Epílogo.

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Abrí los ojos. Un profundo dolor empezaba a darse paso a través de la parte de atrás de mi cabeza, lo que provocó que cerrase de nuevo mis párpados.

Para mi sorpresa no estaba muerta. Arrugue las sabanas blancas que me envolvían para verificar que esto no era un sueño. Efectivamente no lo era.

Mis últimos recuerdos son llamas y mas llamas rodeandome provocando que callese redonda.

Abrí de nuevo mis ojos cayendo en la cuenta de que estaba en un hospital. Giré mi rostro a la izquierda y en ningún momento me esperé ver lo que vi.

Era Luke.

Estaba más pálido de lo normal, con su cabeza ladeada hacia mi dirección, como si fuese lo ultimo que vio antes de caer dormido. Tenía los brazos vendados y una mueca de cansancio adornaba su rostro.

En los últimos momentos que pasé en esa casa creía que no lo iba a ver más y por esa parte mi ser se tranquilizó. Hasta que caí en la cuenta de que se encontraba en un hospital por lo que empecé a agobiarme cuestionándome que es lo que le habría pasado.

Hice un amago de levantarme para poder verle de más cerca e incluso tocarle solo para hacerme a la idea de que esto era real.

- No, no, no, señorita debe quedarse en la cama. - dijo una enfermera a la vez que entraba por la puerta.

- ¿Podría explicarme que le ha pasado, por favor? - pregunté casi en un susurro. Estaba especialmente cansada e incluso hablar suponía un esfuerzo para mí.

- Este chico que ves aquí es un verdadero héroe muchacha. Te salvó la vida.

- ¿Cómo? - en estos momentos estaba totalmente perpleja.

- Por lo que he escuchado tú te encontrabas absolutamente atrapada dentro de una casa tras el bosque. Este muchacho intento con todas sus fuerzas ir, provocando incluso que varios hombres intentaran impedirle el paso. Consiguió dejarles atrás tras varios forcejeos. Literalmente dijeron que se encontraba desesperado, fuera de sí. Gran mayoría de ellos le persiguieron a través del bosque. Al salir de él la imagen era devastadora, la casa estaba cayéndose a pedazos debido al deterioro por las llamas. Pero eso no le detuvo, sabiendo que podría morir en el intento se adentró en la casa y te encontró dentro. Recogió tu cuerpo y finalmente salió. Un grupo de paramédicos os estabilizó a ambos ya que el pobre cayó desplomado al suelo segundos después de estar fuera de la casa. Se encuentra bien, tiene quemaduras en los brazos, piernas y pecho pero solo necesitan tiempo.

Tras todo su discurso abandonó la sala porque por lo visto se le olvidó algo. Tampoco lo eche mucha cuenta ya que estaba absolutamente en shock. Luke me salvó la vida.

- Tampoco fue para tanto. - dijo una voz ronca a mi costado izquierdo.

Literalmente salté de la camilla y fui junto a el para abrazarlo a la vez que rompía a llorar.

- ¿Me salvaste la vida y aun te dignas a decir que tampoco es para tanto? Me parece que lo que a ti te pasa es que necesitas atención estúpido. - dije
como medianamente pude
entre susurros.

- Me has pillado.

Nos miramos y comenzamos a reírnos como locos. De un momento a otro Luke paró de golpe.

- ¿Que pasa?

- Pase tanto miedo, Daphne. Creí que no te iba a volver a ver. - dijo a la vez que acariciaba mi rostro lo que provocó que instantáneamente cerrase los ojos.

- Ey, pero estoy aquí ¿No? - susurré provocándole una sonrisa. - Era la única forma Luke. Ella iba a por mi y tenia que destruir el portal que la mantenía en este mundo. Yo misma provoqué el incendio. Y no me arrepentí, aunque no te volviese a ver más, porque tenía que acabar con ella Luke, y lo hice. Lo hice por Michael y por todas las victimas que sufrieron por su culpa.

- ¿Sabes que te admiro, verdad? - dijo a la vez que besaba mis labios.

- Te quiero. - dije para continuación besarle de nuevo.

- Yo también te quiero, Daphne. - me respondió con la mayor sonrisa que le he visto en la vida.

Con cuidado me acosté junto a él, intentando no rozarle tampoco mucho porque debería de tener quemaduras hasta en el cielo de la boca.

- Daphne.

Le miré expectante, indicándole que le escuchaba. Este miró al techo y dio un largo suspiro.

- Se que en ocasiones soy bastante capullo, cabezón, inaguantable y pesado. Pero llevo enamorado de ti demasiado tiempo como para incluso acordarme de el momento en el que empecé a sentir cosas por ti. Eres la mujer con más carácter que conozco y en ocasiones cuando te enfadas das hasta miedo para que mentirte pero ¿Sabes? Me encanta eso.

>> Ayer, cuando vi la casa en llamas, fue el peor momento de mi vida. Sentía que mi todo empezaba a escaparse como la arena entre las manos. No dudé ni un momento entrar a por ti y lo volvería a hacer porque si moría, moriría contigo abrazada a mi ya que la posibilidad de vivir un mundo sin ti era demasiado aterradora como para incluso planteársela. Y por ello no me considero un héroe, sino me considero egoísta, porque si, porque te necesito para seguir viviendo. A ti, a tu risa de cerdo y a tu manía de enrollarte mechones de pelo entre tus dedos. Te necesito y por eso aunque un hospital no sea el lugar idóneo para confesártelo me pregunto si te gustaría ser mi novia.

Y tras tres años que llevamos ya juntos con sus momentos buenos, sus momentos malos, sus peleas y sus reconciliaciones no hay decisión de la que me encuentre más orgullosa que de la que tome ese día.

FIN

No le mires a los ojos | Luke Hemmings Where stories live. Discover now