Déjame Amarte © [UME #2]

Capítulo 10

[Collin en multimedia]

POV SAWYER

No puede ser. Es imposible. No, no lo es. Es una mujer preciosa, ¿por qué no iba a rehacer su vida? Pero, joder, no puedo haberla perdido. Aún no me ha llamado, habrá estado demasiado ocupada. ¿Qué habrá hecho? ¿Habrá estado con ése? Mejor no pensarlo, sólo de imaginármelo... Mierda, si sigo rompiendo cosas la estancia en el hotel me saldrá por un pico. Al menos me he librado de Nathan durante unas horas. Capullo. ¡Yo hago con la herencia de mi padre lo que me sale de las pelotas, él no me manda! Ya son las diez y media, ¿y no ha mirado el móvil? No puede haberlo confundido con el suyo, yo la tengo a ella de fondo de pantalla. Ella no me tiene a mí, aunque entre su escasa galería hay una foto que no sé cuándo me hizo. Tengo que ir a la fotocoagulación pero ya. ¡Pasé por delante de ella y ni la reconocí! Al menos escuché su voz, llevaba tanto tiempo sin oírla que me da escalofrío recordarla.

Me levanto de la cama, sin molestarme en recoger la última lámpara que quedaba entera, y comienzo a dar vueltas por la habitación con su móvil en la mano. ≪Lo peor ha sido oírla llorar≫, pienso. Y es cierto, escuchar cómo lloraba y notar cómo me empujaba para alejarme de ella me ha hecho polvo. Le hice daño, pero no intencionadamente. Estaba borracho y apenas veo cuando estoy sobrio, sólo me dejé llevar por su imagen, la cual creó mi estúpido cerebro. Sólo de pensar que estuve con Meredith me entran arcadas. Jamás la hubiera traicionado sobrio, jamás hubiera permitido que sufriera. Y ahora estoy aquí, echándola de menos. ¡¿Por qué no se lo conté?! ¡¿Por qué no le dije que me estaba quedando ciego por culpa de la diabetes?! ¿Por qué cometí la estupidez de volver a beber? No puedo beber, la cosa empeoró porque me olvidé de cuidarme a mí mismo, estaba con ella, no podía pasarme nada malo con el amor de mi vida junto a mí.

Casi suelto un grito cuando el móvil de Megan comienza a sonar en mi mano. Bendita la hora en la que le di el cambiazo. ≪Cómo no Maroon 5 de melodía.≫ Descuelgo.

—¡Sawyer, ¿cómo has podido quitarme mi móvil?! —es lo primero que me dice.

—Hola —le saludo con una sonrisa. Sólo necesito oír su voz, aunque me esté gritando—, te he echado de menos.

—¡¿Cómo que me has echado de menos, Sawyer, por qué me has quitado el móvil?!

—Dame la dirección de tu casa y voy a devolvértelo.

≪Di que sí, di que sí.≫

—¡Ja! No, ni hablar, no pienso decirte dónde vivo —gruñe.

—Pues me temo que te quedarás sin móvil de por vida.

—Siempre puedo ir al Cesar Palace.

≪Estar en la misma habitación que Megan y a solas me da mucha ventaja.≫

—Te espero en la habitación 203. Te quiero.

Cuelgo rápidamente sin darle tiempo a replicar y me pongo a recoger el desastre que he formado. No puede llegar y ver mi habitación llena de lámparas rotas. Tengo unas ganas terribles de estrecharla contra mis brazos, abrazarla como si no hubiera un mañana y besarla en los labios. Entre las manchas y que soy prácticamente miope —o al menos uno de los síntomas me convierte en algo parecido a eso— no he podido distinguir muy bien su rostro, pero seguro que está preciosa. Lo que sí he podido distinguir son sus ojos azules, jamás los confundiría. ≪Como pille al otro, lo mato. Al menos espero que no sea tan gilipollas como Charlie.≫ Me siento en el borde de la cama y hago una mueca de dolor, las piernas me matan. Se me atrofia el cuerpo más rápido de lo que esperaba. Gracias a don Cariñitos tengo un moratón horrible en la cara y se nota demasiado como para ocultarlo. Menuda mierda de fin de año.