capítulo 10;

2.6K 131 2
                                    

La brisa ligeramente húmeda de la mañana hace mi paseo hasta el instituto algo más agradable.
Había evitado a Jon esta mañana, ya que después de nuestra discusión anoche, he decidido que voy a mantener las distancias hasta que él esté dispuesto a razonar una oferta.
Iba escuchando atctic monkeys a un volumen muy reducido debido a mi dolor de cabeza, cuando de repente el pitido de un coche hace que pegue un salto.
Al volverme, me encuentro con Stiles en su Jeep azul.
Me hace un gesto con la mano, como invitandome a entrar.
De reojo, veo que faltan menos de cinco minutos para que empiecen las clases, lo que me hace aceptar la oferta de Stiles.
Me subo de copiloto, a su izquierda.
Él me está esperando con una sonrisa, pero al ver mi rostro su bonito gesto se desfigura poco a poco.
- Me parece que alguien ni ha dormido esta noche - me da una pequeña y tierna sonrisa de compasión.
Asiento mientras me restriego los ojos y se me escapa un bostezo.
- ¿Te vas a beber eso? - señalo con mi barbilla a un envase de lo que supongo que será café.
- No, todo tuyo - dice observándome beber del envase un poco.
Supongo que realmente debo de verme mal, porque al acabarme todo el liquido color azabache, Stiles apoya una de sus manos en mi hombro y se queda mirándome fijamente.
- ¿Qué pasó anoche? - deja escapar la temida pregunta.
Dejo el cuerpo muerto recostandome sobre el asiento mientras resoplo con fuerza.
- Arranca. Te lo cuento mientras vamos de camino, ¿te parece? - sugiero.
Stiles no responde, solo asiente con una mueca.

Durante los ocho minutos de recorrido hasta el instituto, le cuento a Stiles mi cita con Isaac, mi discusión con Jon, mi deseo por aprender a defenderme por mí misma, y mi miedo ante el primer examen de biología que tendrá lugar en dos días.
- Así que... ¿te quedaste estudiando toda la noche? - pregunta él al aparcar el coche.
Desabrocho mi cinturón pero no me bajo.
- Así es... -.
- Maya, creo que tengo una idea. ¿Te gustaría que te ayudase a estudiar esta tarde? - se ofrece. Balanceo posibilidades.
Stiles tiene notas excelentes, es realmente agradable, divertido y... si Jon le ve conmigo, sacará a Isaac de su lista negra.
- Eso sería genial - accedo con una sonrisa. - ¿esta tarde a las cinco y media?
- ¿En tu casa? - detecto algo de nervisismo en su tono.
Ladeo mi cabeza. - ...sí, claro. ¿Hay algún problema con eso?
- Es que había pensado en que vinieses tú a la mía, allí tengo unos apuntes geniales que ayudaron a Scott - explica.
- Ah, en ese caso, mi última clase es gimnasia con el entrenador. ¿Te espero en el campo de lacrosse? -.
- Vale - me sonríe sin llegar a mostrar su dentadura - creo que deberíamos entrar ya, llegamos varios minutos tarde.
Arrugo mi nariz antes de salir del coche.
Stiles me acompaña hasta mi clase de matemáticas, y una vez ahí, me obligo a llamar a la puerta.
- Adelante... - escucho la voz de profesora - oh, señorita Lachowski... Llega tarde.
Me da una mirada reprobatoria a la que no correspondo.
Escaneo la habitación en busca de alguien conocido, y encuentro a Scott sentado en diagonal contraria de Isaac.
Me asomo rezando por encontrar un sitio detrás de Isaac. Pero no es así.
*otra vez ella*
Erica estaba sentada detrás de Isaac, y, al ver mi gesto empezó a mordisquear un bolígrafo a la vez que reía por lo bajo.
- Lachowski, ¿piensa sentarse? - se impacienta la señora Burrows.
Asiento de espaldas a ella mientras tomo asiento detrás de Scott,
quien me mira atentamente.
La profesora continua con su clase.
Scott, por su parte gira levemente la cabeza hacia un lado para hablarme.
- Maya, ¿estás bien? - asumo que lo pregunta por mi cara. No me he molestado ni en maquillarme.
- Eh, sí... anoche estuve estudiando - resuelvo mientras finjo inclinarme para sacar mis libros.
- ¿Biología?-.
Asiento. Pero cuando me doy cuenta de que no puede verme, ya que estoy en una mala posición rebuscando en mi bolso, le susurro un sí.

El resto de la clase transcurre normal.
En ningún momento me doy la vuelta para mirar a Isaac o Erica.
No quiero ni imaginarme lo que le haría a Erica si la pillo flirteando con Isaac.
no seas tan ridícula! Es solo de su manada. No es una amenaza.*
Pero la mirada que Erica me había dedicado, no concordaba con mi conciencia.
Escucho a la profesora aconsejar que practicasemos en casa ya que el examen no tardaría en aparecer, y sería sorpresa.
Salgo del aula resoplando con enfado.
Parecía como si todos los profesores quisieran ahogarme con tantos exámenes.
Me encamino hacia mi taquilla para cambiar mis libros justo cuando me cruzo con Lydia.
- Vaya... No tienes muy buena cara - hace una mueca de desagrado.
- Buenos días - trato de no sonar irritada.
- ¿Te ocurre algo? - dice ella acercándose más a mí - es por lo de Isaac.
- En parte - admito encogiéndome de hombros.
- Tengo una idea, vamos al baño - mira a su reloj de muñeca - tenemos 10 minutos para cubrir esas ojeras con algo de maquillaje, así de paso me cuentas con detalle, ¿vale?-.
Le regalo la primera sonrisa de mis últimas 24 horas a Lydia.
Se estaba convirtiendo en una gran amiga, mi mejor confidente, para ser honesta.
Cuando termino de coger los libros de francés, Lydia nos lleva hasta el baño de chicas.
Allí, me hace sentarme en la superficie del lavamanos excusando que había poca luz y necesitaba la de la bombilla de encima del espejo.
La obedezco a la vez que cierro los ojos.
Ella saca de su bolso un lápiz corrector y empieza a tratar de esconder las marcas de cansancio.
- No quiero que esto vaya a más Lydia. Mi primo es muy sobre protector conmigo, no permite mi relación con Isaac... ¡necesita parar! - mi tono exasperado hace demasiado obvia mi falta de paciencia.
- Bueno, Maya, comprende que él tiene que hacer de hermano mayor para ti, es su responsabilidad - le defiende la pelirroja - no te muevas, echa la cabeza hacia atrás.
Sigo sus instrucciones a la vez que un bufido escapa de mis labios.
Tengo el cuello agarrotado. Definitivamente, esta no ha sido mi mejor noche.
- Pero no es solo eso. Está paranoico con esa estúpida manada de alfas rondando por Beacon - continuo.
Lydia deja el corrector pulsado sobre la delicada piel bajo mi ojo unos segundos.
Abro un ojo y compruebo que luce algo angustiada.
- ¿Lydia? - la llamo. Rodeo su muñeca con mis dedos suavemente.
- Sí... perdona, te estaba escuchando - prosigue con su tarea.
- A lo que voy es... quiero aprender a defenderme. Paso de ser la chica en apuros, ¿entiendes? - Lydia emite un sonido de garganta afirmativo. - el problema es que Jon se cerrará en banda, y con la nada de alfas no me servirían el par de movimientos que me enseñó mi padre.
- Creo que sé de alguien que podría ayudarte - a Lydia le brillan los ojos con cierta diversión.
El nombre se dispara solo de mi garganta.
- Allison... - ella sonríe - claro, ella es... cazadora.
- Debes hablar con ella - dice ella.
- ¿De veras? ¿No crees que podría incomodarla? - me muerdo el labio inferior.
- Ni de coña. Es más, creo que disfrutará enseñandote -.

-7 [Isaac Lahey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora