I· A las puertas de Konoha

6.1K 525 36
                                    

:::::

:::::

Llevaba horas esperando ante las grandes puertas de Konoha. Ya no sabía si habían pasado un par de horas, o una decena de ellas.

En cualquier caso seguiría esperando. Había prometido que volvería.

'Ninguna misión es demasiado' había dicho. Aunque ésta lo parecía.

Había sentido algo, algo similar a lo que Tsunade sintió cuando dejó marchar a Jiraiya.

Lo sabía. Tsunade había llorado sobre su hombro esa misma noche cuando se acabó el Sake y el efecto del alcohol había pasado.

Ver derrumbarse a su mentora no fue nada fácil, había intentado darla ánimos a pesar de que ella misma entendía que era una misión suicida.

Como la de ahora. Se lo había dicho, se lo había dicho antes de irse.

Le había pedido que no fuera, que no necesitaban perder a nadie más. Que misiones así ya no eran necesarias. Que nunca lo habían sido. Que podía enviar a un escuadrón ANBU completo.

Pero él se negó a poner a nadie más en riesgo. Esto era un asunto suyo. Era algo en lo que sólo él podía arriesgarse.

Él habló de Jiraiya. Dijo que no le pasaría lo mismo.

Eso fue lo peor. Era como reconocer que, efectivamente, era igual.

Otra misión suicida.

Esa noche ahogó el llanto contra la almohada cuando pensó que él ya dormía.

Sin embargo supo que no era así.

Pudo notar su inquietud a unos centímetros de su cuerpo.

Incluso notó la cercanía de una de sus manos flotando sobre su espalda.

Pero nunca llegó a bajar.

Cuál de los dos tenía más miedo aquella noche era algo que nunca podrá adivinar.

Él no se atrevió a tocarla.

Y ella no levantó la cabeza de la almohada.

No había mucho más que decir.

Cuando despertó al día siguiente él ya se había ido.

Sí. Había sentido el beso en la frente que cada mañana la daba para despedirse de ella.

Y sí. Le había oído decir que la amaba. Que la amaba por encima de todo. Y que volvería.

De eso hacía ya una semana.

Y cada noche, cuando terminaba su turno en el hospital simplemente iba hasta las puertas de Konoha y esperaba.

Él volvería.

¿Cuándo? No lo sabía. Pero si no estaba obligada a estar en otro sitio estaría esperándole ahí.

En la entrada de la villa por la que él estaba arriesgando su vida.

Notó las manos frías. Se las llevó a los labios y dejó que el aire caliente discurriera entre sus dedos. Después las frotó fuerte entre si.

No tenía sentido. Jiraiya no había dejado que Tsunade le acompañara porque era la Hokage.

Se supone que el Hokage debía quedarse en la aldea, protegiendo a todos. Siendo protegido por todos.

Y él había salido corriendo, sólo, sin protección alguna a enfrentarse a la mayor amenaza desde la Cuarta Guerra Shinobi.

Se sentó apoyándose sobre la muralla que protegía la aldea. Y escondió las manos dentro de su capa.

¿Por qué?

Ni siquiera le había dejado acompañarla.

Incluso Naruto podía haberle acompañado.

¿Por qué?

Hoy el tiempo había cambiado. Hacía un frío fuera de lo común para la época del año en que se encontraban.

Se mordió el pulgar, hizo unos sellos con las manos y tocó el frío suelo con la palma de la mano.

Con un sonoro puff y una nube de humo apareció Buru.

No iba a contarle dónde estaba él. Ya lo había intentado. Pero era grande, calentito y suave.

El mejor compañero para días así.

Se abrazó a él y hundió el rostro en su pelaje.

En algún momento se durmió. No sin antes llorar.

Estaba segura de que no volvería.

:::::

:::


Drabbles KakaSaku (bjo-ks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora