Lobo Blanco (boyxboy) - ¡Sin editar!

Capítulo 6.5: En blanco - parte sexy

(N.A.: Están acá por la parte sexy, a que sí? Bueno aquí está la escenita. No piensen que soy una pervertida. Es solo que me da pena Samuel...

¡Trece días sin... ESO!

Haha

Sorry por la demora.

¡Ilusa soy! He estado ocupadísima entre el trabajo y la universidad y me he desecho.

Sorry por no haber avisado antes, pero de verdad pensé que no me tomaría tanto tiempo (ni que fuera la gran cosa) pero bueno no importa.

Para esto no son las notas de autor.

Son para decirles que disfruten, así que aquí está.

¡Disfruten! )

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Jamie's PDV

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... Ahora era yo quien evitaba verlo.

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Creo que pasaron horas antes de que alguno de los dos reaccionara. Él fue el primero, y cuando lo hizo, sentí su mano en la parte posterior de cabeza, acariciando mi cabello.

Alcé la vista tratando de ver qué pasaba por su rostro y me sorprendí al ver la expresión más dulce que podía existir y la primera sonrisa tonta que alguna vez me había regalado. Una sonrisa que se acercaba rápidamente a mí.

"Te amo" me dijo y me besó sin borrar su sonrisa. Un roce apenas.

"Yo también" respondí sintiendo el calor en todo mi rostro.

"Te amo" repitió. Esta vez en mi oído. Su voz se tornaba tan grave y me causó escalofríos.

"Y-Yo también" susurré esta vez sin estar del todo seguro si debía responder o no.

"Te amo" me besó tan profundo y cuando sentí su lengua rozando la mía me estremecí. Al separarnos volvía a mirarme con la misma expresión de ternura.

"Yo... yo-" no pude terminar la oración. No me dejó, porque otra vez me besaba empujándome sobre la cama nuevamente.

Atacó entonces mi cuello, lamiendo, mordiendo, besando.

"Mn-haa" mi voz sonaba extraña y aguda.

Me sobresalté al sentir sus manos pasar sobre mis piernas. Una caricia suave que me causaba una sensación extraña. Un cosquilleo que hacía temblar.

Siguió besándome hasta quedarnos sin aire. Y luego me besó un poco más.

Deslizó la sábana que usé para cubrirme y se sentó. Separó mis piernas suavemente, que estaban dobladas de manera que cubrían mi parte más vergonzosa, acariciando de la misma forma tortuosa el interior de mis muslos y me encontré temblando de nuevo. El placer tan presente que causó que mi espalda se arqueara involuntariamente y juro que pude sentirlo temblando también.

Al levantar la cabeza encontré sus ojos mirarme de una forma tan hambrienta, relamiéndose.

Otro temblor.

No tocaba más que mis piernas, pero sentía que me tocaba en todos lados, dondequiera que sus ojos se iban posando era un lugar en el que inmediatamente empezaba a hervir mi sangre.