Capítulo 11

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Stiles salió de la habitación donde se hospedada, cansado de tanto drama había decidido dar una vuelta con su coche. Al no conocer muy bien el pueblo decidió poner rumbo al bosque que rodeaba la ciudad. Aparcando su Jeep a un lado de la carretera, se bajo de su "bebé" y se adentro en la espesuara. Después de veinte minutos de caminata sin rumbo fijo comprobó que estaba completamente perdido, cansado se sentó en una roca del camino y apoyó la cabeza en sus manos.

En esa posición de absoluta rendición lo encontró Malia, que lo observó en silencio varios minutos, mientras decidía que hacer. Durante sus ocho años convertida en coyote había aprendido a no confiar en un cazador. Sin embargo, con este muchacho era distinto, su instinto la hacía confiar en él. Por ello, no sabía muy bien como comportarse, sus sentimientos humanos estaban demasiado intrincados y chocaban con sus sentimientos como loba del desierto. Su parte animal la lanzaba a la aventura con el humano y su parte humana la hacía desconfiada y recelosa. No comprendía muy bien esas contradicciones dentro de ella, nadie la había enseñado realmente como evitar este tipo de conflictos o, por lo menos, como solventarlos. Por costumbre decidió revelar su presencia. Sentandose al lado del castaño espero pacientemente hasta que alzo la mirada y la observó con cierta intensidad

- Hola- saludo Stiles con un esbozo de sonrisa, no sabía porque pero esa loba le provocaba cierta ternura y simpatía- Me perdí- añadió al ver que la joven simplemente lo miraba, como si lo estuviese inspeccionando

- Yo puedo ayudarte- dijo inclinando la cabeza y arrugando ligeramente la nariz susurró- Estás preocupado

- La verdad es que sí- contestó- ¿Es una especie de superpoder lobuno?- preguntó con una sonrisa curiosa, pues no se le había escapado el gesto de Malia

- Algo así- dijo- Yo no lo controlo mucho, pero todas las emociones tienen un olor

- Eres hija de Peter ¿no?- susurró pensativo- Entonces naciste siendo así....¿ Cómo es qué no controlas tus dones?

- ¿Dones?- dijo extrañada- La mayoría de los cazadores pensaría que son una abominación- dijo sincera

- Puede que yo no sea como la mayoría- respondió con una gran sonrisa. Provocando en la chica cierta confusión, no entendía como alguien podía tener esa sonrisa fácil, en el bosque se lo abrían comido.......

- ¿Quieres qué te indique como salir? Ya está amaneciendo- se volvió ha ofrecer la chica, con un extraño sentimiento revoloteando en su interior, que no sabía muy bien como identificar

- Claro- aceptó agradecido- Ya casi es la hora de ir al instituto- dijo mirando su móvil- ¿Vamos juntos?- preguntó esperanzado. Si no fuese porque sus hermanos la odiarian por ser una mujer lobo seguramente estaría suspirando por sus huesos, si no lo estaba ya. Sus hermanos no eran tan intoleantes y radicales como a veces pensaba, pero la estricta educación de su padre y sus experiencias les había enseñado que la mayoría de las criaturas sobrenaturales eran malas, muy peligrosas y traicioneras, como Ruby, el demonio responsable de la adicción de Sam

- Vale- susurró poniéndose en marcha

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El trayecto hacía el instituto fue silencioso, pero un silencio extrañamente cómodo. Mientras Stiles conducía, intentando no perderse por el pueblo, Malia miraba el paisaje embelesada. Una vez en el instituto los dos adolescentes fueron asaltados por parte de la manada, quienes los miraban con cierta curiosidad y preocupación. El joven cazador suponía que si su familia no iba a aceptar a Malia, la familia de ella, o su manada en este caso, tampoco lo iban a aceptar a él. Sacudió la cabeza intentando despejerse de esos extraños pensamientos que le estaban acosando, ni siquiera conocía a la chica como para estar pensando en la aceptación familiar

Los WinchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora