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Genial. Había olvidado rellenar el tanque de gasolina de mi moto y no encendía. Iba demasiado tarde, así que correría a toda prisa hacia el colegio.
Vaya, cuando tienes prisa todo pasa más lento.
Por suerte, había llegado 3 minutos antes de que iniciaran las clases.
Al ir recorriendo los pasillos para llegar a mi casillero, encontré a los Ed's. Decidí acercarme un poco para escuchar sobre lo que hablaban. Saqué mi descargado móvil y con la esperanza de que nadie se diera cuenta de que tenía la pantalla apagada, comenzaba a presionar sobre este para simular que enviaba textos.

—Gracias Doble D, ahora no tendré que quedarme una hora después de la salida —dijo el más pequeño de estatura del grupo.

—Aún no puedo comprender porque te pasé mi tarea. ¡Esta será la ultima vez, Eddy! —gritó mi chico, Edd.

El timbre sonó para avisar a los estudiantes que las clases comenzaban y, a toda prisa, guardé mi móvil y fui detrás de los Ed's.
No iba a su misma clase, puesto que eran un año menores que yo, pero ya tenía analizados sus horarios y podría acercarme entre las clases a Edd.

—¡Oye tú! —grité, aunque sabía que no hacía falta ya que estaba a unos 5 metros detrás.

Los tres voltearon. Eddy tenía el ceño fruncido, Ed estaba sacándose los mocos y Edd estaba sonrojado escondiéndose detrás de sus libros. Que tierno es.

—¿Qué quieres, Kevin? —preguntó con furia Eddy.

Si, no me llevaba bien con ellos. La mayoría del tiempo me gustaba molestarlos y es por eso que mutuamente nos evitamos. Bueno, solo Eddy y yo, los otros dos es como si no existiera rencor para ellos.

—No te hablaba a ti, era a él —dije apuntando al de gorro.

Edd se sonrojó más y estaba temblando. Seguramente creía que lo golpearía.

—Eh... Lo siento Kevin, tengo que ir a clase —dijo tartamudeando y se llevó a sus dos amigos detrás de él.

Reí. Este chico era el indicado. Su inocencia y timidez hacen que le tenga más ganas. Me volvería loco si no lo tenía.
Entré a clase y obtuve mi primera llamada de atención del día por llegar tarde. Era común escuchar sermones de los maestros por llegar tarde a la primera clase.
Me acomodé en mi banco y comencé pensar en mis estrategias para tener a Edd.

En todo el día no vi a mi chico. Es raro porque sé sus horarios y a donde se dirige. Tal vez estaban evitandome.
Salí a toda prisa del salón y espere en la entrada principal del colegio.
Por primera vez esperaría por alguien, no me agradaba la idea de que tuviera que esperarlo pero, si lo quería tener tenía que hacer este tipo de cosas que hacen las personas enamoradas para demostrar interés.
Al fin divisé su delgada figura y me preparé.

—¡Hey, Doble D!

El tan solo escucharme parece que lo hizo estremecer y sentirse nervioso. Pobre.

—¿Si, Kevin?

—¿Quieres venir conmigo? Tengo cosas que decirte.

—¡Oye! ¡Nosotros no dejamos al cabeza de calcetín solo y menos contigo! —dijo Eddy.

—No quiero hacerle nada, solo quiero pedirle ayuda —reía al hablar.

—Lo que tengas que pedirle, pideselo delante nuestra.

Vaya, este chico es difícil, todo lo que tengo que pasar por un tonto muchacho. Edd estaba nervioso, pero se atrevió a hablar.

—No te preocupes Eddy, iré con Kevin, se ve que no tiene intenciones de hacerme algo, por favor, confía una sola vez en él.

Eso sí no me lo esperaba, me estaba haciendo más fáciles las cosas.
Eddy solo me miró con desapruebo y asintió.

—Bien, si te toca al menos un vello, dímelo —dijo y se giró para caminar con su otro tonto amigo.

Comencé a caminar, pero al ver que Edd no reaccionaba, le indiqué con mi mano que me siguiera. Corrió hacia mi y se posicionó a mi derecha.

—¿Qué es lo que quieres pedirme, Kevin? —preguntó y pude notar nerviosismo en ella, Dios, este chico es tan lindo.

—Emm... Verás, últimamente no he puesto atención a mis clases y me he perdido de mucho, ¿me ayudarías a estudiar?

—¿Es en serio esto? A penas comienzan las clases y no creo que... —no terminó de hablar ya que lo interrumpí.

—Lo que pasa es que tampoco puse atención el año pasado —mentí, bueno, era verdad, nunca había puesto atención a una clase.

Me miraba con incredulidad, sabía que mentía. Joder, ¿por qué este chico es tan listo?

—¿Y por qué no le pides ayuda a alguien que va en tu grado? Soy un año menor que tu y no creo poder ayudarte.

—¡Si! ¡Si puedes! ¡Eres muy listo!

Mi comentario lo hizo sonrojar y al parecer, lo hizo sentir alagado. Que fácil cae.

—Está bien, ¿cuándo quieres que te ayude?

—Hoy mismo, ¿está bien?

—Si, si quieres, podemos estudiar en mi casa, mis padres están de viaje.

Todo marchaba a la perfección. Mi plan estaba dando frutos y este chico pronto estaría debajo de mi gritando mi nombre y gimiendo desesperadamente pidiendo más.

—¡Me parece perfecto!

Al decir esto, Edd sonrió y seguimos caminando bajo el lejano Sol.

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Si, edite algunas cosas para que vaya más acorde a la historia (en la parte anterior)
Gracias por leer :)

PRESA (KevEdd)Where stories live. Discover now