- Noche 2; 1 -

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Despertarse en la mañana con una bolita caliente acurrucada junto a su cuerpo es algo que ni en sus mejores y más fantásticos sueños pudo haber concebido. Como había dejado cerradas las cortinas de las ventanas, apenas entraba una franja de luminosidad opaca; al parecer el cielo afuera cubierto de nubes. Pero además está cerrado el dosel plomizo alrededor de la cama, por lo que el espacio entre ellos, todavía oscuro, apenas se deja invadir con tono un poco más claro lo suficiente para saber que es de mañana y entrever las orejas de Kyungsoo descansando junto con él.

Vislumbra su rostro durmiente y se concentra en percibir su respiración acompasada y los pequeños latidos de su corazón. El mitad-minino mueve mínimamente algunos músculos cercanos a su boca y nariz, por lo que Jongin supone que todavía se encuentra soñando. Por eso es una sorpresa para él que de pronto el abrazo que Kyungsoo le da se ajuste. Los párpados del chico revolotean abriéndose, para que sus pupilas caigan directo con las suyas y se dilaten.

—Buenos días —saluda Jongin, plantando un beso en su nariz y Kyungsoo estruja sus ojos cuando lo hace, pero luego los abre más que antes y el final de sus labios se eleva en una sonrisa sin mostrar sus dientes. El híbrido se acurruca en él y vuelve a levantar su cabeza, dejando descansar su mentón en el pecho de su amo, mucho más despierto.

—¿Ya quieres levantarte? —pregunta divertido, pero Kyungsoo en vez de responderle de alguna forma vuelve a acurrucarse en él y ronronear. Jongin por instintos propios lleva su mano tras la oreja de su gatito y rasca despacio allí, estirando su otro brazo para alcanzar uno de los tantos controles remotos de su velador y presionar uno de los botones principales. Las cortinas de las ventanas entonces se abren, dejando entrar más luz de sol tapado por nubes y una música refrescante e instrumental suena desde algún lugar (♫). Kyungsoo pasa de estar totalmente inmerso en ronronear y retorcerse de placer por el rascado de su dueño a levantar atento su cabeza junto a sus orejas, éstas moviéndose de un lado a otro hasta que se acostumbra a los sonidos. El humano lo observa desde la almohada y decide que lo mejor es levantarse a tomar algo de desayuno para luego comenzar a llenar la ocupada tarde que había programado en su horario la mañana del día anterior.

Podría, con un efímero llamado a Chanyeol, simplemente cancelar todo; pero si es sincero consigo mismo, es honesto decir que está ansioso por presumir a Kyungsoo y lo tanto que han llegado a unirse en tan poco tiempo. Horas, ni siquiera días. Siente cómo el reloj que marca el tiempo de unión se llena con potencia de que todo el mundo sepa lo feliz que es.

—Hoy saldremos.


˟˟˟


Jongin solo envolvió una frazada alrededor del otro cuerpo y lo obligó a ponerse unas calcetas gruesas que tenía en uno de sus cajones más intactos. Un buen día siempre comienza con un buen desayuno, es la frase de la mañana, por lo que toma el rollo que ha hecho de Kyungsoo dentro de la manta y lo lleva en brazos hasta la cocina. Las extremidades de este atrapados, solo su cara resaltando entre el material felpudo, gris con líneas negras.

El híbrido es muy liviano y fácil de llevar así de un lado a otro. Puede que si continúa haciendo eso Kyungsoo, internalizará la mala costumbre de que Jongin lo traslade así para todos lados. No es tan malo, en realidad, ni siquiera es malo; estaría complacido de llevar a su adoración como un príncipe de aquí a allá, pero como todo tiene sus contras, esta es una que no quiere que se internalice en su compañero. Se volvería totalmente perezoso. No podría llevarlo a caminatas, ni hacer mucha actividad al aire libre porque Kyungsoo se pondría como esos gatos lacios que duermen todo el día. O pasan acostados y solo se mueven para que sus amos los alimenten o les rasquen la espalda y se dejan mimar. Lo último es tentador, pero no, Jongin decide que las cosas no deberían ser así, por lo que se promete, con cierta dificultad, que después del almuerzo no tomará a su mitad-minino.

1 Minuto y 3 Noches; KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora