Trece: ¿Te has enamorado?

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El cielo se veía un poco mas oscuro de lo común, probablemente llovería. Y efectivamente se escuchaban a lo lejos ruidos de rayos caer. Observe como Hood miraba hacía al frente molesto aun por lo que acababa de suceder. Estábamos en su auto aun, el ni siquiera a querido hablarme desde lo ultimo que le dije.

-Quítate ese vestido. –me ordeno con voz severa.

-¿Cómo? –pregunto viéndolo.

-Si vas a estar en mi auto más te vale que te quites ese puto vestido que no es tuyo.

-Greg me lo dio.

Nos encontrábamos estacionados a las orillas de una carretera que conducía a la casa de Hood para colmo.

Hood bajo del auto rápido y camino hasta la puerta del copiloto para sacarme del auto bruscamente.

-Te dije que te quitaras ese maldito vestido, ¿Lo harás o no? –me pregunto mirándome.

-No tengo nada más que ponerme si me lo quito. –me defendí.

-Eso me tiene muy sin cuidado.

Y sin aviso, se inclino y tomo la orilla de la parte del vestido y lo saco bruscamente de mi cuerpo. Rápidamente me tape mis pechos con mis manos, traía aun mi ropa interior pero eso no quitaba que me daba pena que me viera así.

Hood sin poner atención a mi flaco cuerpo, con el vestido en la mano lo tiro a unos metros de distancia de nosotros. Hacia demasiado frió ya que eran como las once de la noche. No me atrevía a decirle algo ya que tenía miedo a que me hiciera algo peor que dejarme en ropa interior. Vi que fue a la cajuela del auto y saco una botella con un líquido del cual derramo un poco sobre el vestido, después saco un cerillo, lo encendió y echo sobre el vestido el cual ardió en llamas.

Ahogue un grito al ver como crecía la llama quemando aquellos pedazos de tela.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué hiciste eso? –pregunte exaltada.

Hood encendió un cigarro para comenzar a fumarlo mientras observaba como se quemaba el vestido.

-¡Hood! –le grite.

El volteo a verme sin expresión alguna en el rostro. Se veía un poco más tranquilo.

-¿Me dejaras así? –dije levantando las manos para que notara que seguía en ropa interior.

-Podrías ir con Greg, tal vez el te compre un nuevo lindo vestido. Recuerda lo que me dijiste. –pauso para darle una calada a su cigarro. – Yo nunca te trato bien, el si.

-Imbécil.

-Gracias.

Termino de fumar el resto de su cigarro mientras yo solo lo observa y temblaba a la vez por el terrible frio que hacía. Podría haberme metido al auto, pero Hood lo había cerrado con seguro. Esto solo lo hacía para joderme.

-Allison, te noto con un poco de frío. –dijo mientras pisaba la colilla de su cigarro.

Lo mire molesta, mientras el me sonrió sínicamente.

-Me gusta venir a este lugar. Tiene un excelente clima, ¿no crees?

-Vete al carajo, Hood. –dije mientras mis labios titiritaban.

Me abrazaba a mi misma para entrar un poco mas en calor, cosa que era imposible. Una gota cayó en mi hombro derecho, después otra en mi cabeza. Mierda, no.

-Hey, me alegra que lloverá. Así se apaga sólita la fogata que hice. –dijo sarcásticamente.

Comenzaron a caer varias gotas, cada vez era más.

HOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora