No. 13

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—¡Haz sacado tus fotos! —Julianne exclama al ser la primera en entrar al salón.

—Sí. Lo he hecho. —dice Harry con la mandíbula tensada caminando hacia la cocina.

Voy a preguntar qué fotos pero noto que Julianne es interrumpida por su novio Niall: —Amor....

La chica se toca la cabeza horrorizada y le pide disculpas a su amigo.

Harry no dice nada desde la cocina y Niall rápidamente lo sigue. Mientras ambos están en la cocina, July y yo nos quitamos las chaquetas y las dejamos en un perchero. Noto que July tiene tatuajes en su hombro derecho, en ambos brazos y en sus manos. La miro con detenimiento hasta que ella me devuelve la mirada con una sonrisa divertida.

—¿No tienes tatuajes?

Niego con la cabeza.

—¿Perforaciones?

—Solo un par en mis orejas.

Julianne asiente y noto como mira a Harry con una sonrisa cuando este vuelve con un par de cervezas en las manos.

—Venga que te cuento mi experiencia.

Me río y me siento encantada a su lado mientras Harry abre mi lata de cerveza y me la entrega. Jullianne me cuenta cual fue su primer tatuaje y por qué no ha decidido hacerse ninguna perforación en el cuerpo. Me dice que la sensación es como si te pincharan muchas abejas al mismo tiempo. Me horrorizo. Harry y ella se burlan de mí y me aseguran que esa es la idea y me explican que en África hay tribus que lo hacen todo el tiempo por diferentes motivos cuando tienen sus ritos y festividades. Asiento, sabiendo de lo que me hablan porque he visto documentales que hablan de eso. Harry se sienta a mi lado y comienza a hablar con Niall que está frente a él. Yo me pierdo en la conversación que tengo con July. Es nativa de Nueva York al igual que yo y comienza a contarme cómo conoció a Niall y cómo luego conoció a Harry. Ambas nos divertimos con las anécdotas que me cuenta y pasamos el rato así hasta que nos acabamos las latas de cerveza y otra ronda de vodka y tónica se nos viene encima. Miro a Harry de vez en cuando para verificar cómo está. Se ve de buen humor y parece estar por fin relajado. No quiero imaginarme que hubiese pasado si hubiese perdido. Me alegro por él.

—¿Cuál es el premio de ganar una carrera?

—Dinero. —me responde Niall.

—¿Dinero? —pregunto sin creérmelo.

—Sí. Son doscientos dólares.

—¿De dónde sacan ese dinero?

—Para correr tienes que pagar. —me dice Harry y yo asiento.

—Cien y Cien dólares. —informa Niall.

Cambian de tema rápidamente y yo me quedo asombrada de saber que tienen que pagar para competir. Ya son las dos de la madrugada y ambos se van. Abrazo a ambos y le a Harry prometen salir dentro de la semana. Me pregunto si saben que su amigo toca piano. Se cierra la puerta y en el departamento quedamos solos. A pesar que es lunes y mañana tengo clases temprano no tengo sueño. La vida de Harry es tan interesante.

—¿Quieres dormir o...?

—Más vodka, por favor.

—Vaya... vaya... Cada día me sorprendes más Grace.

—Te sorprendería saber lo que hago con un par de copas más. —le guiño el ojo y por primera vez lo dejo con la boca cerrada y aprovecho la oportunidad de reírme— Estoy bromeando. Ven aquí, siéntate y veamos una peli.

Él hace lo que le pido y acerco mi rostro a su hombro.

—¿Me puedes decir por qué has sacado tus fotografías? —pregunto a pesar que no sé a que fotografías se refería su amiga Julianne. 

Beethoven (au // h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora