CAPÍTULO XXVI • Yo soy el nuevo Dios •

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Nación de My — Trent

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Nación de My — Trent

La lluvia cesó sobre la nación y se llevó consigo a las nubes oscuras, dejando tras de si el cielo completamente despejado. La luz de la luna llena alumbraba la penumbra y permitía ver con nitidez el suelo mojado.

Los habitantes de My—Trent se encontraban durmiendo, pero en el palacio real, uno de los habitantes aún se mantenía despierto. Sus pisadas fuertes indicaban que estaba de mal humor, y nadie que fuera mediadamente inteligente se atrevería a pedirle silencio.

Giorgio iba de un lado al otro caminando en medio de los pasillos, sus ojos ambarinos brillaban en medio de la oscuridad mientras seguía, aparentemente, su incierto trayecto. Luego de un largo rato finalmente llegó a su destino, una puerta antigua olvidada de color blanco. Sujetó el picaporte y la abrió, las bisagras antiguas rechinaron en cuanto lo hizo, y solo cuando se aseguró de que estaba completamente solo se encerró dentro.

Aquel cuarto estaba atiborrado de cosas: vestidos, joyería, cuadros, muebles y una larga pila de libros tirados en el suelo, los cuales se encontraban cubiertos por una capa de polvo. Su vista reparó en uno de los retratos de Lyra, su ex esposa, que abrazaba a un muy pequeño Zefer de aproximadamente dos meses y justo a su derecha salía Jaft quien tenía un par de años más. Giorgio la observó únicamente a ella por un promedio de cinco minutos, pero por momentos sentía como Lyra le devolvía la mirada y esto provocaba que cierta incomodidad dentro de su cuerpo surgiera.

Luego de retornar a la realidad continuó con su camino. Moverse dentro era una hazaña ya que el espacio era demasiado reducido, pero el sabía exactamente por donde caminar para evitar que todo cayera encima de su cuerpo.

Cuando finalmente logró esquivar el último de los objetos tirados en el suelo, se detuvo frente a uno de los escritorios que usó Lyra cuando estaba viva y comenzó a empujarlo, al hacerlo una pequeña compuerta subterránea quedó descubierta. Abrió la trampilla de madera y comenzó a descender por los escalones de metal hacia la parte inferior y únicamente cuando su cuerpo ya se encontraba del todo dentro se encerró para evitar que alguien lo escuchara.

Extinción - Nuestra última esperanza [Saga: LVDLO #1]Where stories live. Discover now