Capítulo 6 -La opción correcta

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La imagen del beso de Erik me vino a la cabeza y colgué la llamada antes de que diera el segundo tono. ¿Cómo iba a llamarle ahora después de haberle dejado plantado? Se supone que no íbamos a vernos hasta dentro de mucho tiempo, y aún no era del todo consciente de que lo que había ocurrido segundos antes, quién sabe si me arrepentiría minutos después.

Bajé del ascensor y me encontré con algunas de mis ahora ex compañeras en la recepción del hotel. ¿Pasar desapercibida o plantarme delante de ellas?

Andé unos pasos y la portera del equipo me vio. Le dijo algo a las demás y todas me miraron. No me quedaba otra opción.

-Espero que el año que viene ganéis sin mi lo que no habéis sido capaces de ganar conmigo. Suerte, la necesitaréis. -Exclamé delante de todas-

Sentí mi móvil vibrar en mi mano pero no aparté la mirada de ellas.

-Alex, nosotras sólo...

-¡Tranquila! -La corté- Nos veremos pronto, ojalá en una final de Champions League, pero nos veremos. -Dije sonriente-

Todas me miraron extrañadas y yo le eché un vistazo a mi móvil, que comenzaba a sonar. Erik me estaba llamando. Una última frase y me iría de allí.

-Perdonad, me llaman por teléfono. -Dije mostrando la foto de Erik-

Me aseguré de que todas lo vieran y automáticamente se miraron entre ellas para decir algo en voz baja. Descolgué la llamada y me despedí de ellas con la mano. Salí al exterior mientras respondía a Erik.

-¿Sí? -Pregunté-

-¿Me has llamado? -Preguntó al otro lado-

De nuevo la Alex valiente se iba para dejar paso a la Alex callada y vergonzosa.

-Sí, bueno... es que, verás. -Dije asegurandome de estar lo más lejos posible del hotel- Me han echado del equipo.

Pude notar la sorpresa que Erik se había llevado desde el otro lado de la llamada.

-Puedes venir a mi casa si lo necesitas. -Fue lo único que dijo-

Me paré cuando el hotel estaba lo suficientemente lejos y respondí a su propuesta.

-La verdad es que eso me vendría muy bien. -Dije sincera-

-Estoy a dos minutos de allí, voy enseguida. -Dijo y colgó la llamada-

Iba a dormir en casa de Erik, y seguramente no sería la única noche que lo haría, me negaba a volver a Múnich antes de hablar con el que sería mi nuevo club. ¿Y si todo sale mal? ¿Y si el Borussia no me quiere y tengo que arrastrarme para volver al Bayern? ¿Y si mi sueño de vivir con Erik, o al menos en la misma ciudad que él no se hacen realidad? Era lo único que se me pasaba por la cabeza en ese momento, hasta que vi los dos focos azules de su Audi aparecer. ¿Cómo debía de reaccionar ahora, después del beso? Mi vida estaba llena de improvisaciones, justo una de las cosas que más odiaba.

Metí mi maleta en la parte de atrás y abrí la puerta del coche para entrar. Erik me saludó y yo le respondí sin mirarle a la cara. Gracias a la oscuridad de la calle era casi imposible de que viera mi rostro sonrojado al verle por primera vez después de aquello.

-Bueno, ¿y ahora qué vas a hacer? -Preguntó una vez entró en carretera-

-Convencer al presidente de tu equipo para que me fiche. -Respondí sincera-

Para mi sorpresa, Erik rió.

-Eso no va a ser difícil. -Dijo convencido-

-Yo no estaría tan segura.

-Creéme que sí, Alexandra. -Insistió entre risas-

Decidí darme por vencida y no respondí. Inmediatamente llegamos a casa de Erik, el rubio guardó su coche junto a un Bmw y un Mercedes ambos de color negro y ambos bajamos del Audi, Erik sacó mi maleta de la parte trasera del coche y entramos dentro.

Tal y como lo imaginaba. Una casa el doble de grande que la mía, lo que siempre había soñado. Erik me condujo hacia una de las cuatro habitaciones. Una de ellas, la que él dormía, dos de ellas de invitados y una cuarta en la que guardaba regalos de sus seguidores y trofeos individuales. La cocina, el baño y otras tres salas de ocio repartidas en la primera y segunda planta. El gimnasio, la sala más grande de toda la casa.

Guardé mi maleta en la habitación y Erik se fue al salón, me puse ropa cómoda y medité mi próximo movimiento. ¿Acompañar a Erik? ¿Irme a dormir? Bajaría a despedirme de Erik y volvería a la habitación a dormir. Sí, haría eso.

Bajé las escaleras con detenimiento y escuché la voz del actor de una de mis series favoritas. ¿También le gustan las serie que yo veo? Me pregunté. Pisé el último escalón y entré al salón. Una tenue luz alumbraba a Erik, que se encontraba sentado en el sofá con una manta a su derecha y mirando la gran televisión.

-Yo me voy ya a dormir. -Dije llamando su atención-

Erik me miró y pulsó el botón de pausa del mando a distancia.

-¿No... te apetece quedarte un rato más? -Preguntó dejando un gran espacio en el sofá-

Completamente incompatibles (Erik Durm)Where stories live. Discover now