En cuanto la carrera terminó me fuí del lugar, mi equipo me dijo que me tomará un respiro y es que de verdad sentía tanta frustración dentro de mí.
En esos momentos Australia sólo me hacía recordar cosas que realmente no quería, así que no duré mucho tiempo en el lugar y rápidamente me regresé a Mónaco.
Durante el vuelo me sentí algo tenso, recordé la forma en que le había hablado a Max, en ese momento el coraje, la tristeza y la frustración hablaron por mí, sabía que él no tenía la culpa de lo que me había pasado pero saber que Liam pertenecía de cierta manera a Red Bull me hizo enojar demasiado, sabía que me había desquitado con quién no debía.
Llegué a Mónaco y rápidamente me dirigí a mi departamento, no quería ver a nadie, no tenía ganas de nada.
Al entrar a mi departamento un saco de pulgas me recibió y por fin logré desestresarme un poco, lo único que necesitaba después de todo era estar en casa.
— Vaya, pensé que tardarías más por un momento sentí que me iba a hacer mas viejo
— Mierda, ¿Alonso?, ¿Qué haces tú aquí?, ¿Y cómo entraste a mi casa?
— Tranquilo hombre, tu recepcionista me dejó pasar, me reconoció y no puso mucha oposición, por cierto, me dijo que ya ha venido dos veces Max contigo
— Oh, si es verdad, que chismosa, bueno cómo sea, ¿Qué haces aquí?, digo no es que me moleste tu visita simplemente me intriga
— Nada en particular muchacho, sólo quería saber cómo te encuentras, ya sabés, después del accidente que tuviste
Era lindo que alguien se tomará la molestia de preocuparse por mí y de saber cómo me encontraba, a decir verdad ningún piloto me preguntó cómo estaba, tal vez Zhou tenía razón, dentro de la pista no hay lugar para sentimentalismos pero agradecía que Alonso no fuese así, se tomó la molestia de investigar dónde vivo, nadie lo sabe y tampoco es como que le hable a toda la parrilla.
Comenzamos a platicar mientras tomábamos té, yo ofrecí tomar cerveza pero Alonso me dijo que no y no pude negarme, era un hombre muy sabio ya que se tomaba las cosas con demasiada madurez, su forma de hablar era tranquilizante, era como un padre dándole un consejo a su hijo o al menos así lo veía yo.
— Sabes, tengo miedo de fracasar
Dije amargamente mientras jugaba con el vaso de agua que tenía entre mis manos.
— Todos tenemos miedo de fracasar Checo pero esta en nuestras manos cambiar el rumbo de nuestro destino, o nos destruyen o los destruimos, es fácil
Era la segunda vez que escuchaba esa frase "o te destruyen o los destruyes" y vaya que esa frase estaba tomando un significado importante en mi vida.
— No lo pienses tanto Checo, todos hemos sufrido accidentes y eso no define como nos ira después, es tu primer carrera, aun vas comenzando falta mucho camino por recorrer, ánimo hombre
— Gracias por venir y platicar conmigo Fer, creo que me hacían falta estás palabras
— No tienes nada que agradecer muchacho y bueno yo sólo venía hablar de esto, me voy porque tengo algunos asuntos que arreglar, ánimo chaval y descansa, te lo mereces después de todo
Fernando me dió una palmada en el hombro y se despidió de Lucas, lo acompañe a la puerta y después nos despedimos, realmente no sabía el impacto que esa conversación había tenido en mí, ahora tenía que relajarme y seguir enfocado en sacar lo mejor de mi en la próxima carrera.
💙💙💙💙
Habían pasado ya dos días de la carrera y por alguna extraña razón me sentía inquieto.
