C U A T R O

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Yoongi detuvo el coche en el estacionamiento subterráneo del edificio

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Yoongi detuvo el coche en el estacionamiento subterráneo del edificio. A su lado, Jimin se bajó, temblando visiblemente por el dolor punzante que le provocaba el celo.

​Subieron al apartamento cargados con bolsas, el silencio solo roto por el roce de las mismas.

​El aire del pasillo se saturó lentamente con el aroma potente a menta helada y madera de sándalo de Yoongi. Para cualquier otro alfa, el olor de Jimin sería abrumador, pero para Yoongi, la fragancia dulce de mandarina y chocolate era una extraña fuente de relajación y, a la vez, por el celo, generaba una punzada de excitación.

​Él creía poder controlarse, o al menos eso se repetía mentalmente.

​Primero se dedicaron a guardar las compras. Yoongi organizaba las verduras y la demás despensa con meticulosidad, mientras Jimin se dedicaba a guardar sus golosinas, creando un imponente muro de chocolates y ositos de gomita en un estante bajo.

​—Esta es mi sección, y no se toca, punto —declaró Jimin con una advertencia y una expresión tan seria que casi hizo reír a Yoongi.

​—Lo que sea —replicó el alfa, logrando reprimir una sonrisa ante la absurda pero adorable determinación del omega.

​Al terminar, el agotamiento golpeó al omega con fuerza. Sus rodillas cedieron, y se dejó caer en el sofá. El calor de su celo aumentaba a pesar de haber tomado los supresores de olor hacía poco.

​—Estoy ardiendo... y el dolor... Dios, es insoportable —murmuró, frotándose el estómago con ambas manos.

​—¿Te duele mucho, cachorro? ¿Los supresores que te di no funcionan en absoluto? —preguntó el pelimenta en voz baja. El apodo salió por inercia, a pesar de que el omega le había advertido que no lo llamara así.

​—Solo un poco —murmuró por lo bajo para luego soltar un quejido agudo de dolor—. Necesito mi maleta. Ahí tengo los supresores que me recetaron, los que me diste tú solo cubren el aroma, no el dolor.

​Yoongi fue a su clóset y regresó con una manta y una almohada impregnadas con su fuerte aroma.

​—Toma esto, quizá ayude un poco a calmarte —comentó, pasándole los objetos—. Llama a tu primo para que luego le avise a Jin. Por tu seguridad, no quiero que salgas aún del departamento hasta que tu olor se controle por completo.

​El pelinegro asintió, tomando su celular con más quejidos de dolor y llamó a Namjoon.

​—Moni, soy yo. Escucha, ya terminamos de ordenar las compras, así que pueden venir.

​—¡Al fin! —exclamó Namjoon.

​—Te aseguraste de que todos tomaran supresores, ¿verdad? —trató de asegurarse, ya que no quería a Yoongi quejándose por la saturación de olores más tarde.

​—Sí, Mochi. Todos estamos con supresores de aroma, aunque no sé por qué si a ti nunca te han molestado nuestros olores, pero bueno. Después nos explicas en el departamento. ¿Algo más que necesites urgentemente?

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⏰ Dernière mise à jour : Nov 27 ⏰

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