Capitulo 1: Tragedia

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-A ver, dame eso- dijo uno de ellos, apuntando la bolsa.

camila  batalló un instante, pero al final, les entregó la bolsa muy a su pesar.

-Bueno, Natalia, ¿donde vives?

-No vivo aquí, me hospedo en un hotel.

-Y estás sola...

Aquello no fue una pregunta, sino una afirmación. Ellos sabían que estaba sola, quizá porque la habían visto bajar del carro y la habían seguido. Cuando la habían visto entrar en el callejón dos de ellos corrieron a dar un rodeo y aparecer frente a ella, mientras que otros dos le impedían regresar bloqueándole la entrada.

Uno de ellos, un hombre de unos 20 años maximo, con ropa floja y capucha, se le acercó. Era un poco alto,de piel un poco más clara que la de ella. Camila retrocedió, pero los hombres se le acercaron más. Apretó los dientes, estos no eran solo asaltantes, eran algo peor, lo suficientemente malo como para hacerla temblar de miedo. Aún así, se mantuvo erguida, y miró al hombre, éste se limitó a mirarla por un rato, dándose cuenta al instante de que ésta era una de esas mujeres de mal carácter, de esas que son tan tercas que forcejean, más enfadadas que atemorizadas, y sin embargo, el temor que experimentan al final de la violación siempre es y será mayor.

Ésta era una de esas mujeres a las que era realmente divertido domar, ver quebrada en mil pedazos y sin esperanza de recomponerse nunca.

Él se le acercó hasta tenerla arrinconada contra la pared. Trató de tocarle la mejilla, pero ella solo frunció el ceño y golpeó esa mano intrusa con una de las suyas, revelando su verdadero carácter. Él se rió, y le lanzó tan fuerte bofetada que la hizo caer al suelo. Al instante, dos de los hombres la pusieron otra vez boca arriba y le aferraron ambas muñecas, solo para mantenerla en su lugar, otro le tapó la boca con ambas manos.

El hombre tomó su lugar entre las piernas de la chica. Ella no trató de gritar, como la mayoría de las mujeres que aquella pandilla había asaltado, sino que trató de morder al que le mantenía tapada la boca, éste solo rió ante su vano intento.

El tipo empezó a tocarla de manera brusca y morbosa, camila forcejeó, pero los dos hombres que le habían aferrado las muñecas la mantuvieron en su sitio. Gritó, pero su grito quedó ahogado bajo la mano del que le tapaba la boca. Pateó a su atacante, al que tenía encima, pero de nada sirvió para hacerlo desistir. Aquel bajo hombre la miró a los ojos, y vio que toda esa energía furiosa se estaba convirtiendo, rápidamente, en puro terror. Sonrió con malicia. Le tocó los senos, y los apretó con fuerza, sintiéndola retorcer bajo él, sacó un cuchillo y le rasgó el vestido junto con el sostén. Empezó a besarle el cuello; camila lanzó un chillido ahogado, pero él no le hizo caso, nadie la oiría aquí. Le mordió el cuello con fuerza, y ella solo cerró los ojos y siguió forcejeando, ya a estas alturas, una mujer común habría estado llorando y rogando, pero ésta era orgullosa, de las que no lloran ni ruegan hasta que dejan de pensar porque el terror las ha consumido. Aún en estas condiciones, camila era lo suficientemente orgullosa como para dejar de lado su miedo y prohibirse a sí misma llorar.

Él siguió mordiéndole el cuello, y ella siguió forcejeando, dejó de morder para empezar a lamer; camila se encogió de disgusto, él solo rió por lo bajo y empezó a recorrerla con las manos otra vez, empezando por los senos, donde se quedó un largo rato, bajando por el estómago y deteniéndose en su vientre.

ella estaba frenética, giraba la cabeza de un lado a otro para tratar destapar su boca y poder gritar con todas sus fuerzas, trataba de liberar sus manos para al menos arañar a sus atacantes, golpeaba al hombre con las rodillas, solo sabía una cosa, las posibilidades de salir ilesa eran de cero, aún así, tenía que intentar escapar, si tan solo lograba lanzar un par de gritos...

Michelle , Entre la desgracia y el amor..(Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora