Capítulo 18 -Demasiado

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Una vez acabamos de comer, salimos del restaurante camino a mi casa. Erik iba a ayudarme a empaquetar mis cosas para que mañana mismo se las llevaran dirección Dortmund. Lo tenía todo controlado. Sobre las nueve de la mañana saldría nuestro vuelo de vuelta a la ciudad de Dortmund, una hora antes, a las ocho, pasarían a recoger mis pertenencias para llevarlas también a la ciudad. A las diez y media firmaría mi contrato con el club y daría una rueda de prensa, y por último a las doce de la mañana dejarían mis cosas en casa de Erik. Quizás si estuviera un poco obsesionada con el orden como tanta gente me había dicho... Nada, tonterías.

-¿Qué te apetece hacer hoy? -Preguntó Erik mientras caminabamos hacia la puerta-

Observé su sonrisa varias veces, esa no era la sonrisa que Erik llevaba siempre, era como más... ¿seductora?

-Dormir. -Respondí- Me apetece dormir.

Erik cambió su sonrisa por una más normal y asintió algo desanimado. ¿Qué pensabas hacer, Erik?

-Estoy cansada. -Me quejé-

Erik asintió y rió.

-Entonces dormiremos. -Exclamó-

Abrí la puerta de casa y fui directamente a la habitación. El rubio me siguió.

-¿No me vas a enseñar tu casa? -Preguntó sonriente-

-No. -Respondí tumbandome en la cama-

Erik soltó una carcajada y me di cuenta. Ya había vuelto a responder a Erik de manera borde...

-Digo... -Rectifiqué-

Pensaba mi respuesta cuando se me vino a la cabeza algo.

-No, enrealidad no tengo que rectificar nada, no te voy a enseñar la casa. -Reí-

-Me encanta cuando eres tan amable conmigo. -Dijo irónico-

El rubio se quitó sus deportivas y se tumbó a mi lado. Más cerca de lo que me gustaría en ese momento, la verdad. Me miró a los ojos sonriente.

-Créeme que intento no ser borde contigo, Erik, pero... a veces me lo pones muy difícil. -Reí-

El rubio soltó una carcajada y yo reí. Decía la verdad, ¿se lo había tomado a broma?

-Hablo enserio. -Añadí-

-Ya lo sé, Alex. -Dijo tras apartar un mechón de cabello de mi rostro- Eso sólo pasa a veces, cuando nuestra incompatibilidad sale a la luz. -Dijo sonriente-

Asentí a sus palabras. Tenía razón. A veces, él era demasiado respetuoso y me hablaba con mucho cuidado, esas eran las veces en las que yo le respondía de manera brusca. Así de diferentes eran nuestras formas de ser.

Ambos nos quedamos unos minutos mirando al frente sin decir nada. Yo, pensaba en las palabras que había dicho esta mañana en la rueda de prensa y Erik... ¿en qué pensaba Erik? Le miré a los ojos y él hizo lo mismo. Iba a hablar cuando se me adelantó.

-¿Puedo preguntarte algo?

"No, Erik, no puedes. Déjame dormir" pensé.

-Sí, pregunta. -Respondí finalmente-

Erik se acomodó y apoyó su codo sobre la almohada mientras que yo continuaba en la misma posición.

-Lo tuyo con Weiser, el ex del Bayern... ¿cómo fue?

Algo dentro de mi mente explotó y traté de ocultar al máximo mi sorpresa.

-Una noche, Erik. -Respondí breve-

-¿Nada más que una noche? -Preguntó él-

Asentí.

-Una noche y una hora de la mañana siguiente, para ser más exactos. -Respondí-

Erik asintió. Necesitaba saber qué pasaba por su cabeza en ese instante.

-¿Y lo tuyo con Karen?

"No, Alex, esa no era la jodida pregunta que tenías que hacer en este momento" me dije a mi misma.

-Un poco más largo que lo tuyo. -Rió-

Asentí con seriedad. No, no veía motivo de risa en sus palabras.

-Seguro que también más bonito. -Apunté-

Erik se encogió de hombros y luego negó con la cabeza.

-Estoy seguro de que esto -dijo señalándonos a ambos- va a ser mucho mejor que eso.

Un "Ohhhhh" sonó en mi cabeza.

-Yo también lo creo. -Añadí-

Erik me miró y arqueó una ceja. Opté por reír, no estaba segura de por qué había hecho eso, cuando ni siquiera conocía su historia.

Erik se tumbó de nuevo no muy convencido de mis últimas palabras. Pero no tardó mucho. En seguida se incorporó y se levantó.

-Si quieres... -comenzó- puedo ir empaquetando algo mientras tú duermes.

Sonreí sin más. Erik era demasiado amable, respetuoso y cariñoso a lo que yo estaba acostumbrada.

-¿Quieres? -Insitió-

-¿Que si te quiero? -Pregunté-

Erik sonrió al escuchar mi pregunta, no se lo esperaba. Salió de la habitación algo sonrojado dando por hecho que sí quería. Se despidió con la mano y cerró la puerta. Imposible no quererlo.

* * * *

Me desperté asustada por un ruido. Me tomó por sorpresa el despertarme en mi cama, pero en seguida me acordé. Me levanté de la cama y salí de la habitación hasta llegar al salón.

-¿Te he despertado? -Preguntó-

Asentí molesta, pero traté de ocultarlo al máximo.

-Lo siento, se me ha caído una de las cajas al suelo y...

-No importa, Erik.

El rubio asintió y yo me senté en el sofá. A mi alrededor, montones y montones de cajas. Erik había encontrado todo el material necesario para comenzar con la mudanza.

El rubio, tras unos minutos, se acercó a mí para sentarse a mi lado.

-Sólo queda tu habitación. -Exclamó-

Asentí sin más.

-Gracias. -Respondí-

Erik optó por darme un beso y volver a levantarse para continuar. Me levanté al verle y la abracé por la espalda.

-¿Vas a ayudarme? -Preguntó acariciando mis brazos, que estaban sobre su torso-

Asentí y el rubio se giró para darme otro beso. Pasar lo que quedaba de tarde junto a él, aun que fuera empaquetando cosas en mi habitación, iba a ser perfecto.

Completamente incompatibles (Erik Durm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora