- No puedo.

- ¿Por qué no?

- Porque no.

- Eso no es una jodida respuesta. Se perfectamente que no tienes nada que hacer durante todo el día.

- Khris hoy es viernes, el día en el que se reúnen a ver el dichoso partido de fútbol. Me ofrecí a preparar algo de comer para los invitados. Así Liz no tendrá que ponerse en ello cuando llegue a casa cansada del trabajo.

- Ah, ya. Respecto a eso, no te quiero cerca de Brandon. Aléjate de él y evítale que le rompa los huesos. Con Sam y Miles no hay problema, pero tampoco seas muy amigable, soy muy celoso en lo que a tí respecta.

- No sé de quienes me hablas.

- Brandon ya lo conoces. Es el estúpido al que le pateaste el trasero ésta mañana. Es el socio de Alexie, pero nunca he confiado en él, no es de fiar. Sam y Miles son mis socios.

- ¿Y por qué no puedo acercarme a ninguno?

- Porque eres mía. Sólo mía. Me perteneces. No quiero a nadie fantaseando contigo. No quiero a nadie lo suficientemente cerca como para poder oler tu adictivo olor. Por cierto me has vuelto loco con la demostración de esta mañana. Me pusiste duro tan pronto te vi entrar con esos pantalones apretados a tu hermoso trasero - le digo apretándoselo fuerte - Me estaba halando por los pelos luego de verte toda sudada. No pude soportarlo. Por eso te espere. Pero me molestó saber que todos esos hombres te contemplaban y te deseaban. Quería matarlos a todos por desearte y mirarte de esa forma - la beso intensamente reclamándola como mía. Ella responde entre gemidos, pero cuando comienzo a subir la parte de la toalla que le cubre el trasero para tocarla se aparta - Está bien, a comer entonces - le digo y la cargo como un saco sobre mi hombro.

- Khris, suéltame por Dios. Tengo piernas, puedo caminar.

- Lo sé, pero me gusta cargarte. Eres pequeña - me dirijo a la cocina y escucho ruidos - ¡Nana! ¡Por fin llegaste!

- ¡Mi niño hermoso! ¿Cómo estás? Ohhh...¿quién te acompaña? - Myla hace un intento por safarse de mí y bajarse pero no se lo permito y la siento en un taburete mientras Nana, o sea Miranda, mi ama de llaves se acerca. No me importa ir sólo en bóxer, ella está acostumbrada. Ha sido mi Nana desde que nací y la quiero como a una abuela.

- ¡Hola Nana! - la beso y la abrazo y ella me corresponde - Esta hermosura es mi novia, Myla - ambas mujeres me miran con los ojos como platos - ¿A que es preciosa?

- Sí que lo es cariño. Es preciosa.

- Hola - dice Myla tímidamente - Disculpe las fachas.

- No te preocupes. Haz de cuenta que no estoy aquí. Encantada de conocerte. Es maravilloso ver que mi niño por fin tiene una novia de verdad. Eres la primera chica que ha traído a casa.

- Ohhh....un gusto conocerte también - Myla está mirándome con vergüenza mientras Miranda entra en la cocina - ¿No te da vergüenza que te vea así? - me pregunta en voz baja.

- No. Siempre me ve así. Me cuidó desde que nací. Es como mi abuela. Además, me bañaba cuando era pequeño y me limpiaba el trasero.

- Sí, pero ahora el paquete ha crecido, ¿no te parece? - me dice seca y exploto en carcajadas por su observación. Está roja como un tomate - Eres un descarado.

- A Nana también le gusta al igual que a tí, ¿cierto Nana? - digo en voz alta y Myla me mira pasmada - Quiero decir mi trasero.

- Cierto. Tienes un trasero precioso cariño - afirma sonriendo con ternura.

- No tienes remedio. Iré a cambiarme - dice todavía colorada.

- No. Después de comer. Son las 10:30, no entiendo cuál es tu prisa. Quiero llevarte a almorzar a eso de la 1.

- No creo que pueda.

- No es una pregunta cielo. Te lo estoy avisando.

- ¿No crees que te estás tomando esto muy en serio?

- Por supuesto que sí. No es ningún juego. Yo voy muy en serio. Hazte a la idea.

- ¿Y si yo no quiero?

- No hay otra opción. Esto no es una discusión.

- Sí, claro. Lo que tu digas - dice con sarcasmo.

- Así es exactamente como será y te juro que te voy a quitar las ganas de retarme y de hablarme de esa manera - el resto de la mañana fue en silencio. Myla no quiso volver a hablar y se negó rotundamente a almorzar conmigo. No quería dejarla ir, pero tuve que hacerlo a regañadientes cuando Liz la llamó a mi teléfono pidiéndole que la acompañara a escoger algo para la boda. Tuve que morderme la lengua y permitir que se marchara. Pero la veré ésta noche. Así que mientras tanto me voy a la oficina.

Me perteneces (COMPLETA)Where stories live. Discover now