Capítulo 26- Descubriendo a mi familia.

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–Idiota. –sonrío cuando lo digo, creo que me va a seguir el juego.

– ¿Acabas de decir que soy como un espía y ahora me llamas idiota?

–Sí, eres un espía idiota–se ríe y yo pongo cara de enfado–. No te rías de mí. –frunzo el ceño y pongo morritos para darle pena.

–Vale, no me reiré de ti, ¿Quieres que te lleve a verlos?

–Claro que quiero que me lleves.

– ¿Cuándo puedes?

–Hoy, antes de trabajar, pero tendré que cubrirme con algo para que no me reconozca nadie, si Marcus me ve me mata.

–Vale, pero será mejor si intentas hablar primero con los gemelos.

– ¿Por qué?

–La mayor esta con sus amigos y poco más, saluda a sus hermanos pero creo que solo pasa tiempo con ellos cuando sus amigos están ocupados.

– ¿Y los gemelos? ¿Ellos no tienen nada que hacer?

–Ya te he dicho que el chico va al club de ajedrez, pero de verdad no sé qué hace la chica.

–El chico es aburrido.

– ¿Por jugar al ajedrez?–asiento y se ríe un poco–Tal vez le obliguen.

–Bueno, puede ser.

–Mientras el chico está en clase de ajedrez la chica le espera fuera, puedes hablar solo con ella o esperar a que salga y hablar con los dos.

–Hablare solo con ella, pero, ¿Qué le puedo decir? Si me acerco y le empiezo a hablar como si nada creerá que estoy loca.

–Ya... pero tampoco te quedes acechando.

–Pero no sé qué podría decirle.

–Yo tampoco, pero tu cara se le hará conocida.

– ¿Por qué?

–Porque esta...–saca el móvil y entra en internet, mira en imágenes y veo una foto de cuatro personas– es tu familia, estos son tus tíos, los padres de tus primos, y estos tus padres, y si te fijas, tu madre es exactamente igual a ti, pero tú eres más joven, por obviedad, tendrán fotos en casa, le sonaras.

–Vale, ¿Pero qué le digo? ¿Cómo hago para acercarme y que se fije en mí?

–Puedes... preguntarle una dirección y cuando te responda le dices que te suena su cara.

–Vale, gracias–le sonrío y el me devuelve la sonrisa, me quedo embobada mirando sus ojos, pero cuando me doy cuenta de lo que pasa me pongo a hablar para no cometer estupideces–. Estoy un poco nerviosa...

–Es lógico, pero les caerás bien, mientras no les digas como vives.

–Sí, será lo mejor, no quiero asustarles...

–Tienen doce años, no lo entenderían, y cuando se enteren reaccionaran de una manera diferente a la que esperas, pero te aseguro que todo irá bien.

–Eso espero...

– ¿Qué crees que saldrá mal? Eres genial.

– ¿Cómo que soy genial?–levanto una ceja y le miro, divertida por su expresión de confusión, creo que en estos momentos está debatiendo consigo mismo lo que ha querido decir con eso.

–A... pues... yo... da igual, les caerás bien–me rio, ya no puedo más, su confusión aumenta cada vez más, sobre todo cuando empiezo a reírme–. ¿De qué te ríes? ¿Te ríes de mí?

Yo soy la asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora