Capítulo 7

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-¿Qué tratas de decir con éso, Brad?-


No sé si está enfadada o simplemente impactada.


Suspiro hondo y ella me mira entrecerrando sus ojos, me está examinando con la mirada.



- En realidad, mi nombre es Bill, Bill Kaulitz.-


Le hablo suave, ella me mira en silencio.



-¿Porqué?-


Me pregunta y sé que le causa interés, sé que alguna vez habrá oído de mí pero no estoy seguro.



-Hay muchos como yo, que tratan de esconderse de tal vez los medios, porque yo en alguno tiempo pasado fui famoso ¿Sabes quién soy?-



-No. ¿Quién eres ?-


Niega. Siento que no le importa en absoluto.



- Soy el vocalista de Tokio Hotel.



-¿Si? Entonces no te molesta si...seguimos conociendonos?


Suelta una risa suave. Me acaricia el pecho. Perfecto, no le importa en absoluto.



-¿No te molesta que te haya ocultado todo aquello?-



-Para nada-


Su voz sensual se incrementó de tal manera que me hizo estremecer.


Coloca sus piernas a cada lado de las mías. Noto sus juegos, lo que quiere intentar.


Hay una llamada a lo salvaje, ella cuenta hasta tres y pierdo el control. Me está volviendo loco sus caricias son tan suaves.


Me propina besos por mi pecho, tira de los pezones sabe que me gusta, que me esta haciendo perder el control.


Su lengua se apodera de mi cuello, me hace sentir un escalosfrios, me estremece.


Sus manos me provocan, me recorren completo con suavidad y después noto sus besos bajan hasta la parte interna de mis piernas. Acaricia mi pecho pero después delinea mi punto máximo con la punta de su lengua, me estremece, siento que toda la sangre se dirige hasta un punto en especial. Me provoca..nos acaloramos pero ésta vez se separa alejandose. No comprendo. Se acaricia en frente mío, sus manos se deslizan desde su abdomen hasta sus pechos, apreta aquellos, los mueve entre sus manos. Tira de sus pezones y hecha su cabeza hacia atras ,luego juega otra vez apretando sus pechos, masajeandolos de una manera provocativa. Me gusta lo que veo, como se acaricia.


Sus dedos se dirigen hacia su entrada, la manera en que se muerde el labio me está provocando de una manera que no comprendo.


La noto gemir placenteramente, sus ojos se entre cierran veo que lo esta disfrutando al maximo. Se penetra con esa delicadeza, está en lo suyo.


Sus dedos entran y salen, se encorva y estira su cuerpo pero de repente la ayudo. Se encuentra de pie lo cual me le acerco por detrás de su espalda. Reemplazo su mano por la mía. Sus gemidos me estan poniendo y siento que no doy más.


Entre abre sus labios y lleva sus propios dedos a su boca.


-No puedo más -


Le susurro exitado en la manera en que la veo lo que hace. Sus dedos siguen en sus labios. Mi dureza roza entre medio de sus muslos y me pide, pide que la tome.


Mis manos se situaron en su cadera a cada lado y apreté éstas, pequeños roces hacen que ella suelte quejidos, su humedad está tan cálida que me hace querer jugar un poco más.


De repente empujo en su interior, de manera brusca, se retuerse sus gestos placenteros me provocan y ella se inclina un poco para que la penetre más dentro de ella. Suelta grititos placenteros. Le doy nalgadas y la embisto duro, aquellos movimientos se tornan más apresurados y ella gime como que grita mi nombre una y otra vez, hasta correrme rápidamente en el condón. Mis piernas tiemblan.


Nuestras respiraciones estaban agitadas creí que me desmallaria sobre la cama pero no fue así. La chica se dio la vuelta , me arrinconó contra la pared..y se bajó, se quedó de rodillas a delinear, a quitar los restos.


Me enloquece, me provoca..ella me lleva a la locura.



.....


Meses más tarde..



- ¿ Quieres ser mi novia?-


Le hablé me sentía totalmente emocionado.



-Si, por supuesto-


Su sonrisa es tan hermosa.


Unimos nuestros labios en un fogoso beso, ella me besa tan suavemente, tan delicadamente que me hace sentir absolutamente de todo.


Me lleva de la mano, está riendo. No se donde me lleva.


Nos sentamos en una banca, se ve el horizonte, la manera en la que cae el sol me hace querer besarla sin siquiera separarme de aquellos labios tan tentadores.


Nos interrumpe algo. Oigo su móvil sonar insistentemente, me sonrie amplio pero en cuanto le atiende, su rostro cambia. Al colgar, baja su mirada.



-¿Qué sucede?-


La miro no comprendo cómo es que su rostro cambió repentinamente.


Rojo CarmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora