Déjame Amarte © [UME #2]

Capítulo 21

[Cap. dedicado a @patriciapintosaldia. Si queréis dedicatoria pedidla :)]

—¿Qué? —pregunta Xander sin poder creerse mis palabras.

—Que me vuelvo a Miami.

—¿Por qué? ¿Vuelves por él? —gruñe Collin.

Bajo la mirada y asiento.

—Cariño, no lo hagas. Ese tío te jodió la vida —dice Rachel.

—Le quiero y le he perdonado.

Collin resopla y se levanta del sofá lleno de indignación.

—Megan, en serio, yo... yo... ¡yo te creía más lista! —dice Collin andando de aquí para allá—. Es que no puedo creérmelo.

Las miradas de todos y cada uno de los chicos indican lo decepcionados que están conmigo mientras que Rachel me mira con tristeza. Saber que realmente les he fallado me duele, después de todo, ellos me han ayudado todos estos meses mientras Sawyer estaban en la otra punta del país. Pero ahora está aquí y..., aunque mi instinto me diga lo contrario, voy a seguir junto a él. Tengo que volver a confiar en él, aunque me cueste.

—Tú verás lo que haces —dice Sean apartando la mirada.

—Por favor, no os enfadéis. Yo...

—¡Tú... ¿qué, Megan?! —Exclama Xander—. Te has llevado meses deprimida, sin querer comer, dormir, ni vivir. Te hemos apoyado en tus momentos más difíciles y así nos lo pagas.

—¿Estás segura de lo que vas a hacer? —me pregunta Paul.

No. Claro que no lo estoy y lo sabe.

—Yo... No lo sé —miento—. De todas formas, mi lugar no es éste. Odio el frío y la nieve y todo.

—¿Nos odias? —pregunta Mark, inexpresivo—. Porque si odias todo de Nueva York también nos odiarás a nosotros, ¿no?

—Yo no he dicho eso —digo negando con la cabeza, intentando mantener la compostura—. En Miami... está mi padre. Hace meses que no le veo. De aquí en adelante podría visitarlo con más frecuencia.

Xander rodea los hombros de su novia con un brazo y la atrae hacia sí cuando ésta comienza a llorar.

—De verdad que no quiero que acabemos así. —Me tiembla tanto la voz que me cuesta acabar la frase. Miro a Collin—. Yo... no quería engañarte, pero... ¡le quiero! Estoy enamorada de Sawyer y no puedo remediarlo. Le necesito. Y... ¡y tengo miedo, porque...! —Frunzo los labios y me seco las lágrimas que aún no he derramado.

—¿Por qué tienes miedo? —me espeta Collin caminando hacia mí—. ¿De que te engañe? —Niego con la cabeza—. Pues lo volverá a hacer.

—Tú no tienes ni idea de nada —gruño empujándole.

Collin inspira profundamente y cierra las manos en puños, mirándome furioso.

—No tienes ni idea de ninguna de mis preocupaciones —mascullo.

—¡¿Entonces qué es lo que te da tanto miedo?! —exclama.

Cuando voy a gritar a los cuatro vientos que me aterroriza lo que le pueda pasar a Sawyer, éste aparece por el pasillo. Siempre tan oportuno...

Todos nos quedamos callados, mirando al rubio que parece incomodado por la situación.

—Tú veras lo que haces, Megan —murmura Collin antes de alejarse unos pasos de mí.