Algo en común

Determinación

Al llegar a casa, Sam tomó el control de la situación, llevó a Sumi cargando y la llevó hasta su habitación , al dejarla en la cama, besó su mejilla, abrió uno de los cajones de su nuevo clóset, sacó una pijama color rosa con conejitos, retiró las etiquetas de la prenda y comenzó a cambiar a su hija, ambas compartían un momento de risas y pequeños juegos.

Mon estaba anonadada mirando esa interacción desde el marco de puerta de la recámara, su corazón se iluminó al ver todas las muestras de cariño y como Sam había pensado en cada detalle para crear un ambiente cálido para su hija. No solo la conmovía verlas compartir ese vínculo, también sentía que una pesada carga salía de su interior, por primera vez en muchos años sintió que podía relajarse, que alguien más cubría su espalda.

- Ahora, traeré un vaso de leche para ti, no puedes tener tu estómago vacío cuando has tomado medicamentos ¿ok? .-

- Mami, ¿tú y Mommy pueden leer un cuento para mi?

- Si mi amor. Sam besó la frente de su hija antes de colocar las cobijas sobre ella.

- Bueno, parece que ahora tendremos que elegir un libro. - Mencionó a Sam mientras salía de la habitación y se dirigía a la cocina para servir ese vaso de leche, Mon la siguió después d echar un último vistazo a hija, quien se veía relajada a punto de cerrar sus ojos.

- ¿Tú estás bien? ¿Quieres que prepare algo de cenar para ti?- preguntó Sam.

Mon solo movió la cabeza indicando que no.

Ambas volvieron con Sumi, bebió algo de su leche y apenas leyeron una página del libro y cayó rendida.

- Buenas noches Sumi. Dijo Mon tomando su pequeña manita.

- Estaré aquí por si necesitas algo ¿ok?- Agregó Sam.
Sumi solo asintió con la poca energía que le quedaba.

Ambas salieron en silencio de la habitación antes de apagar la luz. Sin su hija de por medio ahora la interacción de ambas era más tensa.

- Dormiré en la sala.
Mencionó Mon.

- No, de ninguna manera, duerme en la habitación principal por favor, yo dormiré en la habitación de Sumi por si necesita algo en la noche.

- No. Respondió tajante Mon.

Sam tomó su mano.

- Este día ha sido estresante para ti, déjame a mí cuidar ahora de ambas por favor, si no quieres dormir en la habitación principal, duerme en el cuarto de visitas entonces. -

Mon sonrió ligeramente.

-¿ Qué es divertido? Sam devolvió la sonrisa.

- ¿Recuerdas cuando me quedé aquí la primera noche? Siempre me pregunté porque querías que durmiera contigo cuando pensaba que en esta mansión deberían al menos haber cuatro habitaciones.

- ¿Fui así de obvia?- Preguntó bromeando y totalmente sonrojada Sam.

- Algunas de tus acciones eran muy obvias y otras muy confusas.-

- Aun me preguntó cómo fui tan afortunada para que te enamoraras de mí a pesar de mi tonta forma de ser. -

Mon se mostró incómoda con el rumbo de la conversación.

- ¿Podría tomar un té?- Preguntó Mon, soltando la mano de Sam y dirigiéndose a la cocina. Sam rápidamente volvió a tomar su mano y la llevó hasta su boca para dar un ligero y galante beso.

- Ve a la recámara, yo lo llevaré para ti, en el primer cajón están las pijamas que dejaste aquí. - Sin decir nada más se giró para dirigirse a la cocina dejando a Mon sin palabras.