Capitulo 50.

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MARTINA.

-Y es por eso Alice, que jamás tienes que hacerle caso a papá -sonreí al ver como la pequeña me miraba con atención.

-Paaaaapa -demonios.

-No le diré a nadie que dijiste papá primero que mamá -fruncí el ceño y Alice estiró sus brazos.

-Mama.

-Alice.

-Papo -fruncí el ceño y la tomé en brazos.

-Bueno, ahora que has entendido porqué no debes pedirle consejos a Papá, entremos.

Estaba lista. Cuatro días habían sido suficientes para pensar en todo lo que había pasado. A demás recibir las llamadas de Jorge todos los días me había superado. Lo mejor era venir a su casa y decirle a la cara que no quiero estar con él, oh, y llevarme a los gemelos, claro.

¿Mercedes?

No le he hablado desde hace dos días. Era mi amiga y me había escondido algo importante, yo jamás lo hice con ella.

-¡Alice! -escuché la voz de Xabiani y cómo tomaba a mi hija en sus brazos

.-Bueno... -susurré incómoda- Voy a entrar para buscar algo... yo...

-Claro, pasa.

-¿Y Alice? -pregunté.

-Yo cuidaré de ella -sonrió.

-Bien -susurré.

Caminé hasta la puerta y entré, no había nadie y agradecí eso. Sólo necesito empacar mis cosas, las de mis hijos e irme de este lugar. Nunca quise irme de la antigua casa, no debí haberlo hecho.

-Martina.

-¡Hey, pero si es mi mejor amiga! -chillé con sarcasmo.

-Sólo trataba de ayudar -gruñó Mercedes- Jorge tenía ganas de saber la verdad y yo quería ver su cara de idiota cuando la escuchara.

-¿Me ayudas a guardas mis cosas mientras hablamos? -pregunté.

Llegamos a la habitación que usaba junto a Jorge y un nudo se formó en mi garganta.

-No, tienes que bajar -dijo nerviosa.

-¿Y para qué? Mercedes, vengo a buscar unas cosas mías y de mis hijos que no tengo idea donde están, no tengo ganas de recorrer por última vez la que fue mi casa.

-¡Lo digo en serio, Martina! -exclamó- necesitas bajar.

-Vale, ¿Qué hay abajo? ¿Brad Pitt? -dije sin gracia.

-Ni te imaginas.

Juntas bajamos las escaleras y fruncí el ceño al ver todas esas rosas en el suelo. No las había visto cuando llegué pero desde aquí se podían ver bien.

-Mercedes, voy a matarte ¿Que es esto? -la miré pero obviamente ya no estaba a mi lado e iba en el último escalón, luego corrió hasta la cocina y yo quedé allí, de pie como una estúpida.

-¿Estás nerviosa tía Martina? -preguntó Francesca. Amaba cuando Francesca me decía tía, sonaba tierno.

-No ¿Por qué debería estarlo?

-Porque el tío Jorge te quiere mucho -sonrió.

Ay Dios mío, ella no tenía idea de lo que estaba diciendo.

-Oh... ¿Sabes dónde están los gemelos? –Francesca sonrió y miró hacia abajo.

Seguí su mirada y como siempre, casi muero.

Papá por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora