★彡( ¿ᏋᏝ ᎷᏋ ᎶᏬᏕᏖᏗ? )彡★ (Dogman X Petey)

2.

Ahí estaban los dos, durmiendo en cada esquina, resulta que hace una hora jaloneaban la carne y terminaron con romperla en pedazos, cada uno comía las sobras que cayeron al suelo, dormían rendidos y no habían notado cuando ya amanecía, estaban encerrados en oscuridad, es por eso que se levantaron muy tarde al sentir como el contenedor saltaba con ellos adentro, lo que hizo que chocarán con el techo de la caja. Resulta que aquello fue porque ese contenedor era llevado con otros más en un tipo tren que ahora viajaba por una vía rocosa, lo que causó que una piedra los hiciera saltar.

— Umm... Mi cabeza — Petey acariciaba su cabeza sonido al dolor y Dogman de igual manera, los dos se miraron— Aún no olvido en lo que nos metiste perrito— Fruncía el ceño mirando con amargura al can— Espero que no sea un gran problema...— Entonces sintió como la movilidad frenó, Petey pegaba la oreja a las paredes, escuchaba el sonido de puertas abriéndose, era el rechinar de las cajas abriéndose, al fin saldrían de aquí — Al fin...— Suspiró escuchando como se acercaban a abrir su puerta.

Finalmente, la abrieron y todo el lugar afuera estaba soleado, parecía que quemaba los pies de tan solo tocar el suelo.

— ¿Esto acaso es una playa? — Curioso miraba su alrededor— Felicidades perrito, ahora estamos lejos de dónde venimos— Bajaba los párpados mirando al can, mientras bajaba de lo que parecía ser ese tren.

Dogman se rascaba la nuca bajando, el calor era inmenso, el sol le cegaba y tenía un aura neutral, realmente no sabía que sentir en ese momento, ya está, ya estaba fuera de su ciudad, ¿Que más podía hacer? Esto era buena o mala suerte, no le tomó importancia.

— Ahora, ¿Por dónde voy?— Petey se ubicaba en las sombras para no quemarse, claro que su pelaje lo protegía de un bronceado asegurado pero el calor era tan exagerado que lo hacía cansar, bajo la vista, el can estaba a un lado suyo— Ohh... ¿Irás conmigo?— Dogman sonreía y asentía— ¡No!— De inmediato bajó la cabeza ofendido, lo que hizo reír a Petey— Oww pobre perrito, ¿Que haremos ahora?— Dogman sacudía la cabeza lentamente.

Mientras Petey comenzaba a caminar por una gran plaza, Dogman lo seguía por detrás, tal como el perrito siguiendo a su dueño, le echaba esto, Petey lo disfrutará por más que el perro se le hacia molesto.

— Está bien... Irás conmigo — No pudo ni terminar la frase, Dogman se le lanzó por encima lamiendo la cara de Petey, ¿Quien lo diría? Hace un rato sentía una mala vibra del felino y ahora no, que olvidadizo era— ¡No! ¡Perro malo!— Gritaba en el suelo tratando de apartar al can, con suerte y pudo sacarlo de su encima— No hagas eso— Se paraba y Dogman sacaba la lengua feliz.

Petey puso una mueca de disgusto, comenzó a caminar por las calles, las casas grandes sorprendían bastante a los dos, y es que por dónde ellos venían no eran así de grandes, sobre eso, en las calles había puestos y tienditas, todos vendían sus productos y ninguno se molestaba, este lugar era muy unido al parecer, Petey alzaba los ojos viendo cada producto que vendían, desde el pueblo en el que el estuvo no había nada de eso, fue como si su pueblo lo hubiera encerrado en antigüedad sin cosas nuevas, sacudía la cabeza buscando otras cosas, de repente sus ojos se iluminaron.

— Mira esto... — Miro sorprendido una máquina de helado, Dogman arqueó la ceja— Jamás ví uno de estos— Emocionado comenzó a saltar de puntitas, Dogman lo comprendió cuando dijo jamás haber visto eso, quizás venía de otro lugar, y muy cierto, que inteligente el can — ¿Cómo se supone que abro esto? O...— Buscaba alguna forma de ver cómo se abría.

Sin embargo Dogman se adelantó poniendo unas monedas, sacó un cono y luego la crema, Petey no dijo ni una sola palabra, solo observó, luego de esto Dogman se lo entregó con amabilidad y me sonreía, lo que hizo a Petey retroceder un paso, estaba confundido, ¿Cuando fue la última vez que lo trataban así? No lo sabía pero algo si sabe, es que hizo saltar su corazón por un segundo, Petey parpadeó atónito.