Débil (Camren)

CAPÍTULO 8 (Parte 1)

'she's trying'

Lauren prácticamente corrió para coger las cosas que necesitarían para cuidar a la pequeña ave. Lauren ya había gastado demasiado dinero la última semana para que las dos estuvieran bien en la casa, aunque no le importaba gastarlo la realidad era que estaba incomoda con el cajero que no paraba de coquetear con ella. Cuando este le preguntó por su número, ella cogió sus bolsas y salió del local como si no se hubiera enterado de lo que aquel chico le había preguntado y se fue directa a su coche.

Nada más abrir la puerta, Camila ya había corrido hacia su encuentro tirando de ella hacia la cocina.

"Lauren, Elvis acaba de hacer el sonido más bonito que jamás había oído, y te lo has perdido" dijo mientras se inclinaba sobre la caja y estudiaba al pequeño pájaro con atención. Lauren solamente se rio y fue a sacar todo de la bolsa, cuando se dio cuenta que unos pequeños ojos la miraban.

"Eso es mucha comida para Elvis", dijo Camila vacilante.

"No es todo para él", dijo mientras se acercaba a la mesa y dejaba sobre ella una lata de comida para gatos, un paquete de huevos y una comida especial que le habían aconsejado en la tienda para esa especie de ave, "Esa es para él, lo demás es para nosotras".

"¿Q...qué?" preguntó rápidamente Camila, mientras rodeaba la mesa corriendo y cogía las bolsas para mirar lo que había, su corazón se aceleró al instante de lo que vio y miró a Lauren con ansiedad.

Lauren caminaba al lado de las pequeñas y empezó a descargar las otras bolsas, los frijoles negros, los granos de quínoa, los pimientos verdes y el maíz, todo lo dejó sobre la mesa, Lauren había comprado todos estos alimentos para ver si podría hacer la comida con Camila.

Cuando Lauren era más pequeña, odiaba con toda su alma las cebollas, en cada comida las apartaba para disgusto de su madre, pero finalmente, su madre se hartó tanto de aquel desprecio a las cebollas que le obligó a ayudarla a preparar la comida. A Lauren le tocó cortar las cebollas y cuando dejó el plato en la mesa, se sentía tan orgullosa de lo que había preparado que se las comió y no las apartó.

Lauren esperaba que esto funcionara con Camila, como había funcionado con ella. Lauren pensaba que si Camila hacía la comida con ella, quizá ella probaría algo de lo que habían preparado con tanto esfuerzo, también estuvo pensando que si Camila viera todo lo que se ponía en la comida se daría cuenta que tampoco le hacía nada malo.

"He pensado que podríamos hacer la comida juntas", dijo Lauren girándose para ver a Camila, "He comprado los ingredientes para una ensalada quínoa, mi madre cuando era pequeña siempre me la hacía y salía bastante bien y es saludable aparte de que tiene un sabor increíble", le dedicó una sonrisa a Camila y tiró las bolsas a la basura.

"P...pero...yo...", comenzó a decir Camila, pero Lauren se acercó hacia ella y rápidamente se calló.

Lauren le puso una mano a la pequeña para asegurarse de que esta le miraba.

"No te tienes que comer todo, no te voy a obligar, ¿Vale?, solo pensé que podría ser divertido hacer algo las dos juntas".

Camila asintió suavemente y tragó saliva, dándose cuenta de lo cerca que estaban la una de la otra. No le gustaba que la tocaran, era una de las cosas que más le incomodaban.

"Genial", dijo quitando la mano del hombro de Camila y cogiendo una tabla de madera y colocándola delante de Camila y puso un cuenco en el medio de la tabla.

"¿Qué quier...?", Camila no pudo acabar la frase, ya que Lauren le había lanzado una cebolla que le había pillado por sorpresa y por poco no se le cae al suelo.