Capítulo 28

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[Sawyer en multimedia, Alex Pettyfer]

POV SAWYER

Abro los ojos, al oír los estruendos del despertador, y sonrío al ver a Megan, que está dormida de espaldas a mí. Me incorporo un poco y le acaricio el brazo mientras le doy besos en el cuello para despertarla. En nada sale nuestro vuelo y salimos de esta maldita ciudad. Bajo la mano hasta cubrir uno de sus pechos con ella.

—Es hora de levantarse —susurro en su oído.

—¿Hum? —dice intentando abrir los ojos.

Suspiro y le doy la vuelta tumbándola bocarriba.

—Nena, sé que estás cansada, pero tenemos que ir preparándonos.

—Vale —murmura soñolienta con los ojos cerrados y vuelve a darme la espalda.

Aparto las sábanas y le doy un azote en el trasero. Da un bote en la cama, se incorpora rápidamente y se gira hacia mí para darme una hostia.

Abro los ojos como platos y me llevo una mano a la mejilla, que me está ardiendo. ¿Ya no le gusta que haga eso? Por su mirada diría que no. Sus ojos azules me miran con frialdad y me da la espalda para bajarse de la cama y caminar hasta el cuarto de baño. Hoy no creo que nos duchemos juntos.

—Joder —resoplo cuando da un portazo.

Me restriego la cara con las manos y entrecierro los ojos para ver qué hora es. No podemos retrasarnos o perderemos el avión. Mierda no veo los números.

Todo va de mal en peor. ¿Se estará cansando Megan de mí? Parece que no me soporta y como siga con esos humos acabaré sin soportarla yo a ella. Joder, la quiero, pero tengo demasiados problemas y que esté de morros todo el día sin decirme por qué me tiene un poco hasta los huevos. Entiendo que esté estresada, ¡pero es que parece que me odia a muerte!

¡Pues se acabó!

Me bajo de la cama y camino hasta el cuarto de baño. Se le acabó la tontería. Cuando entro está de espaldas a mí en la ducha, enjabonándose el cuerpo. Cojo aire y rezo porque no me la corte nada más entrar. El grito que suelta es bastante divertido y me mira con los ojos muy, pero que muy abiertos mientras comienzo a enjabonarme yo también.

—¿Qué haces? –me pregunta.

—Ducharme.

—¿Y tiene que ser cuando lo estoy haciendo yo? —gruñe.

La miro de reojo arqueando las cejas y asiento.

—Genial —murmura apartando la mirada.

Con un brazo se tapa el pecho y con otro el vientre y entre el vapor y la mierda de cosa que tengo en los ojos veo que parece incómoda.

—Deja de mirarme, por favor.

—¿Por? —Frunzo el ceño.

Creo que la cara que estás poniendo, mi vida, no me gusta nada.

—¡Porque no! —exclama.

Me giro hacia ella y la atraigo hasta mí para ponerla bajo el chorro de agua, que se lleva el jabón de su cuerpecito.

—No me mires —vuelve a decir incómoda.

—Jamás dejaré de mirarte, Megan. Mientras quepa la más mínima posibilidad de que pierda el privilegio de hacer mi mirada dejará de esta fija en ti —digo muy seriamente. No sé cómo puede estar pidiéndome que deje de mirarla.

Déjame Amarte © [UME #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora