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Nunca se paró de ahí, la adrenalina dejó su cuerpo, le empezaba a doler el hombro, él sabe bien que su alma casi se iba y lo dejaría como un caparazón vacío, él no respiraba, cuando el tren se abrió frente a él fue algo que lo hacía pensar, pensaba ¿Que hubiera pasado si él hubiera sido el aplastado en las vías ? Se preguntaba que hubiera hecho esa maniática. Petey no se creía la idea de ganar ese juego tan extraño, él quería ganar si o si, pero ahora que ganaba sintió un extraño vacío, claro que mató a una persona que ni conocía, pero matarla con un juego le da esa rareza en el corazón. Mientras se hunde en sus pensamientos la gente baja del tren que aplastó a la mujer, todas las personas que bajaban miraban con terror a Petey, no por el hecho de que esté sentado sobre el suelo como un loquito, pues en parte parecía un indigente tirado, pero a la gente le espantaba ver la sangre sobre las piernas del felino. De inmediato el felino vuelve a razonar al sentir todas esas miradas, mira sus pantalones cubiertos de sangre, abre los ojos como platos antes de sacudir su ropa y limpiarla con sus manos, hasta el mismo se asusto por verse a si mismo de esa manera, Petey se asqueaba por sentir el líquido caliente por sus manos, olía el olor peculiar a metal que daba la sangre y eso lo ahogaba, el felino sollozaba por el hueco de su hombro, fue doloroso, incluso sentía que por el dolor iba a desmayar en el algún momento, era un sentimiento horrible, por ello se olvida de la realidad, se aleja de su mundo por un momento cuando siente punzones en la cabeza, como una espada atravesando todo su cráneo, fue ahí donde pierde toda su resistencia cayendo como cualquier cosa al suelo, aunque aún lloraba él ya no sentía estar llorando, sus sentidos se apagaron.

El cuerpo duele, bueno, dolía, ya no lo sé, solo puedo saber algo, nuevamente estoy muriendo, necesito otro ángel, por favor, pero creo que no merezco el cielo, acabo de matar a alguien. Ni siquiera se cómo mi cerebro aún funciona, de hecho, mi cuerpo ya no funciona, es lo que siento, es como si no pudiera mover ni un dedo por más que lo intente, mis ojos pueden ver lo oscuro que se hace el mundo, como si un color negro invadiera todo mi alrededor. Por favor, por favor que sea otro sueño, no quiero morir, que alguien me salve por favor, no siento nada, el dolor desapareció. ¿Saben que es lo peor de esto? Yo sé que estoy muriendo una vez más, porque desde adentro, muy adentro de mi piel siento mis órganos como si los estuviera tocando, siento como desde mis pies y manos la sangre deja de fluir la sangre, siento el camino de mis venas, veo como esas cuerdas dejan su color, porque la sangre se acaba, bueno, no lo sé, quizás es mi corazón dejando de bombear. Mierda, no es la primera vez que me asusto sintiendo algo así, pero debo decir que ese miedo no desaparece por nada el mundo, ojalá ese niño vuelva a hacerme recapacitar. Pero, ¿Cómo puedo seguir? Ya no pienso claro, ni siquiera tengo idea de lo que está pasando, ya no se dónde estoy, que hora es, quien soy, ojalá volver a ser un niño, quiero ver a mí mamá.


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Dogman jugaba con la pelota, no tenía nada más que hacer, se escondía de la ciudad, por eso estaba en el techo de un edificio, ¿quien sabe quién vive ahí? ¿Y quién sabe cómo Dogman subió hasta ahí? Eso no importa, ni el propio Dogman sabe cómo subió hasta ese techo, pero ahí estaba mirando la luna cubrida de toda esa neblina que dejó la lluvia, apenas se veía la luz blanca, esa luz que estallaba sobre el rostro del can. Dogman estaba ya lo suficiente lejos de la estación de trenes, no volvería. Rendido baja del techo mientras guarda la pelota, en ese silencio baja de la colina donde se encontraba la casa, mientras baja mira todas las casas formando esa colina alta, unos escalones para bajar esa gran colina, el can baja siguiendo el caminito, él sabe que debe estar alerta, entonces siente el viento golpear en contra de él, mira su alrededor, Dogman siente que alguien lo observa, algo que en verdad lo espanta, así que se esconde, el no quería ser descubierto por los policías otra vez. O quizás solo está tan asustado que imagina cosas

Tras el muro Dogman muerde las garras esperando que no haya nadie siguiéndolo, empieza a tumbar el cuerpo mientras su mirada se alza, la luna era lo único que lo acompañaba, después de unos segundos no escucha nada, entonces el can sale de su escondite para retornar su camino, si, quizás eran sus locas ideas.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Mar 08 ⏰

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★彡( ¿ᏋᏝ ᎷᏋ ᎶᏬᏕᏖᏗ? )彡★ (Dogman X Petey)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt