Capitulo 17.

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Este capitulo esta dedicado a todos los lectores de la novela, ademas es un pequeño incentivo para que voten también por que el capitulo anterior es un poco corto. Que lo disfruten.

-¿Todo? -preguntó Diego sorprendido.

-Sí, ¿Por qué no? -dijo Jorge con una sonrisa en el rostro.

-Porque llevan algo así como treinta juegos -dije obvia. Jorge estaba loco. León movía la cabeza a ambos lados, estaba tan confundido como yo.

-Que loco, gasté más en tus cosas que en esto -miré las bolsas que Jorge tenía en las manos.

-No es lo mismo -traté de no sonar como una imbécil pero era imposible, claro que era lo mismo.

-Vale, toma -Jorge había dejado de hablar conmigo y los chicos. Le entrego una tarjeta al tipo de la caja, sus ojos se abrieron al ver el nombre.

-Mh... el código de la tarjeta -susurró el chico nervioso.

-¿Estas bromeando? -rió Jorge- ¿Eres idiota? ¿Soy el dueño de esto y quieres que pague? -toqué su brazo con mis manos tratando de calmarlo.

-L-lo siento yo...

-Vamos, sólo hay idiotas acá -murmuró, tomó las bolsas y la mano de León y los dos caminaron hacia la salida. Diego me miró sorprendido.

-Perdón por eso -murmuré al chico de la caja- Sólo estaba algo molesto no es nada en contra de ti -el chico parecía aún tenso.

-¡Martina! -gritó Jorge desde la puerta.

-No hay problema -murmuró el chico. Le di una sonrisa antes de caminar con la mano de Diego apretando la mía.

(...)

-No puedo creer que lo hayas tratado así -bufé molesta- Él solo te estaba preguntando algo y tu lo trataste de imbécil.

-Lo siento -murmuró. Los gemelos estaban en los asientos de atrás jugando con una cosa que Jorge había comprado para ellos.

-Dejaste al chico lo bastante mal como para no querer trabajar más.

-Eres un poco exagerada, Martina.

-¿Exagerada? Jorge tu no tienes ninguna maldita idea de lo que es trabajar para alguien y que esa persona te diga estúpida. Naciste en una casa rodeada de lujos y nunca mueves un dedo en el día, ¿Te hubiera gustado que un chico me tratara así a mi mientras estaba embarazada? -no entiendo porque me moleste tanto de todos modos.

-Bien, lo siento.

No hable hasta llegar a casa. Esto era algo por lo que siempre discutíamos cuando éramos novios. Jorge y su forma de tratar a las personas que trabajaban para su padre... Bueno, para él ahora.

-Vamos -Jorge tomó la mano de Diego y León. De lo único que me preocupe fue del regalo de Jorge.

Entramos a la casa y fui directo a mi habitación, tenía que guardar las cosas que Jorge había comprado. Dios, fui muy aprovechadora.

-Mamá -llegó León a mi lado.

-¿Qué pasa, cariño? -pregunté doblando mis rodillas y quedando de su estatura.

-Jorge... papá si, papá, dijo que te viniera a decir algo de perdonarlo.

(...)

-¡Eres una diosa! -exclamó Mercedes feliz mientras nos daban masajes en la espalda.

-¡Y tu! Deberías agradecerle a Xabiani.

-Debería -río.

Un spa era claramente la mejor forma de pedir disculpas, aunque ¡Vamos! Me estaba pasando. Esto sería lo último que le pediría a Jorge. Mechi se lo había pedido a Xabi y él enamorado, no dudó en darle el regalo. Entonces, teníamos dos días en un Spa con todo pagado mientras los hombres se quedaban con los niños. Para Jorge era nuevo así que no dejaba de pensar un segundo en que estarán haciendo los gemelos junto a él.

Papá por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora