Seafair

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Domingo, 7 de septiembre de 2014

Doy vueltas entre mis sabanas, lucho, me retuerzo y aun así no puedo huir de los rayos de sol que entran por mi ventana.
Debo cerrar las cortinas antes de dormir, debo cerrar las cortinas antes de dormir, debo cerrar las cortinas antes de dormir.
Me doy por vencida. Retiro las sabanas de mi cuerpo y me desperezo mientras me siento en la orilla de la cama, parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz y veo los árboles del frente. Las mañanas en Newport son siempre coloridas y con aroma a mar. La puerta de mi habitación se abre y mi madre aparece con su sonrisa demasiado efusiva para la mañana, asoma la cabeza para después entrar completamente.

—Sky, los Spector nos han invitado a cenar a Seafair esta noche. —me dice, sentándose a un lado mío en la cama.

Vaya, pensé que era sólo una cortesía de Damon al pedirme que le dijera a mi madre sobre la cena, pero parece ser que está muy en serio eso de una cena en el comedor de esa increíble casa con vistas al mar.

—Genial. —digo solamente.

—Cuéntame, ¿cómo son ellos? Yo solamente he hablado con el señor Spector y me pareció muy amable.

—Pues son amables. Tiene tres hijos, Ryder, Rover y Rainbow, y no hay una señora Spector —le informo —. Los dos últimos son muy agradables y parlanchines, en cuanto a Ryder pues es el mayor y es muy serio.

—Suenan adorables.

—No se te ocurra llamarlos adorables esta noche, mamá.

Melissa puede llegar a ser demasiado empalagosa cuando se lo propone y me da pánico que vaya a asustar a Rainbow y a Rover con sus excentricidades de mamá amorosa. Cuando mi padre se fue ella prometió que jamás me descuidaría y no lo ha hecho nunca, aunque a veces es demasiado amorosa como para aguantarla.

—Deberíamos llevarles un pastel o algo de bienvenida. No conocen a nadie y no tienen vecinos.

—Es una buena idea.

Ella asiente y sale casi corriendo de la habitación. Estoy casi segura que irá a comprar el mejor pastel que encuentre en downtown. Me levanto de la cama y me dirijo a la ducha. La ducha es mi mejor momento del día. Mañana es lunes lo que significa que tengo que volver a la universidad. Gracias a dios terminamos el proyecto a tiempo y ahora está listo para ser entregado, ya sólo me falta estudiar un poco para mis exámenes y tendré todos mis deberes hechos. Hoy no me toca turno en el Mooring lo que significa que tendré el día libre para repasar mis notas y así terminar a tiempo para la cena de los Spector. Son una familia agradable y mi cerebro se ha propuesto convertirse en amiga de Rainbow y Rover y así mostrarles lo maravilloso que es Newport.

Salgo de la ducha y a diferencia de ayer, decido usar algo mejor desde ahora ya que si me quedo con ropa deportiva no tendré ganas de cambiarme. Saco mi vestido rojo suelto de hombros descubiertos y los mismos zapatos que use ayer.

No debo secar mi pelo con una toalla.

Tomo el secador y comienzo a pistolear mi cabello con ayuda de un cepillo, lo dejo completamente seco y lacio para que caiga sobre mis hombros. Me paso los dedos por las cejas, mis malditas cejas son tupidas y por si fuera poco largas, como si pudiera hacerles trenzas. Ugh.

¿Ahora qué demonios hago? He terminado de estudiar y sé que estoy preparada para los exámenes. Mi madre me ha dicho que estará lista en menos de diez minutos y yo me he desplomado en el mullido asiento del living, en la televisión están dando The Bounty Hunter así que decido dejar ahí para distraerme mientras espero que Melissa, la diosa de la puntualidad baje por esas escaleras preparada para irnos.
Cinco minutos después, ella baja por las escaleras aporreando sus tacones de aguja en las baldosas del piso, su sonrisa me deslumbra y el cabello rubio que le cae a los hombros con unos rizos se mueve a su alrededor como una nube.

Los SpectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora