━ 💌: Cupido sent an e-mail

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«Esto va a ser divertido. 😏» 

Sophia apartó la laptop con un suspiro.

Definitivamente no estaba lista para eso.

Megan y Lara seguían enviando mensajes de aliento, pero su mente no podía despegarse del correo electrónico. Cada vez que veía el nombre de Daniela, una ola de nervios la invadía. Quería dejarlo pasar, como siempre hacía, pero algo en su interior no se lo permitía. No podía evitar conectar los pequeños momentos sueltos en su mente: la cafetería, la sonrisa, la charla casual.
Y entonces recordó esa frase: "Estaré atenta entonces", justo antes de que Daniela saliera del aula tras la reunión.
Quizá no había sido solo amabilidad.
Quizá... realmente estaba interesada.

Entonces su mente hizo lo que mejor sabía hacer: pensar. Pensar demasiado.

Megan y Lara le habían dicho que se atreviera. Después de todo, ella estaba al frente de un comité que la respetaba, era parte del cuadro de honor, la chica de la sonrisa suave que se llevaba bien con todos.
Entonces, ¿Qué estaba haciendo?
No podía dejar que Daniela la desarmara sin más. Tenía que actuar. Finalmente estaba decidida a hacer algo con ese enamoramiento interminable.

No quería ser de esas personas que solo observan desde lejos. No más. Necesitaba demostrar que no le tenía tanto miedo a la idea de interactuar con ella.

La feria de los besos y el evento deportivo. Todo al mismo tiempo.
Era vergonzoso, sí. Pero al menos tendría la excusa de la competencia, ¿cierto?

—Nadie sabrá que se trata de Daniela. Es solo una competencia. Un evento deportivo, nada más.

Con una sonrisa nerviosa, volvió a la laptop y buscó el correo de Jake, el organizador de deportes. El corazón le dio un vuelco. Estaba a punto de hacer algo completamente fuera de su zona de confort, pero por primera vez, esa adrenalina se sentía... bien.

—Bien, Sophia. Vas a hacerlo. Tú puedes —se dijo.

Sus dedos volaron sobre el teclado. No leyó dos veces. Hizo clic en Enviar.
Y al instante se sintió más liviana. Tal vez no era la mejor idea del mundo, pero ya no quería seguir arrepintiéndose.

Unos segundos después, escribió en el grupo con Megan y Lara:

"Chicas, acabo de inscribirme al evento deportivo."

A lo lejos, escuchó la voz de su padre llamándola desde la planta baja. La ansiedad de los últimos minutos se desvaneció, y una ligera sonrisa apareció en su rostro. Se quitó los audífonos y dejó el celular sobre la cama, que estallaba de notificaciones.

—¡Ya bajo! —gritó mientras se dirigía a la puerta.

Por primera vez en todo el día, no estaba pensando en lo que acababa de hacer.
Solo quería disfrutar la cena.

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Sophia despertó al sonido de su padre llamándola desde la puerta de su habitación. Solo emitió un sonido bajo y quejumbroso, con el rostro aún estampado contra la almohada.

—Cariño, ¿podrías bajar? El desayuno está listo.

—Mmmm...

—¿Soph?

—Ahora...

Estiró la mano a tientas. Su reloj, sobre la mesita de luz, marcaba las 8:15 de la mañana. Debe estar bromeando, pensó, luchando por salir de la comodidad de las mantas. Se estiró y, aún medio dormida, se arrastró fuera de la cama. Todavía en pijama, con el cabello apenas acomodado por sus propias manos, descendió las escaleras. Al llegar a la sala, se quedó sorprendida—casi asustada—al ver a Lara sentada en el sofá con lentes de sol sobre la cabeza y un tazón de yogur con granola en las manos, mientras se reía de algo que Basilio había dicho desde la cocina.

𝑫𝑬𝑨𝑹 𝒀𝑶𝑼, 𝑰 𝑳𝑶𝑽𝑬 𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora