Capítulo 24: Narcissa Malfoy.

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Había pasado diez minutos de su toque de queda, el cual era a las nueve, cuando decidieron detenerse, para luego acordar que se volverían a reunir el miércoles que siguiente, ya que algunos tenían demasiados deberes o prácticas de Quidditch para reunirse de nuevo en la semana. Al terminar salieron de la sala en grupo de tres, aunque ella fuer sola hasta las mazmorras, en la cual al entrar a su sala común le esperaba un molesto Draco. Lo cual era extraño ya que normalmente había más personas a esa hora en la sala, aunque algo le decía a ella que él era el responsable de ello.

— Ya pasó el toque de queda— le reclamó algo molesto.

—Solo fueron unos minutos, se me pasó la hora...—dijo sin darle importancia a aquello e intentar pasar a las escaleras de la chicas, pero él se puso delante de ella para que no pasara.

— Soy el prefecto, ¿sabes que podría castigarte por ello?— soltó pero Alessia no se inmutó, solo sonrió negando como si fuera un chiste.

— ¿Qué harás?, ¿Hacerme copiar una caligrafía? —Se burló antes de él dar un paso hacia ella y esta sacar su varita—. Podría simplemente hacerte olvidar que me viste con Obliviate— le amenazó apuntándole con su varita, pero para su sorpresa él no se asustó sino que se acortó la distancia que quedaba entre ambos.

— Baja la varita Alex, solo estaba bromeando...—le dijo poniendo su mano en su varita y bajarla, para luego ponerla en su rostro—. ¿Algún día dejarás de amenazarme? —le preguntó sonriéndole.

— Cuando dejes ser un idiota por completo— respondió con suma seriedad para luego sonreírle y él besarla.

— Duerme conmigo—le dijo sobre sus labios...

— Buenas noches Draco— le dijo negando pero él no la soltó—. Se te está haciendo costumbre, ¿sabes? —preguntó retóricamente haciéndolo sonreír.

— ¿Eso es un sí? —soltó tomándola de la mano sin esperar un respuesta, y conducirla a las escaleras que llevaban a las habitaciones de los chicos.

Extrañamente, ya que aún era temprano, no se encontraron en el pasillo a nadie, gracias a Malfoy.... Y como si ya fuera una costumbre, la pelinegra subió a la cama, junto con Draco para luego quedarse dormido, con ella en su regazo...

Había abierto los ojos en la misma habitación que siempre, viendo de nuevo a la chimenea, pero al contrario de las otras veces, llevaba a la serpiente que identificó como Nagini, en sus piernas...

— Eres mía Alessia, recuérdalo— escuchó que decía aquella voz de sus pesadillas haciéndola despertar de golpe totalmente asustada.

Estaba segura que eran pasada de las medianoche cuando se despertó, por lo que no hizo ningún ruido, y quedó abrazada al rubio intentando auto-calmarse. « ¿Acaso sabía que ella podía escucharlo?, ¿por eso dijo aquello?» , se preguntaba y cuestionándose si debería decírselo a Dumbledore, aunque con Umbridge se le hacía casi imposible ir al despacho de su tío sin levantar sospechas.

Sin saber bien como, pocos minutos después se quedó dormida, pero esta vez sin soñar con Voldemort....

Aquello fue lo único extraño de ese día, se había levantado como siempre esperando a que sus compañeros fueran a clases para poder salir de la habitación de Draco sin levantar sospechas.... El resto de los días se pasaron más rápidos de lo pensado, por lo que el fin de semana llegó, y con este, el rubio le cobraría el favor a Alex.

— Vamos a Hogsmeade— le dijo el rubio al ella llegar a la sala común.

— ¿Para qué? —se limitó a preguntar sentándose a su lado.

Mi igual (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now