Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]

Capítulo 4

WILL

-A eso yo llamo un desayuno - exclama Uriah cuando dejo sobre la mesa un café y una porción de pastel Osadía.

- ¿Acaso vives a pastel? - pregunta Aline, abriendo mucho los ojos.

- Es de familia - me encojo de hombros.

- Es igual a su padre - anuncia Uriah - tanto físicamente, como en carácter, gustos y actitudes. No me sorprendería hasta que tuviera sus mismos miedos.

- No exageres, - pongo los ojos en blanco.

- Lo único que tienes de tu madre son los ojos. Y en tu lugar, estaría en encantado de tener los miedos de tu padre, aunque los de tu madre tampoco me desagradarían tanto.

- ¿Por qué? - Aline suena sorprendida - ¿Por algo en especial?

- La mayoría tiene de doce a quince miedos, en promedio.

- Tris tiene seis - recuerda ella y me observa -. Por eso tu padre la llama así.

- Exactamente- muevo mi cabeza de manera afirmativa - y mi padre tiene cuatro.

Ella abre mucho los ojos.

-Cuatro. Cuatro miedos - levanta la cabeza hacia mí - Debo admitir, que inventar apodos no es lo suyo.

Me encojo de hombros.

-En realidad- explico - el tener solo cuatro miedos es un orgullo, un motivo de respeto.

- Y que una mujer tenga solo seis - Uriah levanta la mirada al cielo -. Uff. Es increíble. Espero que no solo te parezcas a tu padre físicamente, Will. Y, en caso de que no lo sea, que te parezcas a tu madre.

Aline inclina levemente la cabeza.

- ¿Por qué? - Pregunta evidentemente interesada.

- En la prueba final, al acabar la primera etapa, se le inyecta a los iniciados un suero que transmite a una simulación en la cual enfrentas tus peores miedos. Los diez mejores tiempos en salir, formarán parte de Osadía, el resto se larga.

- ¿Cómo sales? - puedo ver la tensión bajo sus ojos.

- Tranquilizándote - respondo -. Cuando tus pulsaciones bajan, la simulación abre paso al siguiente miedo, hasta que se acaben.

- Si tienes una diferencia tan marcada con el promedio, como cuatro, seis, o incluso ocho, tienes una ventaja considerable.

- No es justo.

- Son los temores de cada uno - la tranquilizo, poniendo mi mano sobre la suya-. Mi padre es el Osado con menos cantidad de miedos en la historia, y mi madre, no difiere mucho - me encojo de hombros -. No es algo común.

- No me refería a ello. No es justo que a los trasladados y a los nativos se los califique juntos. Mientras que ustedes han recibido entrenamiento durante toda su vida, nosotros lo hemos hecho las últimas dos semanas. Tienen cierta ventaja. Si ustedes no me hubieran dicho lo de las pulsaciones, no miento al decirles que no tenía ni idea, y soy erudita.

- Eras erudita- la corrijo - ahora eres osada. Y no es así - comienzo a explicar - solo durante la primera etapa, ya que hemos entrenado Desde la cuna. Pero la segunda etapa no, - me encojo de hombros - es totalmente mental, lo cual jamás hemos hecho.

- Todo lo que te hemos dicho es de nuestro conocimiento porque mi padre y su madre son instructores, y claro, - Uriah le resta importancia - porque su padre es líder. Pero, lo que te hemos dicho de la cantidad de miedos y las pulsaciones, te lo dirá Tris hoy, antes de inyectarte el suero.

-Me pregunto cuales serán mis miedos... - Uriah piensa en voz alta.

- ¿Hay algún modo de saberlo? - pregunta Aline, levemente interesada.

- Teóricamente no, hasta no ingresar a las simulaciones. Pero la gran mayoría sabe de algún miedo propio. Por ejemplo, yo soy Claustrofóbico - me encojo de hombros.

- Yo le temo a los precipicios - acota Uriah.

- Cremnofobia - anuncia Aline - en el abismo estás perdido - la frase acaba como una pregunta.

- Me he acostumbrado, pero, prefiero mantenerme alejado. ¿Tu? - La observa - ¿has pensado alguno?

Ella se encojo de hombros.

-Acrofobia.

- ¿Qué? - exclamamos al unísono.

- Miedo a las alturas.

- Al igual que mi padre - respondo.

- ¿Uno de los cuatro miedos de tu padre es a las alturas? - ella suena sorprendida.

Yo asiento.

-Es un miedo común. Yo pienso que La claustrofobia la herede de él.

- Esas cosas no pueden heredarse, Will- me corrige.

-Te recuerdo, querida Aline - suelto Sarcástico -. Que ya no estás en erudición, estas en Osadía y aquí, todo es posible - sonrío ampliamente y ella me devuelve la sonrisa.