El dios de la destrucción.

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Goku y su esposa se levantaron temprano para entrenar. Milk no pudo evitar mirar a su esposo dormir su lado con el dorso desnudo rodeándola por la cintura. Era inevitable estar juntos tanto tiempo y ya no tan separados como antes. La guerrera beso los labios del sayayin con dulzura haciéndolo gemir. Le encantaba levantar a su esposo de esa manera en las mañanas. Quien diría que ese niño que conoció en el bosque terminaría siento su esposo, ese nino inocente que creia que una cita se trataba de pelear.

Milk preparo el desayuno viendo como Goten y su esposo devoraba la comida como siempre. Luego de eso mando a su hijo a casa de Gohan para que se adelantaran a casa de Bulma mientras ellos entrenaban. Milk subió rápidamente para prepararse pero esta vez no se puso el Gi amarillo. Si no una camisilla azul y un pantalón negro pegado de ejercicio. Milk se comenzó hacer una trenza viendo como su esposo llegaba a la habitación. Goku al ver que su esposa tenia problemas con el cabello le ayudo.

-Goku, por favor déjame cortarme el cabello.- le dijo Milk sintiendo las manos de Goku en su espalda.

-Ni loco Milk.- le dijo terminando de trenzar su cabello. Recordando como Milk tuvo que enseñarle por mas de un mes a como hacerlo.

Al terminar Goku no pudo evitar acariciar la espalda de su esposa. Bajando su cabeza para besar su hombro. Aspiro su aroma lentamente escuchando los suspiros de Milk. Cada dia que pasaba los pensamientos hacia su esposa eran alucinantes. Teniendo millones de fantasías con ella, tratando de ignorarla y suprimirlas. Goku había logrado tener un auto control sobre la atracción animal que sentía por su esposa. Pero habian muchas beses que sentía caer en la locura. Goku trago con dificultad después de besar a Milk en el cuello. Alejándose de ella, tratando de controlarse.

-¿Nos vamos Milk?- pregunto Goku sacudiendo la cabeza.

-Emmm...si vamos.- le contesto ella suspirando tratando de calmar sus deseos tomando la mano de su esposo para tele trasportarse hacia el planeta de Kaiosama.

Al legar al planeta de Kaiosama, Goku comenzó a entrenar a su esposa sin evitar admirar cada golpe que daba. De tan solo verla como lanzaba golpes como sus músculos finos se tensaban el guerrero sentía una excitación animal. Milk no ta solo era elegante en sus golpes y en sus movimientos si no también en sus expresiones. La miraba que daba la guerrera a su esposo mientras lo atacaba era una mirada analítica y sensual. Kaiosama de vez en cuando corregía la postura de Milk y le enseñaba diferentes técnicas. Kamisama no pudo ignorar la manera en que su discípulo miraba a su esposa. Kaio jamás pensó que el cabeza hueca amara tanto a esa mujer. En ese momento Kaiosama comenzó a sentirse muy nervioso, sintiendo que una presencia muy poderosa se acercaba a su planeta.

-PAREN LA PELEA.- ordeno Kaiosama temblando.

-¿Kaiosama que sucede?- pregunto Goku rascándose la cabeza.

-Creo....creo que el Dios de la destrucción llegara aquí en minutos.- anuncio Kaiosama temblando.

-QUE...- grito Milk sabiendo de quien se trataba. Recordando cuando estaba en el infierno había escuchado sobre el en una de las historias del Rey Vegeta.

Milk y Kaiosama se pusieron a temblar, Goku se quedo parado sin entender nada.

-¿Por qué se ponen tan nerviosos ustedes dos?- pregunto sin entender.

-Milk esconde al cabeza hueca o solo meterá la pata, tu y yo lo recibiremos.- ordeno Kaiosama mirando a Milk.

-Si, ven Goku.- espeto Milk cogiendo a su esposo de mala gana por la mano para escoltarlo hacia la casa de Kaiosama.

Ella sabia que si Goku se enteraba de la fuerte que era Bills lo retaria en batalla y era lo ultimo que quería Kaiosama y ella. Goku se quejo de mala gana aun confuso entrando a la casa Milk cero la puerta mirando hacia fuera.

El acenso de Milk. Parte IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora