- Vamos muñequita, ¿eso es todo lo que tienes? - dice el imbécil, pero le voy a demostrar quién es la "muñequita". Le doy varios golpes corridos en el rostro y varias patadas en el cuerpo. Acerto todos los golpes. Me está cabreando, así que termino con él. Me abalanzo contra él y le doy varios golpes más que lo dejan mareado y lo tiran al suelo. Aprovecho para hacerle una llave en el brazo derecho y se rinde. Perfecto. ¡Bendita seas Ronda Rousy! Los presentes me aplauden y hacen comentarios al arrogante que todavía está en el suelo. Me bajo del cuadrilátero y escucho un "¡Esa es mi chica!" de Alexie. Liz sólo sonríe y niega con la cabeza. Khris se dirige hacia mí...

- Creo que tendré que tener mucho cuidado contigo y no portarme mal. Ya está confirmado que podrías patearme el trasero, aunque no soy ningún engreído como él, yo si sé pelear - seca mi sudor con su toalla húmeda y se acerca a mi oído - Cuando quieras luchar conmigo, sólo dilo. Mi cama podría ser el cuadrilátero perfecto - me da un beso en la punta de la nariz y siento una punzada intensa en mi coño. Se da la vuelta y se va. Todos los presentes me observan con curiosidad y la rubia me mira con rabia. Siento mi cara arder de la vergüenza. Busco mi sudadera y me excuso con Liz y Alexie y me retiro al apartamento. Cuando me dirijo hacia el ascensor, me agarran de mi antebrazo. Es Khris, y hay varias personas mirándonos con mucha atención.

- Te estaba esperando. Eso ha sido impresionante - está muy, muy cerca.

- Gracias - digo nerviosa mirando a todos lados. Hay muchas personas en el vestíbulo. Cuando trato de alejarme, me agarra el rostro con ambas manos y me besa muy tiernamente. Me separo de él e intento retirarme, pero vuelve a halarme y ésta vez me coje y me carga sobre su hombro como si fuera un saco de papas.

- ¡Khris, bájame!

- No.

- ¡Que me bajes! - digo con los dientes apretados.

- ¡Que no me da la gana! - la gente nos mira. Unos sonríen y otros murmuran entre ellos. Somos el centro de atención. El ascensor se abre y entre en el conmigo a cuestas como si fuera una pluma. Tan pronto se cierran las puertas comienzo a forcejear con él.

- ¡Suéltame!

- ¡Te dije ya que no! - y me da un fuerte azote en mis nalgas.

- ¡Ayy! ¡Que me sueltes maldita sea! - gruñe con coraje y me baja haciendo que mi cuerpo se roce con el suyo. ¡Está duro!

- ¡Esa puta boca! - me aprisiona contra la pared y me agarra la mandíbula. Con su otra mano, agarra mi mano derecha y la pone sobre su gruesa, dura y enorme erección. Aprieta su mano contra la mía. Cristo. Estoy en shock - ¡Como vuelvas a hablarme de esa manera, te llenaré la boca con mi polla, te la meteré hasta la garganta y te la follaré hasta correrme y hacer que te la tragues! ¿Me entendiste? - no reacciono, estoy pasmada - ¿Te quedó claro? - asiento con la cabeza frenéticamente.

El ascensor se abre y es entonces cuando me doy cuenta de que entramos a su ascensor privado. Estamos en el vestíbulo de su apartamento. Me agarra de la mano para sacarme del ascensor, pero no quiero salir, no quiero estar aquí de nuevo a solas con él. No puedo confiar en él... ni en mí. Vuelve a tirar de mí y niego con mi cabeza. Estoy cagada del miedo.

- ¿Cómo que no? Por supuesto que vas a salir - vuelve a colgarme de su hombro y me saca del ascensor.

- ¡Khris, por favor suéltame! ¡Me estás asustando, joder! - me suelta inmediatamente y me mira furibundo. Empiezo a caminar en retroceso y levanto mis manos hacia él a modo de defensa - ¡Perdón, perdón! ¡Por favor, perdón! - siento un pánico terrible y las lágrimas amenazan con salir. No tengo idea de que sería capaz de hacerme. Su expresión se suaviza.

Me perteneces (COMPLETA)Where stories live. Discover now