Capítulo 2: ¿Saldrás conmigo?

4.4K 270 35
                                    

Había olvidado cuán vulgar podría ser Noh mientras lo observo irse del aula del consejo estudiantil, maldiciendo e insultando, al final mostrándome una mirada de disgusto. Mi corazón se hunde mientras lo veo marcharse.


¡¿Cómo pude ser tan estúpido de abrir mi proposición con esa frase?! Pero por algún motivo no pude evitarlo. Se siente como si hubiese estado buscando tanto tiempo por el chico perfecto, y salido de la nada, Noh aparece y resulta ser el tipo perfecto de chico que he querido todo el tiempo.


El tipo de chico que Pang querría para mí, me corrijo apresuradamente. Vaya, todo este asunto del novio falso comienza a afectarme. Sacudo mi cabeza. Oh bueno, hay otros chicos allí afuera, ¿no? No, no los hay, suspiro. Lo sé porque he estado buscando de arriba a abajo toda la semana.


Sé que debería haber ido tras él para clarificar el asunto, pero él se fue tan de prisa. No estaba asustado de que le contara a alguien. Me refiero a ¿quién le creería? Todos saben que tengo a Aim.


Me mantengo alerta por Noh mientras cierro el aula del consejo y me marcho a casa. Sin duda debe estar en el salón de música con su banda, pero no quiero molestarlo allí. Tengo que conseguir que me vea en privado, pero ¿cómo? Busco a través de mi teléfono, pensando que quizás he apuntado su teléfono en algún momento. Resulta que no lo hice. Tengo el de Rodkeng, pero no quiero involucrar a nadie más y Keng solo resultaría siendo un entrometido.


Oh, pero hay beneficios en ser el secretario del consejo estudiantil, ¿no es cierto? Me detengo y hago un giro, volviendo por sobre mis pasos hasta la oficina del consejo.


Una rápida búsqueda y encuentro lo que estaba buscando: el expediente de estudiante de Noh. Todo, desde su fecha de nacimiento hasta sus logros y por supuesto su número de teléfono personal. Incluso hay una foto de pasaporte suya, tomada hace poco, sonriendo tontamente a la cámara y enseñando sus brackets. Incluso hay una mención de la actuación de teatro de lenguaje Thai que ambos tomamos hace unos años atrás.


Sonrío para mí mismo, recordando incluso más atrás, la primera vez que lo vi. Nunca olvidaré ese juego de tira y afloja que mi equipo ganó porque Noh tuvo la súbita urgencia de estornudar. Recordé su terca negativa a ir a la oficina de la enfermera, incluso cuando sangre comenzó a correr por sus pequeñas rodillas; hasta que me ofrecí a acompañarlo. Lo guie por el camino, sus pequeñas manos en las mías. En ese entonces, todos los niños tenían miedo de la enfermera, una señora que echaba fuego por la nariz y que no aguantaba ninguna tontería de nadie, especialmente de niños pequeños. Nos regañó innecesariamente por ser descuidados y nos hizo sentarnos juntos, aún tomados de la mano. Recuerdo su agarre, apretándose en mi mano, mientras ella aplicaba el antiséptico; su pequeña cara poniéndose roja mientras intentaba contener las lágrimas.


No recuerdo mucho más de ese día, pero recuerdo todo acerca de la oficina de la enfermera. El penetrante olor del antiséptico, el color de nuestras camisetas, el estampado del viejo empapelado de la pared, las manos sudorosas de Noh entre las mías.


¿Qué estoy haciendo?


Rápidamente tomo nota del número y salgo rumbo a casa. Intento alejarlo de mi cabeza por cuanto tiempo sea posible. Luego de la cena me escabullo para llamar a Aim, solo en caso de que Pang pueda escucharnos por casualidad. Caminando por el jardín, escucho una voz casi imperceptible llamándome con urgencia.


Oh por Dios, es Noh. Su cara preocupada está presionada cerca de las rejas mientras sigue diciendo mi nombre, incluso cuando ya lo he visto. Finalizo rápidamente la llamada con Aim, mascullando que alguien ha llegado para verme. Él es absolutamente la última persona que esperaría ver a esta hora de la noche.


Me paro fuera de la entrada para ver a un chico muy agitado, aún en ropas de escuela, paseando de un lado a otro frente a mí. Parece reacio a sacar el tema por el que está parado frente a mi casa. La última vez que estuvo aquí, según recuerdo, estaba bastante ansioso por irse; durante la fiesta de mi cumpleaños número 15.


Así que saco el tema por él. -¿Viniste por lo de hoy?


Se tropieza con sus palabras mientras repite con absoluto detalle lo que pasó temprano. No quiero recordar sobre mi inadvertida propuesta indecente, así que trato de detenerlo. Eso lo pone aún más nervioso y trato de no sonreír ante sus adorables intentos de razonar lo que pasó. Aparentemente había llegado a la conclusión de que me había escuchado mal. Así que intento divertirme un poco molestándolo. Después de todo, él no puede pensar peor aún de mí.


-He dicho que me escuchaste correctamente. ¿Saldrías conmigo?


Mis palabras tienen el efecto deseado. Noh es tan inocente, ¿realmente cree todo lo que la gente le dice? Su piel clara se drena aún más de color y sus ojos se abren más mientras capta lo que le digo. No puedo evitar sonreír. Ya me he decidido. Noh es demasiado adorable para explicarlo y si realmente es tan fácil de manipular, aún mejor.


Trata de formular excusas e irse. Agarro su brazo antes de que pueda llegar a su motocicleta.


-¡Ey! Déjame terminar de hablar, ¡Noh tampoco soy así! –Exclamo. Si pudiese hacerle ver mi lado de la historia, estoy seguro de que podemos ayudarnos a alcanzar lo que ambos queremos. Él protesta débilmente mientras lo empujo a la fuerza dentro del terreno. Para ser un chico atlético, es bastante fácil de arrastrar.


-Entra primero, explicaré todo. –Digo mientras cierro la puerta detrás de mí.


El Diario de PhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora