18. Perdiendo el control

Start from the beginning
                                    

- Genial. - digo suspirando mientras cierro el libro.

Abro el armario e intento encontrar algo que me pertenezca. Escojo un top negro corto y una falda de talle alto, que me llega hasta la mitad del muslo, a rallas negras horizontales que conjunto con unos zapatos de tacón negros bajos. Me deshago el moño y me peino un poco con los dedos. Voy al baño y me pongo un poco de base en la cara y rímel en las pestañas.

En menos de 20 minutos ya estoy lista y bajando al salón para cenar.

En la mesa esta mi madre con una copa de vino mientras mira a los chicos poner la mesa.

- ¿Vas a salir así? - me pregunta mi madre cuando me ve. Yo me miro de arriba abajo.

-Mmmm...sí. Yo me veo bastante bien. - Veo que Jayden me sonríe dándome su apoyo.

- Mejor para mí. - dice mi madre. ¿Qué quiere decir con eso?

Cenamos el sushi que mi madre ha comprado especialmente para los chicos, para así poderles agradecer su gran hospitalidad.

Cuando terminamos de cenar mi madre sube a la habitación para cambiarse y según ella "a darse una capa de belleza" mientras yo la espero en el salón hablando con los chicos. Por suerte no tarda mucho y salimos cuando el taxi está en la puerta.

Mi madre le da una dirección de una discoteca que al parecer le ha recomendado la amiga con la que ha salido esta tarde. Al llegar la cola es enorme pero mi madre se dirige a la entrada sin dudarlo. El portero le abre nos abre la puerta y la saluda.

- Qué pase una buena noche, Sra. Taylor.

- Pronto dejare de ser la Sra. Taylor, querido. Que tengas buena noche. - le dice mientras le toca el brazo.

Entro detrás de ella con el ceño fruncido. A ver, por una parte, no me sorprende, pero por otra es... ¿De verdad va a pasar?

- ¿Por poco tiempo? - le pregunto a mi madre

- Ah, sí, tu padre pidió el divorcio cuando te fuiste. Ahora estamos terminando todos los papeles. - me dice mientras saluda a varias personas. Parece que el final está más cerca de lo que pensaba.

- ¿De dónde conoces a esta gente? - le pregunto mientras vamos a un reservado.

- Contactos, nena, contactos. - responde.

La chica que atiende los reservados se acerca para preguntarnos lo que queremos tomar.

- Una cerveza, por favor. - le digo a la chica mientras mi madre se pide tres chupitos de tequila y un gin-tonic.

Esto está siendo super incómodo. Nunca imagine que saldría con mi madre de fiesta a una discoteca.

En cuanto llegan las bebidas, ella se bebe de golpe los tres chupitos sin sal y sin lima para después coger su gin-tonic e irse a la pista de baile.

- Me voy a bailar. - me grita cuando ya se ha ido.

Fantástico, menuda noche me espera.

Estoy bebiendo de mi botellín mientras miro las stories de Instagram cuando un chico se sienta a mi lado. Despego la mirada de mi teléfono y la pongo en él.

- ¿Has oído hablar del espacio personal? - le pregunto de manera borde. Odio que los tíos se peguen de esta forma.

- ¿Estás sola? - me pregunta. Vuelvo a mirar mi móvil intentando que pille la indirecta mientras me muevo por el sofá para alejarme de él. Por desgracia, no la pilla.

- ¿Ha venido con alguien? - vuelve a preguntar.

- Si, pero no es de tu incumbencia. - digo mientras veo como se arrastra por el sofá intentando acercarse a mí. - Si no te importa no me interesas, así que vete a hacer otra cosa. - le respondo poniéndome en el borde del sofá.

- Nos lo pasaríamos muy bien juntos, ¿Estás segura de que no quieres nada? - sigue diciendo. Es más pesado que las campanas de la iglesia.

- Creo que te he dejado claro que no. - le respondo. Él se mueve por el sofá intentando acercarse cuando veo a mi madre que viene junto a un chico. Antes de que el gilipollas que tengo al lado vuelva a hablar mi madre aparece a mi lado.

- Nos vamos. - me dice sonriendo y dejando la copa vacía en la mesa sin soltarle la mano al chico. El susodicho me mira y mueve la cabeza como saludo.

Genial.

Cogemos un taxi de vuelta. Ellos se sientan detrás y yo delante. Mi madre y el chico se pasan todo el camino metiéndose mano y morreándose. El conductor no deja de mirar y su pantalón deja entrever una erección.

La mejor noche de toda mi vida.

Si antes no me había quedado claro que mis padres se eran infieles y que se iban a separar, creo que ahora ya no me queda ninguna duda.

De repente noto que alguien me toca el muslo y me giro de golpe hacia el conductor.

- Quita esa mano de ahí o te la corto y te la meto por el culo. - mi contestación hace que el conductor aparte rápidamente la mano de mi muslo y la coloque en el volante.

Esto es lo último que faltaba para mejorar mi noche.

Cuando llegamos a la entrada de la casa el taxista me dice el coste de la carrera y después de pagarle salgo corriendo detrás de la pareja para evitar que se quiten la ropa antes de entrar.

- ¡Eh! - me grita el taxista. - Le falta dinero por pagarme. - dice haciendo que me gire y le mire.

- Creo que ya se lo ha intentado cobrar antes. – le digo dándome la vuelta hacia la puerta. - Buenas noches.

Me hago hueco entre mi madre y su rollete para poder meter la llave en la cerradura y abrir la puerta. No tardan ni un segundo en meterse dentro y correr hacia las escaleras.

Genial, ¿Y ahora donde duermo yo?

La casa está casi en silencio, excepto por el ruido que viene del salón. Voy hacia allí mientras me quito los zapatos gimiendo de placer.

- ¿Qué haces todavía despierto? - pregunto

- Te estaba esperando. Te he preparado el sofá-cama para que puedas dormir tranquila. - responde Eddie dando palmadas en la cama improvisada que hay en el salón.

- Te quiero. - digo tumbándome en ella. Cuando mi cara toca la almohada me viene un olor a lavanda y sonrío. Le ha puesto colonia. - Te quiero mucho.

- ¿Cómo ha ido la noche?

- Mi madre está mancillando mi habitación con un chico que tendrá mi edad y el taxista que nos ha traído a casa quería que lo llevase a mi habitación. - digo riendo. - ¡Oh! Y como no olvidarme del de la discoteca. Menos mal que no hemos pasado mas de 1 hora allí.

- Bueno, chica, pues ahora metete en la cama y mañana será otro día. - me dice levantándose y dándome un beso en la cabeza.

- Que descanses. Muchas gracias por la cama. - le digo mientras se va.

Cojo una camiseta que supongo que me ha dejado Eddie ahí y me la pongo. Imagino que es de el porque me viene enorme y huele genial. Aparto las sabanas y me meto en la cama.

Mañana será otro día, pero cuando miro el reloj veo que ya es mañana.

Mierda.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Revisado el 15/10/2020

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Si, lo sé, dije que escribiria y todo eso pero es que ayer escribi este capitulo y no paraba de pensar jo, es que quiero que me digan que que tal. He decidido que subire la ultima parte de Mama y ya iremos viendo, yo mientras seguire escribiendo.

-¿Que os parece por ahora?

Ya me direis

besos <3<3<3<3<3

Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!Where stories live. Discover now