Capitulo 5- En la corte del rey Odin (Parte 2)

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- Oh hermano, ¡tú siempre montando espectáculos!- dijo una voz en ese momento.

Todos se volvieron hacia la zona derecha de la sala. Un Gélido de armadura negra y con un casco con unas protuberancias similares a cuernos sobresaliendo avanzaba hacia ellos. A Zeke no le costó ningún trabajo reconocer de quien se trataba. Era Loki.

El hijo menor de Odín se acercó hasta donde su padre y su hermano se hallaban. Dos anaranjados ojos brillaban con malicia al posarse sobre Zeke. Ralston quiso mostrar su completa ira contra el Gélido pero este no podría percatarse, pues la máscara del traje ocultaba el rostro del humano.

- Turak- exclamó en ese mismo instante Heimdall-, como siempre, tienes que venir a dar el espectáculo.

- Sabes que la corte no sería lo mismo sin mí- dijo divertido Loki mientras extendía los brazos como si quisiera abrazar a su hermano, aunque no era lo que pretendía.

El guardián del palacio retiró su espada del cuello de Zeke y se levantó, tras lo cual, envainó su arma. El humano respiró aliviado. Loki siguió acercándose hasta quedar a la altura de su padre, su hermano y el desdichado Ralston. Desde más cerca, el soldado pudo ver que Loki era mucho más delgado. Su rostro era más afilado y su piel más clara que la de su progenitor. Lo observó detenidamente cuando de forma repentina, el Gélido le lanzó una mirada.

- Los humanos no son más que alimañas insignificantes. No merecen más que comer la mierda que nosotros dejamos en el suelo.

Zeke no pudo entender lo que este le acababa de decir pro no le importaba. Estaba tan lleno de ira que lo único que deseaba era lanzarse contra él y matarlo con sus propias manos. Por todos. Por la humanidad, por todos los muertos. Pero sobre todo, por Kyle.

- Entonces explícame, ¿por qué has traído a este grupo aquí?- preguntó Odín justo en ese momento.

- Si Turak- intervino Heimdall-. ¿Por qué he tenido que escoltar a estas bestias hasta los dominios de padre? ¿Acaso disfrutas viendo como profanan nuestro santuario con su deshonrosa presencia?

Loki respondió a todo aquello con un leve y titubeante silencio. Miro tanto a su padre como a su hermano. Estos, permanecían expectantes ante lo que tenía que decir.

- Padre, entiendo perfectamente tu odio hacia los humanos, por eso es que los he traído- dijo mientras una macabra sonrisa iluminaba su sombrío rostro-, son un regalo para ti.

- ¿Un regalo?- comentó sorprendido el monarca- ¿Y para que quiero yo a estas sucias alimañas?

Su hijo sonrió de forma maliciosa al recibir esa pregunta. Parecía estar esperándola.

- ¡Serán nuestras mascotas!- Parecía divertirse con lo que decía.- Que mejor forma de saber cómo son estas criaturas que tenerlas por aquí, haciendo lo que queramos. He pensado en algunas cosas muy entretenidas.

Ninguno de los dos Gélidos podía creer lo que oían. Heimdall miró a su hermano menor, para el cual, la poca credibilidad que tenía se había ya perdido por completo. No podía ser cierto lo que decía.

- ¡Estás loco!- le increpó sin dudarlo- ¿¡Piensas dejarlos sueltos por aquí, viendo cómo vivimos y lo que hacemos?! ¿Y si lograsen escapar?- El guardián se mostraba cada vez más preocupado- Podrían llevarles información a sus líderes muy sustanciosa.

- No huirán- dijo con seguridad Loki.

- ¿Cómo estás tan seguro?- preguntó desafiante Heimdall. Se acercó hasta estar más acerca de su hermano. Él era más alto que el guardián pero este poseía una mayor fuerza- ¿Acaso tú te vas a ocupar de vigilarlos?

La Gelida Frontera. (La Guerra Interestelar- Parte 2).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora