Sophia bajó del auto y tuvo que azotar la puerta por segunda vez para cerrarla bien. Arrastraba los pies con un andar absurdamente lento y desincronizado, un comportamiento torpe que dejaba en evidencia el cansancio que pesaba sobre su pequeño cuerpo. Llevaba el cabello recogido y, muy a su pesar, una capa extra de maquillaje para disimular las ojeras que habían brotado tras una noche difícil.
Cuando sus amigas se marcharon la tarde anterior, su padre apareció con la cena, y el momento se volvió encantador: una maratón de The Big Bang Theory acompañada de pizza en el sofá. Luego, un baño relajante parecía presagiar una noche tranquila. Pero el silencio nocturno y la oscuridad de su habitación la empujaron a divagar, hasta sumirse en un torbellino de pensamientos. Su mente reprodujo, una y otra vez, la conversación con sus amigas, y terminó por construir una galería entera de escenarios románticos protagonizados por ella y Daniela. Despertó con el ritmo cardiaco por las nubes un par de veces, hasta que finalmente, la escena de un beso en las gradas tras el partido final hizo que brincara de la cama y prefiriese mantenerse despierta enredada en una manta escuchando el mismo álbum de Phoebe Bridgers en bucle hasta que la alarma sonara.
A primera hora, Sophia estaba en el laboratorio de química. Compartía esa clase con Lara los martes, pero a diferencia de su audaz dominio habitual para transcribir fórmulas y mezclar reactivos, esa mañana parecía tener tanta habilidad para la química como para los deportes.
—¿Te sientes bien? —preguntó Lara, observándola con atención.
—Ujum —tarareó Sophia, revolviendo el contenido de un vaso de precipitado como si fuera un refresco con hielos.
—Tus búsquedas de Spotify me hacen creer que no. Escuchaste a Phoebe durante dos horas seguidas. Especialmente... Graceland Too. Oh no, esto no está bien.
Sophia se dio una palmada mental al recordar que compartían cuenta.
—¿Estás en una etapa de lesbiana triste o algo así? —murmuró Lara en voz baja.
—Sí. Soy una pequeña lesbiana perdedora.
—¿Por qué lo dices?
—Las culpo a ti y a Megan. Su tonta conversación de ayer me dejó pensando.
—Déjame ver si entiendo... ¿No pudiste dormir por estar pensando en Da—
—Baja la voz —interrumpió Sophia al notar que algunos compañeros aburridos comenzaban a prestar atención a su charla.
—Lo siento. ¿Entonces es por D?
—Sí.
—Oh vaya, no esperaba que me contaras tus sueños húmedos tan temprano por la mañana —bromeó Lara.
—¿Qué? ¡Yo nunca dije eso!
—Señores, la voz baja, por favor —intervino el profesor. Sophia se encogió en su asiento e intentó concentrarse en el experimento.
—No fueron ese tipo de sueños —murmuró ella.
—¿Entonces qué? ¿Soñaste con una boda, una casa en el campo, una huerta de fresas y una docena de perritos y gatitos?
—¿Por qué fresas específicamente? Y no tendríamos gatos. Dani es alérgica.
—¿Solo te fijaste en eso? Esto es grave. Estás muy mal.
—¿Qué tan mal?
—Si yo fuera una médica y tú mi paciente, te mandaría directo a la UCI.
Sophia trató de no reírse. Se mordió el labio y dejó que su vista vagara hacia la ventana. Desde allí podía ver el laboratorio del frente. El grupo de estudiantes se había dispersado y, como si el universo tuviera un sentido del humor particularmente cruel ese día, tenía una vista perfecta de Daniela trabajando, concentrada, junto a su mejor amiga. El corazón de Sophia comenzó a latir con fuerza al notar lo adorable que se veía Daniela: con los rizos recogidos, las gafas protectoras y la bata blanca.
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𝑫𝑬𝑨𝑹 𝒀𝑶𝑼, 𝑰 𝑳𝑶𝑽𝑬 𝑼
Fanfiction𝐒𝐎𝐃𝐀𝐍𝐈┆━ Sophia tiene todo bajo control: es la presidenta del consejo estudiantil, saca las mejores notas, organiza los eventos más importantes del año y nunca, jamás, se sale del plan. Bueno... excepto por un pequeño detalle: lleva años enamo...
