~ Helena 9 ~

853 95 15
                                        

El nueve es mi número favorito

Sentí una pequeña pero desgarradora succión, un ardor que pronto fue sustituido por placer su juguetona lengua se paseaba por mi cuello como si fuera su helado favorito, mis piernas queriendo liberarse de este maldito pantalón que no me eh quitado...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentí una pequeña pero desgarradora succión, un ardor que pronto fue sustituido por placer su juguetona lengua se paseaba por mi cuello como si fuera su helado favorito, mis piernas queriendo liberarse de este maldito pantalón que no me eh quitado y mis senos irritados luego de múltiples mordidas.

- Ah... cariño. - Llevó su mano por la línea media de mi abdomen, línea definida gracias a mis años de ejercicio.

Sus ojos me miraron por un momento reflejando todo el deseo, todas las ganas que había contenido por fin las estaba liberando. Diana sabía que yo entendía esa mirada, todo el cúmulo de ganas se reflejaban desde el momento en que empezamos a hacer el amor, la intensidad nos ganó y el primer orgasmo se lo ganó Diana, verla caer y sudar me hizo una maldita adicta, mis ojos tuvieron la oportunidad de observarla disfrutar justo donde ella es tan íntima.

- Es tu turno mi amor. - Su tono cargado de emoción y sensualismo salió de su boca haciéndome jadear, un cálido aliento rosó mi cuello haciéndome implorar.

- Por favor... Tócame, hazme el amor... - Me moví inquieta, necesito sus manos sobre mí.

Tan pronto como dije esto Diana empezó a desabotonar y bajar mi pantalón, me quedé únicamente en bragas haciendo que Diana sonría mientras observa mi cuerpo.

- Te juro que el placer auditivo me está matando, pero el placer visual... me está quemando viva.

Pegó sus labios a los míos permitiéndose besarme, su lengua entró a mi boca remarcando que es la dueña de mi cuerpo, mente, deseo y ahora la única que me podía dar todo.

- Así... ah... - Su mano bajó por mi muslo izquierdo en la parte interna, sus uñas iniciaron una combinación entre dolor y algo como una suave caricia, su filo estableció un escalofrió en mi cuerpo.

Pronto encontró el desastre que ella misma había provocado sin haberme tocado, una sonrisa sucia se perdió cuando su lengua relamió sus labios mostrando un antojo incontrolado.

- Levanta tu cadera, Helena. - Hice caso y levanté un poco mi cadera, lo suficiente para permitirle sacar la prenda de mi cuerpo con su propia dentadura, sus dientes se apretaron en mis bragas logrando bajarlas dejándome totalmente desnuda.

Una mirada de sorpresa duró apenas un segundo, porque entonces Diana ya estaba besando mi abdomen. Mis piernas totalmente rectas, quería moverlas, pero su cuerpo no me lo permitía, la tengo en cuatro sobre mí, algo que es un placer ver, pero seguramente me encantaría más en otra posición.

Sentí como sus besos bajaron, mi piel se erizaba ante su contacto, sus besos dejando pequeñas zonas húmedas estremecen mi cuerpo de una manera jodidamente excitante.

- Abre las piernas para mí... - depositó un beso en mi pubis notablemente cuidado.

- Mhm, Diana... - abrí las piernas para ella ante su mirada lujuriosa, una mirada que podría comerme viva incluso sin necesidad de abrirme, le encantó, a la maldita adulta de veinte tres años le encantó que me abriera así para ella.

✨~ INEXORABLE ~✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora