Capítulo: 57

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57.

Mientras nos servimos una nueva razón de estofado, oímos el himno del Capitolio entre los ruidos de la tormenta. Me levanto por sistema y escudriño entre las rocas intentando ver el cielo.

-Esta noche no habrá nada en el cielo.-Me dice Katniss muy segura.-Si hubiera pasado algo, habría sonado un cañonazo.

Sin embargo, entre las oscuras nubes, puedo ver la cara de Thersh, seria y amenazadora, difuminada por la lluvia. Apenas un segundo después, la imagen desaparece y el cielo vuelve a quedar completamente negro.

-Katniss.-Susurro.

-¿Qué? ¿Quieres que compartamos un panecillo?

-Katniss.-Repito, pero ella hace como que no me ha oído y sigue hablando.

-Voy a partir uno, y guardaré el queso para mañana.

-Katniss, Thresh ha muerto.-Suelto antes de que me interrumpa otra vez.

Veo que su semblante se ensombrece y aprieta los labios. Por un momento, parece que va a llorar, pero entonces sonríe y afirma con determinación.

-No puede ser, debes de estar equivocado.

-Habrán disparado el cañón durante los juegos y por eso no lo oímos.-Tercio yo.

-¿Estás seguro? Es decir, está lloviendo a cántaros, no sé como ves algo.-Esta vez noto un deje de duda en su voz.

Katniss se levanta y apartándome, mira a través del mismo agujero entre las rocas. Está así unos diez segundos, mojándose con las gotas que consiguen colarse a la cueva. Al fin, se da por vencida y se queda sentada en el frío suelo mirando al infinito.

-¿Estás bien?-Pregunto a la vez que me arrodillo a su lado. Hago el ademán de rodearla con mi brazo pero ella se aparta bruscamente y se queda encogida sobre si misma en un rincón. Por mucho que lo intento, no consigo entender su reacción ante la muerte de Thersh. Yo no es que quiera ponerme a dar saltos de felicidad, tan solo pienso que a cada muerte estamos más cerca de volver a casa. Como no se muy bien que hacer, me siento a su lado y le aparto con suavidad un mechón de pelo de los ojos. Con voz entrecortada empieza a hablar.

-Es que..., si no hubiésemos ganado nosotros..., quería que lo hiciese Thresh, porque me dejó ir y por Rue.

-Sí, ya lo sé, pero ahora estamos un paso más cerca del distrito doce.-Cojo su plato de comida y se lo pongo en las manos.-Come.-Ordeno poniendo fin a la conversación.

Katniss me hace caso, pero a cada bocado que da, pone muecas como si al tragar le doliese la garganta. Estoy a punto de preguntarle si se encuentra mal, cuando ella interviene:

-También significa que Cato estará buscándonos.

-Y que vuelve a tener provisiones.-Añado.

Me imagino la escena, Cato atraído por el olor de nuestra comida, con un arma nueva y mortal, encontrándonos a los dos atrapados e indefensos. El miedo me hace perder la razón y casi espero verle aparecer de un momento a otro, pero no sucede nada.

-Seguro que está herido.-Tercia Katniss.

-¿Por qué lo dices?

-Porque Thresh no se habría rendido sin luchar. Es muy fuerte...; es decir, era muy fuerte y estaban en su territorio.

Me gustaría creerlo, pero no estoy del todo convencido.

-Me pregunto que tal la Comadreja.-Me la imagino tan tranquila, con aquello que necesitaba y esperando a que muramos los demás.

-Bah, seguro que le va bien. Es probable que nos cueste menos coger a Cato que a ella.

-Quizá se cacen entre ellos y nosotros podamos irnos a casa.-Digo poniendo en mi voz un convencimiento que no estoy seguro de sentir.

Katniss no contesta y sigue comiendo. Me estoy acostumbrado a estos silencios suyos, cuando piensa en algo, es mejor no molestarla. Dejamos el plato limpio y me ofrezco a hacer la primera guardia porque no estoy cansado, además, intuyo que Katniss necesita un pequeño momento de soledad. Ella se tapa con la capucha y finge dormir, pero por como se agita, sé que está llorando.

Esta es la primera guardia que hago con el cuchillo bien apretado en la mano, preparado y alerta, porque sé que si Cato aparece por aquí, es muy probable que acabemos muertos. Por primera vez desde que Katniss me administró la medicina, me está doliendo la pierna tanto como antes. No me atrevo a mirar la herida, pero sé que está empeorando. No me preocupo demasiado, con los pocos que quedamos, si muero, será a manos de otro tributo y no debido a la infección.

Así "Lo-Ve" Peeta (Los Juegos Del Hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora