Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]

Epílogo

TOBIAS

- Ven, tengo una sorpresa para ti.

Tomo su mano y ella camina junto a mí mientras nos alejamos del complejo. Al salir, una iniciada nos observa curiosa, cuando mis ojos se encuentran con los suyos, baja la cabeza avergonzada y se dirige adentro.

- ¿Dónde vamos? - pregunta muy interesada.

- Ya verás.

Continuamos caminando a través de las rocas, pero antes de llegar me detengo detrás de ella y le cubro los ojos.

- ¡Eso no es justo! - exclama riendo totalmente divertida y cubro también su boca con una de mis manos.

- ¡Calla ya! - exclamo sonriendo y continuo caminando mientras la dirijo.

Le destapo los ojos luego de hacerla sentar en una roca y me siento a su lado. Ella ahoga un suspiro.

El agua del abismo me roza los pies cuando golpea contra el borde, al ver hacia arriba no se puede ver nada y nadie puede vernos; y al ver hacia abajo solo se ve la profundidad del abismo y el agua fría.

Estamos en el lugar donde la llevé luego de que conociera mi paisaje del miedo.

Estamos donde la besé por primera vez.

Tris apoya su cabeza contra mi hombro y me permito volver en el tiempo, de nuevo a mis dieciocho años.

- Te quiero tanto - susurra ella.

Yo la observo con atención y meto la mano dentro de mi bolsillo, cuando la saco dejo una pequeña cajita sobre sus manos.

- ¿Y esto? - me observa, totalmente consternada.

- Es para ti.

Tris me observa, pero luego desvía su mirada hacia la cajita, dentro hay dos alianzas doradas, una para cada uno.

- Tobias - suspira, y de repente vuelve a ser una adolescente, y la sorpresa e inocencia se refleja en su rostro. Todos los años que han pasado desaparecen y vuelve a parecer una niña.

- Creo que ya es hora de dar el siguiente paso - sus ojos se iluminan - ¿Qué dices? -. Ella me observa aguardando a que prosiga -. ¿Serias mi esposa? - formulo la pregunta, conociendo la carga y el peso de la misma. Es un gran paso, lo sé. Pero lo años han pasado y hoy es todo lo que quiero en el mundo.

- Por supuesto, - su cara se recompone -. Sería un honor - responde con elegancia mientras se acerca a besarme.