus dirigiéndose a mí-

Pasó su brazo por el cuello de Erik sonriente. Aparté la mirada de él con desprecio y miré al frente cruzándome de brazos. No tenía una razón clara, pero lo odiaba. Odiaba a Marco Reus con todas mis fuerzas.

Trataba de esquivar las miradas de la simpática chica para evitar hablar con ella cuando una figura femenina apareció de detrá de mi y se colocó al lado de Erik. Apoyando su brazo en su hombro. O salía pronto de allí o acabaría matando a cada ser humano que se acercase a ese rubio. Uno a uno.

-¿Qué tal, Erik? -Preguntó la última chica-

El rubio, tan jodidamente amable como siempre, respondió a la chica con una enorme sonrisa. Se conocían, vale. Pero podían dejar el contacto a un lado, hablar sin tocar es mucho mejor.

-Cris, deja de acosar a Erik y hazle caso a tu novio.

"No. No puede ser posible" pensé.

Miré su cara disimuladamente una vez más. Era esa, la novia de Marco Reus. La ahora famosa Cristina... no, no me sabía su apellido. Tampoco me importaba.

Evitaba escuchar la conversación que mantenían entre ellos, así que opté por apartarme disimuladamente de ahí. Imposible, ahora esa tal Cris se acercaba a mí sonriente.

-Encantada, soy Cristina. -Exclamó-

-Alexandra. -Dije yo-

Ella asintió y se lanzó para darme dos besos. ¿Por qué exisitía gente tan cariñosa? Sólo podía soportar a una única persona en ese estado. A Erik, por supuesto. No me importaba que el rubio se pusiera cariñoso conmigo.

Mientras Cris continuaba mirándome esperando a que dijera algo, observé cómo Marco le decía algo a Erik al oído sin apartar sus ojos de mí.

-Dilo en alto. -Exclamé con seriedad-

Marco se apartó de Erik y este me miró. Cris también me observaba extrañada.

-¿Acaso te importa? -Respondió el rubio provocativo-

-Si me miras mientras hablas con él sí. -Respondí-

-Le comentaba a mi amigo lo borde que puedes llegar a ser. -Dijo finalmente-

Asentí a sus palabras y miré a Erik. ¿Cómo era posible que se estuviera riendo?

-¿Quieres que hable yo de lo que tú puedes llegar a ser? -Reaccioné-

Marco soltó una carcajada y Erik cambió su gesto. Ahora parecía comenzar a preocuparse. Y con razón.

-Puedes empezar. -Provocó el rubio-

-Marco, ya vale. -Interrumpió Erik-

Erik y su miedo a que Marco y yo continuáramos discutiendo, siempre nos cortaba a esa alturas de nuestras "conversaciones". Parecía que eso era lo único que sabía decir cuando estaba con ese rubio odioso, el resto del tiempo se mantenía callado.

-¿Ya vuelves a saber hablar? -Pregunté irónica a Erik-

El rubio rodó los ojos y se cruzó de brazos. Marco rió y esa chica, Cris, se la veía preocupada por la escena.

-Pensaba que, no sé, se te había olvidado, como no dices nada sobre las palabras de Marco... -Insistí-

-Alex, ya está bien, ¿no? -Exclamó serio-

Reí sin decir nada. ¿Verdad que jode, Erik Durm, que se rían en tu cara cuando te hablan en serio?

El rubio estrechó la mano de su gran amigo Marco y supuse que era la hora de irnos. O no.

Di media vuelta y me dirigí a la puerta del estadio, la cual estaba llena de gente. Ignoré las llamadas de Erik y entré al interior. Bien, ahora esa era mi... "casa", ¿no? Pues, ¿por qué no explorarla durante un rato y perder de vista a Erik?

Caminé unos pasos y me aparté de la puerta, unos metros más adelante escuché la puerta por la que había entrado abrirse y cerrarse. ¿Erik? Comprobemos entonces lo bien que conocía el rubio su estadio.

Entré a una de las salas, ¿el vestuario? Caminé por su interior y visualicé una figura sentada en los asientos, frente a las fotos de cada jugador del equipo.

-¿Hola? -Preguntó-

"Mierda, esa voz..."

-¿Alexandra? -Insistió-

¿Por qué no podía, simplemente, desaparecer? No quería volver a encontrarme cara a cara con ese chico otra vez. Le miré y este se levantó. Alzó sus brazos mientras caminaba hacia mí, ¿que pretendía?

-Vengo en son de paz, no me tires ninguna copa de vino por encima como a mi amigo. -Rió-

Me acordaba de su nombre. Y de su cara. Moritz Leitner. Se acercó a darme dos besos que acepté. No tenía razones para odiarle, al menos, el gilipollas de su amigo no lo consideraba como tal.

-¿Qué tal, qué haces aquí? -Preguntó-

-He fichado por el Borussia. -Respondí-

Abrió la boca sorprendido, ¿qué era tan sorprendente?

-Me alegro mucho, es la mejor opción que has podido tomar.

Asenti. ¿Podía irme ya?

-¿Has salido al campo? -Preguntó-

Negué con la cabeza. Tampoco me apetecía, pero no, no lo había visto. Y tampoco parecía que pudiera salir de allí cuanto antes.

-¿Puedo ser el primero que te lo muestre? -Preguntó sonriente-

Extendió su mano hacia mi y yo la miré seguido de su sonrisa. Erik se encontraba ahí fuera, por algún pasillo cercano. ¿Si salía ahí fuera agarrada de la mano de Moritz... Erik iba a pensar cosas que no debía?

Podía ser divertido. O no.

-------------------------------------
Holaaa! Cuánto tiempo, cómo va todo? Yo ando liada con los estudios, pero sacando tiempo para todo! Espero que os esté gustando la novela y que os haya gustado este capítulo como a mí. Disfruto mucho escribiendo los puntos de vista de esta chica, Alex.
Darls las gracias por los votos y comentarios, me hacéis muyy feliz <3
Os mando un beso enorme a todas y nos vemos este viernes con más. Os quierooooo!

Completamente incompatibles (Erik Durm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora